Madrid ensaya su primer Fringe
La nueva programaci¨®n de los Veranos de la Villa prueba este a?o a imitar los festivales que, como el original escoc¨¦s, se rinden a las artes esc¨¦nicas desde la orilla de la cultura no oficial
Mezcla de debut, resurrecci¨®n y tubo de ensayo. Montado sobre esa extra?a tr¨ªada llega Fringe Madrid, el festival de artes esc¨¦nicas que desde el pr¨®ximo viernes 13 y durante un mes colmar¨¢ la ciudad de danza, teatro y m¨²sica. O, como su nombre e historia indican, de propuestas nacidas del otro lado de la cultura oficial, en los bordes, mir¨¢ndola desde la periferia.
La cita ser¨¢ en el Centro Cultural Conde Duque y se extender¨¢ hasta el 12 de agosto. Cada noche, un estreno de teatro o danza, con sesi¨®n doble, y un concierto en la terraza. Los fines de semana, alternativas infantiles. Un mes con propuestas para casi todos los gustos: teatro convencional, obras con integrantes del p¨²blico completando el elenco, piezas para un solo espectador, mon¨®logos, improvisaciones, teatro de objetos y performance, trozos de pasado, actualidad lacerante y miradas hacia el futuro. Todo ello bajo el paraguas de una banda sonora ecl¨¦ctica: rock, pop, funk y soul, pero tambi¨¦n fado, latin jazz, electr¨®nica, reggae y flamenco.
Lo m¨¢s destacado de la programaci¨®n de danza
- Biosphere, de Klaus Kruse. Sal¨®n de B¨®vedas del Cuartel del Conde Duque. El 14 de julio, a las 21.15, y el 15 de julio, a las 20.00.
- Bailar el agua, de Chefa Alonso. Con coreograf¨ªa de Raquel S¨¢nchez y el baile de Ana Erdozain. Sala de ensayo 2. El 21 y 22 de julio, a las 12.00.
- Hermosura, de Mey Ling Bisogno. Sala de ensayo 1. El 25 de julio, a las 21.15, y el 26 julio, a las 20.00.
- Vino amargo, por la Compa?¨ªa Jos¨¦ Barrios. Con la participaci¨®n de la bailaora Teresa Vallejo. El 30 de julio, a las 21.15, y el 31 de julio, a las 20.00.
Parte de los Veranos de la Villa e inspirado en el Fringe de Edimburgo, que naci¨® en 1947 cuando artistas que quedaron fuera del festival oficial de la ciudad decidieron representar sus obras en las calles, el Fringe madrile?o se suma a las ediciones que desde hace a?os convocan a miles en Nueva York, Quebec, Dubl¨ªn y Melbourne.
La oferta del festival es el resultado de una convocatoria tan veloz como exitosa. En menos de cuatro semanas se presentaron 450 proyectos, de los que se escogieron 40. ¡°Para la selecci¨®n hemos tenido en cuenta que las obras fueran innovadoras, rompedoras, salidas de la norma y que no se hubieran presentado ya en Madrid. Cogimos lo que nos pareci¨® m¨¢s atrevido y distinto, con especial hincapi¨¦ en el apoyo a compa?¨ªas j¨®venes¡±, explica Marion Betri¨², una de las organizadoras.
Dentro de ese universo de distintos sobresale la propuesta del director norteamericano Neil Labute y su par italiano Marco Calvani que presentar¨¢n piezas cruzadas, es decir, cada uno dirigir¨¢ una obra escrita por el otro: Cosas de este mundo (Calvani) y Miel en los labios (Labute). ¡°Autores dirigiendo autores¡±, como lo pone el propio Labute en conversaci¨®n telef¨®nica con EL PA?S. El norteamericano, autor de piezas como En un bosque, oscuro y profundo y pel¨ªculas como Un funeral de muerte, no es nuevo en el mundo Fringe. Aunque ha participado de varias ediciones neoyorquinas, espera con ansias el debut en Espa?a. ¡°Ser¨¢ mi primer viaje a Madrid y me emociona poder mostrar trabajos como este que hemos ideado con Marco a otras audiencias¡±, asegura.
A diferencia de sus pares de otras ciudades, el Fringe local se vivir¨¢ puertas adentro (del Conde Duque) y no en las calles. Al menos, por este a?o. ¡°Queremos que este primer Fringe sea el arranque, que sirva como una suerte de ensayo y que de a poco se consolide en el calendario cultural de la ciudad¡±, se ilusiona Natalio Grueso, director de Programaci¨®n de Artes Esc¨¦nicas. El funcionario est¨¢ convencido de que el sello del debut ser¨¢ la ¡°gran calidad¡± de la oferta del festival y apuesta a que el Fringe se convierta en uno de los pilares de su proyecto. ¡°Queremos que Madrid se sume a las grandes capitales culturales de Europa y se consolide como referencia en ese universo. Es un tubo de ensayo para que la del a?o que viene sea una gran edici¨®n¡±, afirma. Los Juegos Ol¨ªmpicos de 2020 despuntan en el horizonte de esos planes. En la misma l¨ªnea, Betri¨² agrega: ¡°La idea es que en el futuro se sumen m¨¢s espacios municipales, adem¨¢s del Conde Duque. Este es un primer experimento. Queremos ver c¨®mo funciona, c¨®mo responde el p¨²blico¡±.
