Y las v¨ªctimas, ?Qu¨¦?
Hace unos d¨ªas prepar¨¦ un texto en contestaci¨®n a la avalancha de cr¨ªticas al anteproyecto de ley de atenci¨®n y recuperaci¨®n integral de las v¨ªctimas de la violencia machista contra las mujeres en la CAE; como es obvio, se qued¨® en un caj¨®n para no echar m¨¢s le?a al fuego. Ante la suspensi¨®n por el Departamento de Interior del anteproyecto a la espera de un mayor consenso pol¨ªtico y social, s¨ª me siento con autoridad moral para abordar las consecuencias de aparcar dicha norma. Hablo en mi nombre, como funcionaria, desde hace 26 a?os, del Gobierno vasco y part¨ªcipe del anteproyecto en cuesti¨®n.
Quiero, ante todo, romper una lanza a favor de las mujeres v¨ªctimas de la violencia machista, las grandes ausentes en toda la pol¨¦mica surgida. Que quede claro que no es mi intenci¨®n desacreditar ni a personas ni a partidos pol¨ªticos. Lo que viene a continuaci¨®n no es sino la voz de estas mujeres, a las que por primera vez se les ha puesto voz, cara y filiaci¨®n y a las que se ha obviado en toda esta controversia pol¨ªtica y medi¨¢tica. Ellas han sido las art¨ªfices del anteproyecto tan cuestionado; ellas han tomado la palabra para trasladar sus necesidades, miedos y carencias; ellas no entienden de competencias, ni de partidos pol¨ªticos, ni de duplicidad de prestaciones y recursos, ni de pol¨¦micas de tres al cuarto. Ellas solo se significan por el miedo en su mirada, por la tristeza de sus hijas e hijos, por el temblor en sus manos y por las l¨¢grimas derramadas en las oficinas cuando han acudido en busca de ayuda o para colaborar generosamente siempre que se les ha solicitado.
Quiero comenzar diciendo que me consta que se ha evitado, durante las ¨²ltimas semanas, contestar a declaraciones p¨²blicas que rayaban en la falta de respeto m¨¢s sangrante hacia las personas dirigentes y personal del Departamento de Interior. Quiero, igualmente, significar que las cr¨ªticas desde ciertos sectores se han realizado sin conocer el articulado del anteproyecto (doy fe), v¨ªa medios de comunicaci¨®n y no, como proceder¨ªa, realizando alegaciones fundadas en Derecho y previa lectura de cada uno de los borradores. Desde el primer momento, ciertos grupos se han apuntado al carro del ¡°NO¡± exigiendo un desarrollo reglamentario en lugar de una norma con rango de ley, como si los derechos de las mujeres v¨ªctimas fueran ¡°de quita y pon¡± o pudieran dejarse al albur del color del partido gobernante. No comparto las cr¨ªticas interesadas tachando de inconstitucional la norma referida: son m¨¢s de diez las leyes auton¨®micas que regulan la materia de la violencia machista y no conozco (perdonen mi ignorancia) ni un solo recurso de inconstitucionalidad planteado. No comparto, tampoco, el clamor ¡°populista¡±, que no ¡°popular¡±, cuestionando una ley cuando lo ¨²nico que se ha pretendido ha sido crear y regular, legalmente, derechos y recursos para las mujeres v¨ªctimas Y que ahora exigir¨¢n explicaciones (se entiende que a quienes han tenido la magn¨ªfica idea de criticar sin leer).
Quiero hacer una menci¨®n especial al ataque procedente de ciertos sectores sobre la adscripci¨®n de la Direcci¨®n de Atenci¨®n a las V¨ªctimas de la Violencia de G¨¦nero al Departamento de Interior: Se?oras y se?ores, lo primero y m¨¢s importante, ante un episodio de violencia machista, es la protecci¨®n de la v¨ªctima y, luego, su atenci¨®n personalizada. ?Por qu¨¦ se cuestiona tal decisi¨®n? ?Acaso se adivinan r¨¦moras pasadas (yo las cre¨ªa superadas) de una polic¨ªa represora y no preventiva? D¨¦jenme decirles que la protecci¨®n personal de las mujeres v¨ªctimas ha sido un eje fundamental, que no el ¨²nico, del actuar de la DAVVG y perm¨ªtanme recordar a quienes han acudido en demanda de urgentes medidas de protecci¨®n que han podido ser atendidas de inmediato gracias a la adscripci¨®n tan reiteradamente criticada. A la vista de todo ello, concluyo en la falacia que supone unir la desnaturalizaci¨®n de Emakunde a la adscripci¨®n de las pol¨ªticas sobre atenci¨®n y protecci¨®n en materia de violencia de g¨¦nero a Interior y lamento, profundamente, la ignorancia supina de quienes persisten en esta discusi¨®n bizantina; es m¨¢s: si tales cr¨ªticas vienen de sectores feministas, el sinsentido ya es may¨²sculo, tantos a?os de militancia reclamando la asimilaci¨®n del ¡°terrorismo dom¨¦stico¡± al ¡°terrorismo pol¨ªtico¡± y, cuando por fin se consigue articular un sistema de protecci¨®n y derechos al mismo nivel, se echa por tierra.
En fin, lamento la retirada del proyecto, doy por bueno todo el trabajo realizado y agradezco, sinceramente, la labor de entidades, p¨²blicas y privadas, que han puesto a nuestra disposici¨®n su trabajo y aportaciones; pero, sobre todo, quiero reconocer el enorme esfuerzo de las mujeres v¨ªctimas que han sido parte vital de este proyecto, haciendo gala de una dignidad de la que ciertas personas carecen; ahora se les habr¨¢ venido el cielo abajo al comprobar que donde manda capit¨¢n no manda marinero, es decir, que la pol¨ªtica enrarece hasta lo m¨¢s rec¨®ndito y que, cuando cre¨ªan cercano el reconocimiento legal de sus derechos, ciertos grupos que se autodenominan ¡°defensores de las mujeres¡± les han dado la espalda. Por ellas y para ellas era la ley que se estaba elaborando, con ilusi¨®n y mucho esfuerzo, con el objetivo de dar respuesta a sus demandas, con el fin de avanzar en la lucha frente a tan grave lacra social.
Ahora habr¨¢ que explicar la raz¨®n de tanta sinraz¨®n y los verdaderos motivos de tanta inquina frente a un proyecto legislativo que constaba, qu¨¦ curioso, en programas electorales de muy distinto signo. Tienen ustedesla palabra.
Ana Isabel Garc¨ªa Mat¨¦ es licenciada en Derecho y Criminolog¨ªa.
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