Rescate (virtual) tras el saqueo
Valdivieso ¡®devuelve¡¯ a su lugar, con fotograf¨ªas, unas 300 pinturas del Barroco
Ya que cambiar el curso de la historia es imposible y esos magn¨ªficos lienzos que salieron de Sevilla en el siglo XIX, robados o vendidos ilegalmente en su mayor¨ªa, no volver¨¢n si no es prestados para una exposici¨®n temporal, Enrique Valdivieso se ha tomado la justicia por su mano.
?El catedr¨¢tico de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla ha recuperado el patrimonio perdido de la ¨²nica forma que se puede: virtualmente. El especialista en arte barroco ha localizado unas 300 pinturas que fueron realizadas para Sevilla entre finales del siglo XVI y el XVIII en museos, instituciones y colecciones privadas de todo el mundo para, gracias a la inform¨¢tica, devolverlas a sus lugares originales. El resultado de tal proeza tiene forma de libro y se titula Recuperaci¨®n visual del patrimonio perdido. Conjuntos desaparecidos de la pintura sevillana de los Siglos de Oro.
Las obras que salieron de Sevilla son de Zurbar¨¢n, Murillo o Roelas
La obra, editada por el Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Sevilla, es el resultado de dos a?os de trabajo de Valdivieso, autor de m¨¢s de una veintena de publicaciones, y Gonzalo Mart¨ªnez del Valle, doctor en Historia del Arte. El libro, que se presentar¨¢ el lunes 11 en el Real Alc¨¢zar, pretende devolver a la capital andaluza las pinturas de algunos de sus m¨¢s grandes artistas como Pedro de Campa?a, Pacheco, Juan de Roelas, Herrera el Viejo, Zurbar¨¢n, Alonso Cano, Murillo, Vald¨¦s Leal o Juan de Espinel.
¡°Se trata de volver a lo que fue y que ya no es para tomar conciencia del enorme destrozo que las circunstancias hist¨®ricas han hecho con el patrimonio sevillano y para que no se vuelva a repetir¡±, explica Enrique Valdivieso, autor de obras como Pintura barroca sevillana (Guadalquivir, 2003) o Vald¨¦s Leal (Guadalquivir, 1988)
La destrucci¨®n de retablos se debi¨® al tr¨¢nsito del Barroco al Neocl¨¢sico
¡°Las fotograf¨ªas de cada pintura expoliada, vendida o perdida se han colocado en sus retablos o altares originales cuando se conservan y, si el conjunto al que pertenece ya no existe, lo hemos recreado siguiendo descripciones de la ¨¦poca o bas¨¢ndonos en otros muy similares¡±, explica Valdivieso, quien tambi¨¦n ha comisariado importantes exposiciones. El milagro inform¨¢tico lo ha hecho con un software de retoque fotogr¨¢fico Gonzalo Mart¨ªnez del Valle, autor tambi¨¦n de La imagen del poder. El retrato sevillano del siglo XVII ( Maestranza, 2010).
El altar ef¨ªmero de las fiestas de inauguraci¨®n de la iglesia de Santa Mar¨ªa la Blanca de 1665 es una de las obras que se reconstruye gracias a la descripci¨®n del erudito Fernando Torre Farf¨¢n, volviendo a colocar en ¨¦l una pintura de Herrera el Joven y otras tres de Murillo, de las que una se encuentra en el Prado y otra, en la National Gallery de Londres.
Los ¨®leos, vendidos o expoliados en el XIX, est¨¢n en museos de todo el mundo
Las pinturas que han ¡°devuelto¡± a casa estos dos historiadores se encuentran repartidas por una larga lista de museos entre ellos el Prado, la National Gallery de Londres, el Louvre de Par¨ªs, el Bellas Artes de Sevilla, el Art Institute de Chicago, el Hermitage de San Petersburgo, el Museo de Pintura y Escultura de Grenoble, la Art Gallery de Ontario, el Museum of Art de Carolina del Norte, la colecci¨®n Camps Rivera de M¨¦xico, la Gem?ldegalerie de Dresde, el Bellas Artes de Budapest, el Museo Pushkin de Mosc¨² o la Galleria Palatina del Palacio Pitti de Florencia.
¡°Casi la mitad de las pinturas con las que hemos trabajado las rob¨® el mariscal Soult en 1810 durante la Guerra de la Independencia con el pretexto de que se iba a crear un museo en honor a Napole¨®n, pero que, al final, acabaron en su casa de Par¨ªs. Cuando muri¨®, sus herederos las vendieron y muchas de ellas las adquiri¨® el Louvre¡±, explica Valdivieso. Entre esos lienzos expoliados se encuentra Inmaculada, pintada por Murillo en 1678 para el Hospital de los Venerables de Sevilla. La pintura, una de las m¨¢s preciadas por Soult, la compr¨® el gobierno franc¨¦s en 1852 por 615.300 francos, la cifra m¨¢s alta que hasta entonces se hab¨ªa pagado por un lienzo. La Inmaculada se instal¨® en el Louvre y, tras un acuerdo con Espa?a en 1940, se cambi¨® por un retrato de Vel¨¢zquez de do?a Mariana de Austria, pero nunca volvi¨® a Sevilla, sino que se qued¨® en el Prado. La Inmaculada con la que se inici¨® la escalada de precios en el arte volver¨¢ a verse, y en este caso sin necesidad de realidad virtual, en el altar de los Venerables del que fue arrancada. La visita, aunque temporal, se realizar¨¢ gracias a la exposici¨®n Murillo y Justino de Neve: el arte de la amistad, que estar¨¢ en el Prado a partir del 26 de junio y que el 11 de octubre llegar¨¢ a Sevilla.
Adem¨¢s de la rapi?a de Soult, la Desamortizaci¨®n de Mendiz¨¢bal en 1836, la revoluci¨®n de 1868 y la Guerra Civil han sido, en opini¨®n de Valdivieso, las causas de esta dispersi¨®n del patrimonio pict¨®rico sevillano. A las que tambi¨¦n hay que a?adir el tr¨¢nsito del Barroco al Neocl¨¢sico.
¡°Cuando arrancaban una pintura de su retablo, era como si le quitasen el alma. Los retablos no se estimaron en el XIX y muchos acabaron troceados y en la lumbre de los sacristanes en invierno. Ya Antonio Ponz, en su Viage de Espa?a [18 vol¨²menes escritos entre 1772 y 1794] los consideraba ¡®de la ¨¦poca del mal gusto¡¯, al igual que lo dijo Ce¨¢n Berm¨²dez en 1800 en su Diccionario art¨ªstico¡±, explica el catedr¨¢tico. Aunque, a juzgar por lo que ha quedado, esa fiebre que les llev¨® a quemar el retablo mayor del Sagrario de la Catedral de Sevilla tach¨¢ndolo de ¡°feo y de mal gusto¡±, no dur¨® mucho y la ciudad volvi¨® a reconciliarse con su eterno Barroco.
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