Gran ¨¦xito de Vengu¨¦rov con la Sinf¨®nica

Maxim Vengu¨¦rov ha cosechado un gran ¨¦xito al frente de la Orquesta Sinf¨®nica de Galicia (OSG) en el Palacio de la ¨®pera de A Coru?a, dentro de la programaci¨®n del Festival Mozart. El punto m¨¢s alto del concierto fue su versi¨®n como solista y director del Concierto de viol¨ªn n? 4 de Mozart, con todo su buen hacer y el portentoso sonido de su Stradivarius Kreutzer al servicio de la m¨²sica del salzburgu¨¦s, fiel su esp¨ªritu y letra y con un impecable despliegue t¨¦cnico, especialmente en las cadenzas. Como director, dej¨® ver algunas de las carencias y tics que habr¨ªan de revelarse una r¨¦mora en su versi¨®n de la Sinfon¨ªa n? 3, Heroica, de Beethoven.

?En el Concierto para dos violines de Bach, actu¨® junto a ¨¦l Massimo Spadano. El concertino de la OSG toc¨® la parte del segundo viol¨ªn con mayor fidelidad a los criterios actuales sobre interpretaci¨®n de la m¨²sica barroca que el ruso, este con un abuso del vibrato que revela su pertenencia a la escuela de Isaac Stern. Escuela y exceso de efectivos de la orquesta, que obligaron al uso de arco rom¨¢ntico a los solistas, desvirtuaron en parte lo que pod¨ªa haber sido una gran versi¨®n.

La Heroica de Beethoven es piedra de toque para un director. Vengu¨¦rov, que es un gran m¨²sico y lo demuestra brillantemente como violinista, no dio la ley como director; sencillamente. Su gesto recuerda el de los directores sovi¨¦ticos de hace d¨¦cadas por lo ampuloso y un cierto mecanicismo ortop¨¦dico marcando compases y entradas. Esto no impide que se le caiga el tempo ni le facilita la concertaci¨®n, primer trabajo de un director. Lo mejor, como otras veces, los solos. Al final, aunque el dicho de que ¡°Beethoven puede con todo¡± sea creencia popular, lo cierto es que no todos pueden con Beethoven.