Seis a?os despu¨¦s de la prohibici¨®n de llamar al yogur probi¨®tico, ?qu¨¦ se sabe de sus bacterias?
La ciencia contin¨²a investigando el poder de estos microorganismos
?Qu¨¦ es mejor para el intestino, un yogur normal o uno con b¨ªfidus? M¨¢s a¨²n, si llevan cepas de bacterias distintas a las normales del yogur, tales como las ya conocidas bifidobacterias o b¨ªfidus, ?por qu¨¦ se conocen popularmente como probi¨®ticos pero esa palabra ya no viene en la etiqueta? Vayamos por partes, que son dos melones donde abundan el ruido y la desinformaci¨®n. Por resumir: todos los yogures son leche coagulada obtenida por fermentaci¨®n l¨¢ctica mediante la acci¨®n del Lactobacillus delbrueckii subsp. bulgaricus y Streptococcus thermophilus. Es decir, dos cepas de microorganismos amigos para la salud digestiva de los humanos. En los yogures con b¨ªfidus se a?ade una tercera cepa viva del g¨¦nero Bifidobacterium en una proporci¨®n de hasta 12.500 millones en cada envase de yogur.
Pero, ?qu¨¦ son los probi¨®ticos?
Los probi¨®ticos son ¡°microbios vivos y buenos que, al ser ingeridos en cantidades adecuadas, aportan beneficios a la salud del consumidor. Los alimentos que se valen de ellos se conocen como fermentados¡±, definen Jes¨²s Sanchis y Luc¨ªa Redondo, investigadores y docentes en la Universidad de Valencia, y miembros de la Academia Espa?ola de Nutrici¨®n y Diet¨¦tica. La cuesti¨®n es que, en un producto fermentado, como es el caso del yogur, hay m¨¢s ingredientes. Y los cient¨ªficos a¨²n no han sido capaces de dar con pruebas concluyentes de que esos beneficios son obra y gracia de esos bichitos amigables y no de otros micronutrientes. Hablando en plata, ?qui¨¦n es responsable de que se refuerce el sistema inmunol¨®gico y se reduzca el cansancio, la bacteria L.Casei o la vitaminas B6??O cu¨¢nto tiene que ver la vitamina K asociada a la fermentaci¨®n?
Y la EFSA puso orden
Durante a?os, los yogures con bifidobacterias se publicitaban como probi¨®ticos, aunque todas las leches fermentadas los contienen, pues son las bacterias vivas propias de estos alimentos. Un palabro que hicieron famoso distintos reclamos publicitarios como aquello de alimenta tus defensas. Llegaron a convencer al consumidor de que esos nuevos productos l¨¢cteos con bacterias espec¨ªficas tales como las ¡°bifidobacterias¡± fortalec¨ªan nuestro sistema inmunol¨®gico hasta hacernos invulnerables a las enfermedades.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), que es el sancta sanctorum en materia de decidir qu¨¦ propiedades tienen los alimentos, no terminaba de ver argumentos concluyentes para sostenerlo. Y tom¨® cartas en el asunto con el Reglamento 1924/2006, un marco legal que especifica qu¨¦ propiedades nutricionales se pueden publicitar de un alimento y cu¨¢les no cuentan con suficiente aval cient¨ªfico como para incluirse en la etiqueta. Que no quiere decir que no existan, solo que no hay evidencia cient¨ªfica en el momento de la evaluaci¨®n de las pruebas. A partir de ah¨ª, en los lineales desapareci¨® el t¨¦rmino probi¨®tico y pasaron a denominarse yogures con b¨ªfidus o yogures con bifidobacterias. Tambi¨¦n desapareci¨® el t¨¦rmino fermentado, pero s¨ª se acepta que esos microorganismos facilitan la asimilaci¨®n de la lactasa.
Ahora bien, que no conste en la etiqueta y que la EFSA no los haya bendecido, no significa que no haya miles de l¨ªneas de investigaci¨®n abiertas en torno a otros efectos de las bacterias vivas de yogures y otras leches fermentadas en busca de resultados que satisfagan los requisitos legales. "Tomar alimentos fermentados mejora la diversidad de nuestro ecosistema intestinal. Puesto que esta es una caracter¨ªstica distintiva de una microbiota saludable, son una buena opci¨®n para cuidar la salud", recalcan Sanchis y Redondo.
As¨ª est¨¢ la cosa en los laboratorios
Hay dos tipos de bifidobacterias intestinales: las que residen siempre ah¨ª dentro y las ingeribles. Estas segundas, por as¨ª decirlo, est¨¢n de paso mediante la dieta, no forman parte permanente de la flora intestinal, pero mientras transitan, tienen efectos sobre ella. Y aqu¨ª parece que los l¨¢cteos fermentados con bacterias espec¨ªficas s¨ª tienen algo que aportar. Es lo que sostiene un reciente trabajo de cient¨ªficos del CSIC: el consumo regular de yogures con b¨ªfidus se traduce en un aumento medible de las bifidobacterias intestinales de car¨¢cter ingerible. ?Y qu¨¦ hacen? Plantarle cara a otras que podr¨ªan darnos problemas. En concreto, detectaron una menor presencia de Tenericutes y Butyricimonas, bacterias relacionadas con la producci¨®n de trimetilamina N-¨®xido (TMAO) y la aparici¨®n y progresi¨®n del riesgo cardiovascular. Pero se recalca que estas bacterias est¨¢n de paso por el intestino y sus beneficios duran el tiempo que tardan en acabar convertidas en materia fecal.
Los probi¨®ticos son microbios vivos y buenos que, al ser ingeridos en cantidades adecuadas, aportan beneficios a la salud del consumidor.
?Y si est¨¢ enfermo? Hay l¨ªneas de investigaci¨®n muy prometedoras en ni?os con fibrosis qu¨ªstica o personas con colitis o colon irritable. Aqu¨ª el problema es que no hay un yogur est¨¢ndar con un tipo de bacterias que valga para todos: hay que dar con el microorganismo m¨¢s apropiado para cada patolog¨ªa. Hay trabajos de biotecnolog¨ªa con algo as¨ª como bifidobacterias de segunda generaci¨®n dise?adas, por ejemplo, para contener diarreas. Por ahora, todo se queda en el ¨¢mbito del laboratorio.
Como un seguro dental
Que lleven o no m¨¢s bifidobacterias u otro tipo de bacterias nuevas, no afecta al perfil nutricional de estos yogures: unos 3,7 gramos de prote¨ªnas por cada 100 gramos, el 7.4% de la ingesta diaria recomendada. Como cada unidad suele pesar 125 gramos, en apenas unas cucharadas tendremos 4,6 gramos de prote¨ªna. Sin embargo, su contenido en calor¨ªas no es excesivo: unas 71 por yogur entero.
Adem¨¢s, aporta 137 mg de calcio. Tomar dos yogures al d¨ªa (las gu¨ªas alimentarias recomiendan entre dos y cuatro raciones de l¨¢cteos) permite cubrir el 30% de la ingesta diaria recomendada de calcio. Este aporte se ve favorecido por la matriz l¨¢ctea del propio yogur (el conjunto de componentes del alimento y las interacciones que establecen entre s¨ª) que favorece su absorci¨®n y aprovechamiento. El calcio es necesario para mantener el normal funcionamiento de los huesos, dientes y m¨²sculos. No obstante, una dieta saludable exenta de l¨¢cteos puede cubrir las necesidades diarias de calcio a partir de legumbres, cereales y derivados, frutos secos, hortalizas, etc.
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