Al fin, la luz
Tampoco somos inocentes, no lo ¨¦ramos cuando cre¨ªamos o fing¨ªamos creer en las instituciones
Pido disculpas, esto es un cuento de terror. Esto no es una crisis econ¨®mica, es otra cosa de m¨¢s alcance: todas las instituciones que pretend¨ªan tener autoridad moral sobre nosotros est¨¢n cuestionadas, ellas mismas han mostrado sus miserias en estas fechas. Todo era mentira.
La curia de varones de la Iglesia Cat¨®lica, su pedofilia y ocultamiento, los ni?os robados, la lucha de poder en el Vaticano que le sacude el trono al mismo Ratzinger¡ Cristo los correr¨ªa a correazos y vender¨ªa el Vaticano. Los EE UU, prestigiosos exportadores de democracia no pudieron evitar que vi¨¦semos a Wall Street en pelota tal como es, la cueva de Al¨ª Bab¨¢ que desencaden¨® la crisis financiera. Ladrones impunes. Europa, aquella cornucopia m¨¢gica que enviaba euros para nuestros paseos mar¨ªtimos y museos, grandes edificios vac¨ªos y dispendios de todo tipo, ahora habla alem¨¢n con acento prusiano y nos chupa la riqueza para engordar ella. La monarqu¨ªa espa?ola con la casa de Borb¨®n patas arriba: el yerno, la infanta, el Rey, el elefante, la princesa, las cuentas suizas... Y toda la pol¨ªtica nacida en la democracia est¨¢ deslegitimada tambi¨¦n. Muy lejos quedan ya aquellos carteles de colores que la sociedad espa?ola le compr¨® a Felipe Gonz¨¢lez con la promesa de que la vida ser¨ªa de otro color. Hoy, el color de la corrupci¨®n empa?a retroactivamente todo nuestro modelo de desarrollo y de estado con gobiernos sucesivos. Las m¨¢quinas de poder que son los principales partidos aparecen desnudas. De un modo u otro, todos relacionamos nuestra ruina con su falta de ¨¦tica. ?Y la banca? ?La temible, s¨®lida y respetable banca? Hemos concluido que banqueros y financieros son los principales ladrones, protegidos por los gobernantes. A ver, ?qu¨¦ nos queda?¡ Ah, s¨ª, la Justicia. ?Qu¨¦ jueces? ?Garz¨®n o los que brindaron con champ¨¢n despu¨¦s de echarlo? ?Los del Tribunal Constitucional fumando el puro en los burladeros de la plaza de toros de Sevilla dirimiendo el estatuto catal¨¢n? ?El Presidente del Consejo General del Poder Judicial en su relax marbell¨ª a cuenta nuestra? ?O el fiscal que lo absuelve de ser investigado? Tampoco nosotros somos inocentes, no lo ¨¦ramos cuando cre¨ªamos o fing¨ªamos creer en esas instituciones, fue una marea silenciosa en la que fuimos navegando todos.
El franquismo, adem¨¢s de terror y miedo, era corrupci¨®n organizada, pero la manten¨ªa oculta y nunca sal¨ªa a flote. ?Qui¨¦n sabe nada de los escas¨ªsimos casos de corrupci¨®n que afloraron? ?De Matesa, del aceite de Redondela¡? La sociedad totalitaria que era el franquismo ten¨ªa el descaro de obligarnos a creer que era una sociedad moral. Es as¨ª que hay personas hoy que creen que entonces hab¨ªa menos corrupci¨®n. Hay que fastidiarse. Pero si pod¨ªamos creer entonces en nuestra hucha de la caja de ahorros municipal, ahora es imposible no sentir verg¨¹enza al ver lo que eran realmente las cajas de ahorro que ten¨ªamos, de la corrupci¨®n pobretona del enchufismo se pas¨® al puro gangsterismo inmobiliario.
Todo eso nos produce falta de sentido de la realidad, nos marea, pero eso se multiplica con el espect¨¢culo de los ¨²ltimos seis meses: ser¨ªa agotador repasar todo lo que se dijo de Zapatero y sus gobiernos, contrasta con lo que no se dice de este panorama que tenemos delante. ?Qu¨¦ dicen ahora de Rajoy y su gobierno? Esto s¨ª es aterrador. ¡°A Espa?a no le puede pasar lo de Grecia¡± y ¡°cueste lo que me cueste¡±, resumen el periodo final de Zapatero. Le cost¨®. Le pas¨® por encima la crisis y lo acuchill¨® por la espalda un sector de su propio partido. Desde entonces el PSOE est¨¢ bloqueado e inutilizado en un impasse. Y lleg¨® esto que lleg¨®, no hay calificativos, es imposible resumir la incompetencia de quienes tuvieron tres a?os para prepararse y, al parecer, se creyeron realmente que bastaba que ocupasen el Gobierno para que los problemas desapareciesen. ?¡°Que caiga Espa?a que ya la levantaremos nosotros¡±, dijo uno que ahora es ministro! Ayudaron todo lo que pudieron a que cayese para ahora protagonizar este esperpento. Lo aterrador es que, seg¨²n parece, no s¨®lo eran una oposici¨®n mal¨¦vola y antipatri¨®tica sino que adem¨¢s eran tan incapaces e ignorantes como ahora demuestran. ?No sab¨ªan que el principal d¨¦ficit oculto que pod¨ªa haber en las autonom¨ªas estaba en la de Madrid, Valencia y Castilla-Le¨®n, donde gobernaba su partido? ?No sab¨ªan del agujero de Caja Madrid y Caja del Mediterr¨¢neo? O es que viven perdidos en su propio laberinto de mentiras o es que su desgobierno interno e incompentencia es astron¨®mica. Pero aqu¨ª estamos con Ana Mato en su cruzada contra el aborto y el Ministerio de Defensa reivindicando las derrotas y masacres coloniales como la Guerra del Rif, puro franquismo ideol¨®gico. Y al fin vemos la luz, una luz triste: ya estamos rescatados. Podemos sentarnos y ver las cosas con perspectiva hist¨®rica: la literatura nos ayudar¨¢, leamos al gran Ram¨®n J. Sender en Im¨¢n para saber de la locura que acab¨® engendrando el franquismo (o bien El nombre de los nuestros, de Lorenzo Silva), imprescindible una ojeada a los esperpentos de nuestro Valle-Incl¨¢n. S¨®lo as¨ª se comprende lo que nos ocurre.
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