¡°Tengo solo tres virtudes: bailo, canto y cocino¡±
La Shica llega a Madrid despu¨¦s de llenar dos d¨ªas seguidos el Ateneo de Buenos Aires
La Shica es una de esas personas que vivi¨® una vida del pasado y luego, subida en el cohete de su voz, se plant¨® en el futuro. Elsa Rovayo (Ceuta, 1976) es conocida como ¡°la Bj?rk espa?ola¡±. Es tan peque?a como la cantante islandesa (por algo su ex novio y bater¨ªa de su banda, Pablo Mart¨ªn, la rebautiz¨® con ese nombre). Pero adem¨¢s, tiene un pelo negro azabache corto, ojos grandes y rasgados, piel blanca como el papel, y un carisma que le ha valido una carrera, como bailaora primero y como cantante despu¨¦s.
Hoy, con su puesta en escena inclasificable (dicen que tambi¨¦n tiene algo de Lola Flores), mezcla flamenco, rap, copla, funky, y es aclamada desde Praga hasta Buenos Aires, mientras en Espa?a se ha hecho un hueco en las salas de mediano formato, como la Galileo donde act¨²a ma?ana.
Elsa, es la peque?a de tres hermanos, y con s¨®lo 15 a?os y dos muertes a sus espaldas (la de su padre y la de su hermano) cogi¨® un tren, el Estrella del Estrecho, que iba de Algeciras a Ir¨²n y tardaba 12 horas en llegar a Madrid.
Llevo meses que paso por casa a regar las plantas y a poner la lavadora pero soy cantante, ?se hizo realidad!
De la provincia a la capital. Como aquellos j¨®venes inmigrantes de los a?os treinta, que iban del campo a la ciudad, se meti¨® sola en una pensi¨®n cercana a su colegio. Todo por bailar.
¡°Mam¨¢, yo me quiero ir¡±. Aquella frase en forma de ruego sali¨® de su boca por primera vez a los 11 a?os, la edad a la que perdi¨® a su padre. Y se repiti¨® hasta la saciedad, durante los cuatro a?os siguientes. ¡°Le achicharr¨¦ la cabeza a mi madre hasta que me dijo, ¡°vete¡±, la convenc¨ª por saturaci¨®n¡±, cuenta.
A clase por la ma?ana y a bailar por la tarde. Taconeo va, taconeo viene. Elsa recorri¨® muchos de los grandes tablaos de Madrid (Las Carboneras, Casa Patas...) hasta que se rompi¨® los pies. ¡°Entonces pens¨¦ que no val¨ªa para nada, ve¨ªa que se me agotaba el baile y ten¨ªa miedo de cambiar de profesi¨®n¡±, recuerda.
Pero una noche despeg¨®. Ten¨ªa un bolo en La Lupe de Chueca (Hortaleza, 51). ¡°Ten¨ªa que bailar pero dije que iba a cantar. Me acord¨¦ de las canciones que cantaba mientras tend¨ªa la ropa y me mandaban callar los vecinos, me tom¨¦ dos whiskys y me lanc¨¦¡±.
En las siguientes actuaciones ya hab¨ªa entre el p¨²blico representantes de la Warner y de Universal. ¡°La gente me miraba de manera distinta a cuando bailaba, era como si me dijeran: ¡°Hazlo, ese es tu camino¡±; y como yo soy de tirarme al barro, lo hice¡±.
Ten¨ªa 28 a?os, se rap¨® la cabeza, cerr¨® todos sus compromisos con los tablaos, dejando boquiabierto a m¨¢s de uno, pidi¨® prestado algo de dinero para las clases de canto, trabaj¨® de camarera... ¡°Y r¨¢pido, pero poco a poco, empec¨¦ a actuar en salas y viaj¨¦ por Espa?a y luego fuera y ya no paro: Llevo meses que paso por casa a regar las plantas y a poner la lavadora pero soy cantante, ?se hizo realidad! y s¨®lo tengo tres virtudes: bailo, canto y cocino¡±.
La Shica. Sala Galileo Galilei. 2 de junio. 21.30. 15 euros.
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