Si tu pareja te habla de esta manera, el ¡®felices para siempre¡¯ no es de verdad
Estas frases no figuran en el diccionario de las relaciones amorosas saludables. Si quieres que lo vuestro dure, evita que salgan de tu boca
La historia de la media naranja y el amor rom¨¢ntico ha dejado de ser cre¨ªble, si es que alguna vez lo fue. De los flechazos al estilo Disney y el amor perfecto ya no queda nada. Es mejor el imperfecto, pero feliz. Seguimos queriendo que las relaciones especiales duren, pero no por la gracia del destino, sino porque nos re¨ªmos con la pareja, compartimos valores e intereses, nos sentimos cuidados, apoyados y seguros, nos tenemos confianza y podemos hablar, seg¨²n una investigaci¨®n brit¨¢nica sobre c¨®mo se mantienen unidas las personas en el siglo XXI. Convengamos que todos estos puntos son formas de comunicaci¨®n y, de nuestra propia cosecha, a?adamos un punto que no aparece: callar en el momento adecuado. Porque la comunicaci¨®n tambi¨¦n penaliza, y de qu¨¦ manera...
Hay frases que no se oyen en las uniones exitosas bajo ning¨²n concepto porque duelen. Duelen mucho. Y separan. En t¨¦rminos generales, es cierto que se puede hablar de todo, pero de ¡°todo lo que compete a la relaci¨®n, de lo que sucede en ella, de la intimidad, de la organizaci¨®n de la casa... Muchas personas creen que todo forma parte de la relaci¨®n, pero hay que saber discriminar donde empieza y d¨®nde acaba nuestro espacio¡±, explica Marta de Prado Garc¨ªa, psic¨®loga, terapeuta familiar y profesora en la Universidad Francisco de Vitoria.
Para empezar, las parejas felices no se echan en cara cosas que ya estaban resueltas y olvidadas. ¡°Los reproches son la tumba del amor¡±, versa uno de los apartados del libro Diez maneras de cargarte tu relaci¨®n de pareja (Grijalbo), de las psic¨®logas Patricia Ram¨ªrez y Silvia Congost. Lo importante es tratar de centrarse en lo que est¨¢ pasando en ese momento, no en la artiller¨ªa pesada de hace 10 a?os (o un mes). Volviendo al tema del otro d¨ªa... es una frase que conviene borrar cuanto antes de las conversaciones. ¡°Recordar los errores del otro es vivir en el rencor, las parejas felices aprenden a vivir en el perd¨®n¡±, dice De Prado, autora del libro C¨®mo te relacionas en pareja (Lo que No Existe).
Hay que trabajar los rencores no resueltos, limpiar el terreno de culpas, pero tambi¨¦n evitar que las victimizaciones lo embarren. Las parejas felices no culpan al otro ni se victimizan a s¨ª mismas. Te grito porque me sacas de quicio es tan inconcebible como el dram¨¢tico ya no me quieres para hacer sentir al otro responsable, una actitud que refleja una cara algo menos famosa del archiconocido reproche. Vamos, el chantaje emocional de toda la vida.
C¨®mo se disfraza la forma m¨¢s sutil de chantaje emocional
Los ultim¨¢tums tampoco ayudan precisamente a fortalecer una uni¨®n. Por eso las parejas felices no ponen en jaque el amor a la m¨¢s m¨ªnima discusi¨®n (s¨ª, tambi¨¦n discuten). Frases como esto no da para m¨¢s, mejor lo dejamos solo consiguen convertir una desavenencia puntual a una desuni¨®n duradera. En otras palabras, en las uniones exitosas no se amenaza con cosas horrendas si la otra persona no piensa o act¨²a como a uno le gustar¨ªa. Un quiero el divorcio o ahora te dejo, como si la relaci¨®n fuera de quita y pon, o versiones m¨¢s light como no te soporto, son casi imposibles de escuchar en parejas felices. ¡°Esto genera que cualquier equivocaci¨®n cree una ansiedad tremenda en el otro y mucha inseguridad¡±, apunta De Prado.
