Un mundo en sus manos
Las crisis afloran el valor de lo esencial, ponen en su sitio a los vendedores de ladrillo y humo y nos emplazan a redescubrir el esplendor secreto de lo peque?o. Ahora que las autoridades andan recort¨¢ndole a la cultura el flequillo presupuestario con la podadora el¨¦ctrica, resulta oportuno constatar que con imaginaci¨®n y tiempo puede hacerse mejor teatro que juntando solo grandes nombres y mayores presupuestos.
Ros. Mel¨®gamo m¨ªnimo de un viaje, espect¨¢culo de t¨ªteres sin t¨ªteres donde una mano enguantada pasa por ser un simp¨¢tico hombrecillo, es un ejemplo de que el ingenio no tiene precio, y una apoteosis de la sin¨¦cdoque. Ram¨®n Pascual, su int¨¦rprete coautor, convierte los dedos ¨ªndice y coraz¨®n de su mano izquierda en las piernas de un personaje cuyo brazo derecho es el dedo pulgar del titiritero. Una bola de madera con una boca y unos ojos pintados, engarzada en una varilla que el actor sujeta con su mano libre, hace las veces de cabeza de la criatura.
ROS. MEL?GAMO M?NIMO DE UN VIAJE
Creaci¨®n: Compa?¨ªa Ang¨¦lico Musgo. Manipulaci¨®n: Ram¨®n Pascual. Direcci¨®n: Lindes Farr¨¦. Sala La Usina. Del 2 al 4 de enero.
En su palpitante carnalidad, la mano transmutada en t¨ªtere despierta en el p¨²blico mayor empat¨ªa que el m¨¢s logrado y expresivo de sus parientes de hilo o de guante: es un mu?eco que no abandona del todo su humana condici¨®n, un ser indefenso que de propon¨¦rselo podr¨ªa dar un pu?etazo sobre la mesa y romper las reglas del juego. La t¨¦cnica que utiliza Pascual no es nueva: Ines Pasic, mitad bosnia de la compa?¨ªa Hugo & Ines, lleva veintitantos a?os dando vida con sus manos de pianista (pero tambi¨¦n con los pies) a seres de ficci¨®n infinitamente tiernos y divertidos; a mediados de los ochenta, Claudio Cinelli ya armaba micro¨®peras cuyos int¨¦rpretes eran sus dedos de prestidigitador, pero esta disciplina es todav¨ªa hoy un territorio fertil¨ªsimo por explorar.
Como Hugo & Ines y Cinelli, Ram¨®n Pascual crea espect¨¢culos para adultos que los ni?os ven tambi¨¦n con sumo gusto y enorme atenci¨®n, a juzgar por los bastantes de entre 4 y 10 a?os que durante el estreno de Ros. Mel¨®gamo m¨ªnimo de un viaje en la sala Kubik Fabrik, la semana pasada, admiraban asombrados las incre¨ªbles realidades que existen fuera del mundo de las pantallas. Pascual imprime a su criatura movimientos que remedan fielmente los humanos, aunque todo cuanto le acontece sea de naturaleza surreal. Su acierto y el de Lindes Farr¨¦, coautora y directora de la funci¨®n, consiste en que han sabido salpicarla de un aluvi¨®n de sorpresas m¨ªnimas pero incesantes, protagonizadas por mil objetos animados que crearon en casa a partir de trastos cuyo destino era acabar en la basura: la huella de lo que fueron les da un encanto genuino.
Moviendo tazas convertidas en ba?eras, maletas min¨²sculas que interpretan n¨²meros acrob¨¢ticos y otros cachivaches confeccionados a la escala de un circo de pulgas, el actor burgal¨¦s parece un titiritero animista, auscultando atentamente el alma secreta de los objetos. Apenas hay texto en este espect¨¢culo, cuyo ritmo marcan la banda sonora compuesta por Santiago Gonz¨¢lez y dos canciones interpretadas por Edith Piaf y Mireille Mathieu. El sobresaliente resultado global se beneficiar¨ªa si los breves momentos de contacto visual entre manipulador y manipulado tuvieran un desarrollo algo mayor, y si las historias paralelas del protagonista y su bestia negra confluyeran al final de alg¨²n modo. Estupenda la microiluminaci¨®n de Rafa Mar¨ªn, con focos hechos con latas de guisantes.
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