Una de indios
La informaci¨®n sobre el PSOE se parece cada vez m¨¢s a una pel¨ªcula del Oeste
Informar del PSOE de Sevilla es como contar una pel¨ªcula de indios, escribi¨® una vez Lourdes Lucio en este peri¨®dico. El explorador, dec¨ªa, solo ver¨¢ miles de plumas creyendo que todas pertenecen al mismo grupo, pero caer¨¢ en un grave error. Los socialistas sevillanos est¨¢n organizados en tribus. Todas tienen un jefe y ninguna por s¨ª sola disfruta del control del partido, de ah¨ª que los enemigos de un d¨ªa pueden ser tus amigos al d¨ªa siguiente. La situaci¨®n es, a veces, tan dif¨ªcil de descifrar entre los propios militantes, que en los periodos previos a un congreso es normal que alguno de ellos pregunte a su l¨ªder: ?Hoy contra qui¨¦nes estamos y qui¨¦nes son los nuestros?
?A pesar de la complejidad interna, el PSOE en Sevilla aguanta. O aguantaba. Es dif¨ªcil conocer el c¨®mo, pero la realidad est¨¢ ah¨ª. La organizaci¨®n en esta provincia fue la ¨²nica que pudo resistir la hecatombe electoral en las pasadas generales. Pero el congreso federal del PSOE, donde elegir¨¢n al nuevo l¨ªder, hizo sonar, de nuevo, los tambores de guerra. Y las tribus se colocaron las pinturas en la cara y se fueron aprovisionando de machetes y flechas. El asunto preocupa, ya que en marzo se celebran las elecciones andaluzas y todas las encuestas auguran que les pisa los talones el S¨¦ptimo de Caballer¨ªa, que han ocupado ya todos los territorios adyacentes.
La batalla se complica adem¨¢s con la situaci¨®n del l¨ªder de Sevilla, Jos¨¦ Antonio Viera. Un miembro de la tribu de los pieles roja, o al menos de los que deber¨ªan estar m¨¢s que sonrojados. Viera fue uno de los integrantes del consejo de sabios que tuvo a su cargo a Caballo Loco, una especie de jefe-cham¨¢n que ten¨ªa una fuerte dependencia de algunos brebajes y que despachaba en una cantina los asuntos relacionados con la falta de empleo en las laderas de las colinas sagradas. La escasa habilidad de Viera para seguir las huellas que iba dejando Caballo Loco a su alrededor y el poco empe?o de los rastreadores que le antecedieron, lo han colocado en una situaci¨®n inc¨®moda: la de bailar la danza de la no lluvia, en un intento de que amaine el temporal que le puede caer encima.
Los indios, en todas las pel¨ªculas, siempre ten¨ªan dos opciones ante el peligro. Salir huyendo, o intentar cortar cabelleras. Viera, desde lo alto de la colina y frente al precipicio, decidi¨® optar por lo segundo. En la pel¨ªcula El Bueno, el Feo y el Malo, el mundo del oeste estaba dividido en dos categor¨ªas, los que ten¨ªan el rev¨®lver cargado y los que cavaban. ¡°Tu cavas¡±, le dec¨ªa el personaje de Clint Eastwood al malo. En el PSOE de Sevilla se han puesto todos a cavar a dos meses de las elecciones, despu¨¦s de cruzarse unos disparos entre las distintas tribus.
Peque?o gran hombre est¨¢ en un sin vivir. Cre¨ªa controlar todos los indios en sus respectivas reservas, pero resulta que se le han rebelado los Sioux en C¨¢diz, los cheroquis en Ja¨¦n, los arapahoes en M¨¢laga y los apaches en Almer¨ªa. Mientras, en Sevilla, han descubierto que hay m¨¢s jefes que indios, al entrar en colisi¨®n los l¨ªderes regionales con los jefes de las tribus locales. Y todo ello est¨¢ ocurriendo a las puertas de la elecci¨®n de Jer¨®nimo o de Jer¨®nima, que no est¨¢ la cosa clara. El jefe que aglutine los restos que han quedado de las diezmadas tribus por toda la geograf¨ªa comanche, tras la derrota que le infringieron en la ¨²ltima gran batalla.
Esto cada d¨ªa se parece m¨¢s al asalto a Fort Apache, pero con indios dentro y fuera, y todos dispar¨¢ndose entre ellos, mientras los casacas azules miran desde la colina para hacerse con el control del fort¨ªn. Entre las grandes pel¨ªculas del oeste figuran algunas emblem¨¢ticas: Murieron con las botas puestas, Sin Perd¨®n o Hasta que lleg¨® su hora. Con cualquiera de estas frases podr¨ªa haber titulado este art¨ªculo, pero he preferido contarles una de indios. O de jefes que hacen el indio. Ustedes deciden.
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