Un espacio sin hueco para la competencia
¡°Puede que te compares para complementar, para ayudar¡±, dice De Prado, lo que podr¨ªa hacer crecer la relaci¨®n, pero si la idea es exponer toda tu sabidur¨ªa, tu conocimiento, tus logros o, simplemente, tu suerte... ¡°Lo ¨²nico que se hace es dejar desprotegido al otro, y eso merma la pareja¡±. Frases como deja, que yo lo hago mejor son da?inas, y m¨¢s si la comparaci¨®n se establece frente a los hijos. Ni?os, preguntadme a m¨ª que soy yo quien decido es un ejemplo. ¡°Puedes no estar de acuerdo, pero te callas y, en cuanto se acabe, hablas a solas de las diferencias. No se puede desautorizar delante de la parte ¡®junior¡¯ del equipo¡±.
Ataques similares pueden hacerse en tono de broma, pero no tienen ninguna gracia si lo que hacen es ridiculizar, humillar o ningunear. ¡°Cuando uno se r¨ªe de algo y el otro se ofende, ya no tiene gracia. Es falta de consideraci¨®n y de respeto¡±, dicen las psic¨®logas de Diez maneras de cargarte una relaci¨®n. Ignorar al otro con frases como ?me dec¨ªas algo? o est¨¢s exagerando tambi¨¦n es una manera de humillar, como se hace con interpelaciones del tipo de cu¨¦ntales lo que te pas¨® el otro d¨ªa. Le quitan valor a los sentimientos y a las emociones.
Ni malas ni in¨²tiles: el olvidado lado bueno de las emociones negativas
Haber pronunciado en alguna ocasi¨®n palabras semejantes a las anteriores es digno de reflexi¨®n. Pero quien despu¨¦s del recogimiento llegue a la conclusi¨®n de que lo mejor es callar... quiz¨¢ sea mejor que siga reflexionando. El silencio no es una alternativa. Las parejas felices no se ocultan los problemas, eso constituye una falta de confianza que expulsa a la pareja de una parte de la vida. ¡°El solo hecho de unirse para intentar resolver el problema juntos unir¨¢ a la pareja, independientemente de si se consigue o no¡±.
La sexualidad merece una menci¨®n aparte. Tampoco este aspecto puede quedar arrinconado en un punto ciego de la relaci¨®n, ni ser motivo de frases como si no sabes lo que me gusta a estas alturas¡ El hecho de que los encuentros sexuales se vuelvan rutinarios, aburridos y sin motivaci¨®n no es raz¨®n para dejar de hablar de sexo con la pareja. Todo lo contrario. ¡°La sexualidad es parte de la comunicaci¨®n, de la intimidad, de la generosidad¡±, indica la psicoterapeuta. ¡°Lejos de silenciar la sexualidad, deben reservar y cuidar un espacio para ello. Hablar de lo que nos gusta o no, de lo que pensamos, de nuestras fantas¨ªas o de lo que nos gustar¨ªa hacer es el juego que mantiene a esa pareja m¨¢s feliz y cercana¡±.
Todo el mundo falla, y tambi¨¦n puede arreglarlo
Decir una, algunas, todas estas frases o sus derivados puede distanciar a la pareja porque, sencillamente, ninguna de ellas aporta. Si nos hemos dicho cosas inadecuadas, que no sentimos, el arrepentimiento ser¨¢ la clave. No se trata de situaciones donde hay una agresi¨®n seria, de esas en las que hay que huir y cerrar la puerta. Pero en casos puntuales, de esos que seguramente todos hemos vivido, en los que tenemos una discusi¨®n acalorada y, ?zas!, nos vamos de la lengua¡ ah¨ª la marcha atr¨¢s s¨ª es posible. ¡°Quiz¨¢ necesitamos separarnos un rato, poner foco, darnos un paseo, respirar, retomar el autocontrol, darnos una vuelta, pero hay que solucionarlo¡±, sostiene De Prado. ¡°Ese episodio quedar¨¢ encuadrado en un momento concreto¡±.
En todo caso, hay que tener cuidado para no volver a tropezar en la misma piedra. Las consecuencias de un mal uso del lenguaje son serias. Si traspasamos aquellas cuestiones infranqueables podemos sufrir distintas reacciones que solo causan da?o, como el p¨¢nico, el aturdimiento, una profunda depresi¨®n y un estancamiento en el que nos quedamos paralizados, apunta la terapeuta. Mejor optar por todo lo contrario. Puede que as¨ª la pareja no sea perfecta, pero s¨ª feliz.
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