Madrile?os de 2.500 a?os
Una jornada de puertas abiertas permite en Santorcaz conocer las claves de los misteriosos carpetanos
Las primeras viviendas adosadas de Madrid no fueron las de las urbanizaciones perif¨¦ricas de la ciudad. Ni siquiera las de los monjes del monasterio de Santa Mar¨ªa del Paular, a los pies de Pe?alara, imitadas luego en los poblados mineros. Las primeras fueron las del todav¨ªa misterioso pueblo carpetano, establecido hace 2.500 a?os en numerosas zonas de la regi¨®n central y que, seg¨²n los romanos conquistadores de la Hispania, dio su primitivo nombre a la urbe madrile?a: Mantua Carpetanorum.
Pruebas de tal ¡°primicia residencial adosada¡± se encuentran en el oppidum carpetano del Llano de la Horca, un poblado fortificado de 10 hect¨¢reas de extensi¨®n que, curiosamente, pudo conservar sus tesoros gracias a que las legiones de Roma, por razones desconocidas, eludieron ocuparlo. El llano es excavado cada verano desde hace una d¨¦cada por un centenar de arque¨®logos e investigadores bajo la direcci¨®n y supervisi¨®n de Enrique Baquedano, director del Museo Arqueol¨®gico Regional y Gonzalo Ruiz Zapatero, catedr¨¢tico de Prehistoria en la Universidad Complutense, y por los arque¨®logos Gabriela Martens y Miguel Contreras. El yacimiento arqueol¨®gico se encuentra situado sobre un cerro aleda?o a Santorcaz, pueblo medieval del conf¨ªn madrile?o con La Alcarria, cerca de Alcal¨¢ de Henares.
Precisamente, en la sede alcala¨ªna del Museo Arqueol¨®gico cabe contemplar hasta 700 objetos expuestos de los m¨¢s de 2.000 hallados hasta ahora y depositados en sus almacenes, que acompa?aron la vida de aquel pueblo, el primero asentado establemente en la regi¨®n. Una jornada de puertas abiertas brinda este s¨¢bado al mediod¨ªa a madrile?os y forasteros la ocasi¨®n de conocer las claves del pueblo carpetano sobre el terreno que ocup¨® en las inmediaciones de Santorcaz, en la extensa campa que revela la traza de calles de casas adosadas, construidas sin cimentaci¨®n sobre un z¨®calo de caliza y paredes de tierra prensada y adobe, dotadas de tres habit¨¢culos: vest¨ªbulo con porche, dormitorio y almac¨¦n.
En el vest¨ªbulo, donde aparecen restos cer¨¢micos, los carpetanos laboraban sus artesan¨ªas, ya que era la ¨²nica estancia de la casa provista de luz natural por tratarse de viviendas adosadas de muros lisos. El dormitorio conten¨ªa asimismo la cocina, con su correspondiente hogar u horno -como muestran los restos p¨¦treos ahumados dispuestos circularmente- y la bodega, en la zona m¨¢s oscura de la casa, que se reservaba para guardar alimentos y vino, como se?alan los fragmentos de vasijas all¨ª hallados, seg¨²n explica Gabriela Martens, que ha estudiado el trazado urban¨ªstico del poblado.
F¨ªbulas, broches y cer¨¢mica dom¨¦stica componen los ajuares encontrados por los investigadores y estudiantes de Arqueolog¨ªa procedentes de numerosas universidades de toda Espa?a. Precisamente, en el curso de la visita al oppidum carpetano, donde ahora se excava en dos zonas centrales y una perif¨¦rica, sobre un terrapl¨¦n ataludado lleno de restos rocosos dispuestos de forma de muralla, los arque¨®logos, que buscan un supuesto foso defensivo, acaban de encontrar a menos de un palmo de profundidad un alfiler de pelo de mujer. Es met¨¢lico, de bronce, presumiblemente de hechura romana. El cardenillo que lo recubre, esa suerte de verd¨ªn del bronce, deja ver no obstante el cuidado dise?o de esta pieza, que los romanos llamaban acus crinalis, aguja para las crines, alfiler del cabello. ¡°El comercio con Roma era un hecho¡±, explica Susana Azc¨¢rraga, especialista en cer¨¢mica campaniense, que exhibe una bell¨ªsima pieza negra con forma de copa, con dos c¨ªrculos planos paralelos, procedente de la Campania meridional italiana, hallada tan solo hace unos d¨ªas en la llanura de Santorcaz.
Pero a¨²n m¨¢s sorprendente fue el hallazgo meses atr¨¢s de una l¨¢mina bronc¨ªnea, de m¨¢s de un palmo cuadrado de extensi¨®n, que muestra labrados delicadamente sobre su superficie un ciervo y algunas aves. Gonzalo Ruiz Zapatero y Enrique Baquedano consideran la pieza hallada como ¡°expresi¨®n del desarrollo art¨ªstico del pueblo carpetano, dada la finura figurativa y el contraste simb¨®lico de sus representaciones, que remiten a una escena de ciclos vitales¡±.
El descubrimiento a lejana distancia, concretamente en Extremadura, de una pieza carpetana llamada t¨¦sera -mitad de un objeto completo que se empleaba como credencial de fidelidad mutua- permite plantear a ambos cient¨ªficos de la Arqueolog¨ªa la eventualidad de que el pueblo carpetano figura entre los pioneros en la pr¨¢ctica de la trashumancia, ya ejercida desde antiguo, se?a de identidad del pastoreo peninsular y regional de dilatada presencia en el tiempo. Por cierto, a ambos lados de la madrile?a Puerta de Alcal¨¢ cabe ver a¨²n hoy dos mojones que se?alan las dimensiones de la ca?ada por donde trashumaban los reba?os entre Castilla y Extremadura.
El Llano de la Horca de Santorcaz, a 52 kil¨®metros de Madrid, tiene vocaci¨®n de Parque Arqueol¨®gico Regional. Con tal prop¨®sito se iniciaron las excavaciones en el a?o 2001. Gracias a la tenacidad de los investigadores, se ha podido forjar un primer relato del misterioso pueblo pionero que pobl¨® de manera estable Madrid.
Confidencias de arque¨®logos clandestinos hablaban ya, d¨¦cadas atr¨¢s, de numerosos hallazgos de objetos presumiblemente pertenecientes a una rara civilizaci¨®n, as¨ª como de otros de origen romano o ibero en las inmediaciones de Santorcaz hasta que se realiz¨® una primera prospecci¨®n y estudio en 1990 por parte de Marisa Cerde?o. Hace una d¨¦cada, el Gobierno regional, a trav¨¦s de la Direcci¨®n General de Patrimonio de la Consejer¨ªa de Cultura, adquiri¨® las diez hect¨¢reas del llano, persuadido de la riqueza arqueol¨®gica carpetana del paraje por parte Enrique Baquedano. Desde entonces se desarrollan sistem¨¢tica a incesantemente tareas de excavaci¨®n, limpieza, siglado e inventario de piezas encontradas, todo ello durante el verano y, posteriormente, a lo largo del a?os, an¨¢lisis en laboratorio y cotejo de lo hallado en las instalaciones del cercano museo regional.
Poblado carpetano del Llano de la Horca, Santorcaz. Acceso gratuito. S¨¢bado 28 de julio. De 12.00 a 13.30. Carretera de Alcal¨¢ de Henares, en direcci¨®n a Anchuelo y Santorcaz. Camino de la ermita.
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