Adem¨¢s de una suerte de ensayo general, el primer Fringe Madrid supondr¨¢ la reactivaci¨®n de Conde Duque como espacio cultural despu¨¦s de la rehabilitaci¨®n de 2011 y la invasi¨®n por carcoma que lo mantuvo cerrado hasta junio pasado. ¡°Ha llegado el momento de recuperarlo, de llenarlo de vida¡±, dice Grueso.
Parte de esa vida podr¨ªa llegar de la mano de producciones concebidas por y para el Fringe. Es el caso de IN(sumisos), una coproducci¨®n de Turli Tava y Cr¨ªa Cuervos, dos compa?¨ªas madrile?as que act¨²an en sitios ¡°no convencionales¡±. ¡°Lo primero que hicimos fue preguntar qu¨¦ espacios hab¨ªa disponibles en Conde Duque y finalmente dimos con la Sala de B¨®vedas, lo que eran las antiguas caballerizas¡±, cuenta Luis Ill¨¢n, uno de los actores. La acci¨®n transcurre entre los arcos de medio punto y el p¨²blico, siempre de pie, sigue a los actores hasta cada rinc¨®n.
Mey Ling Bisogno est¨¢ al frente de Hermosura, (¡°una obra caprichosa sobre la belleza f¨ªsica desde todas las perspectivas posibles¡±, la define) y que es otra de las creaciones surgidas a partir de la convocatoria de Fringe. Orgullosa, no oculta su alegr¨ªa por formar parte de esta primera aventura. ¡°Estar en el Fringe es un honor. Es mi lugar¡±, sentencia. Y completa: ¡°Hace mucho tiempo quer¨ªa participar, pero para eso ten¨ªa que irme a Edimburgo. Celebro que Madrid haya adoptado el formato¡±.
El Fringe est¨¢ por fin cerca. En el calendario y de la ciudad.
Experimento de verano en el viejo cuartel
El Cuartel del Conde Duque es un buque fantasma que cualquier ciudad envidiar¨ªa para colocar dentro de ¨¦l el viaje m¨¢gico del arte en cualquiera de sus manifestaciones (portada de Churriguera incluida). Ya en tiempos, antes de la profunda e interminable restauraci¨®n que est¨¢ sufriendo el venerable y vetusto edificio militar, fue un sitio de referencia en la programaci¨®n veraniega de la capital y por los escenarios de sus patios, pasaron tanto en la m¨²sica, el teatro como la danza y el ballet grandes nombres e importantes espect¨¢culos.
Ahora Madrid tiene por fin su festival en concepto Fringe, en el decir de sus organizadores, modesto con respecto a los ya muy rodados de otras ciudades como el de Edimburgo, una referencia mundial en artes esc¨¦nicas y donde los programadores de todas partes otean en busca de nuevos talentos. Fringe Madrid intentar¨¢ explorar el cuartel desde las b¨®vedas a sus salas de ensayos y su modesto teatro de nueva construcci¨®n, una sala inexplicablemente poco moldeable a los montajes actuales.
Por alguna raz¨®n poco explicada, y desde luego inaceptable, la palabra "danza" hab¨ªa sido eliminada del cartel del Festival Fringe 2012. El error fue corregido a tiempo, y la danza finalmente ocupa su modesto sitio, y dentro de la programaci¨®n hay varios espect¨¢culos de baile propiamente dichos o fronterizos, como es el caso de Biosphere, de Klaus Kruse, un poeta singular, activo performer germano radicado en el Reino Unido, que propone una inmersi¨®n imaginaria en el universo de un personaje, el Doctor Compost.
Otras obras de inter¨¦s son Bailar el agua, con m¨²sica en directo de saxof¨®n por Chefa Alonso y baile de Raquel S¨¢nchez y Ana Endorzain, una obra concebida para personas con diversidad funcional ps¨ªquica y f¨ªsica; Hermosura de Mey Ling Bisogno; seg¨²n su creadora, "un experimento sobre futuras formas del cuerpo humano, donde, utilizando materiales sobre el cuerpo, se exploran vol¨²menes y se analiza el cambio de forma de la silueta humana, la manera en que esto afecta su movilidad y por consecuencia la manera de interactuar socialmente". La compa?¨ªa de Jos¨¦ Barrios ofrece Vino amargo, una puesta en escena a la manera de entender de los tablaos en los a?os veinte y treinta del siglo pasado, donde no solo se bailaba o se cantaba, sino que se dec¨ªa la palabra con poemas o romances populares, escenificaci¨®n vern¨¢cula, como un recuerdo de esos artistas que ya no est¨¢n, y llevado como una toma de conciencia del legado que han dejado.
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