A Conde Duque por el P¨®rtico de la Gloria
El centro cultural acoge una exposici¨®n sobre la joya de la catedral de Santiago
De Galicia procede la leyenda seg¨²n la cual el cuerpo de un ap¨®stol de Cristo, Santiago, lleg¨® en una nave a las costas norte?as precedido de estrellas. En su honor fue edificado un templo medieval, la catedral de Compostela, de presencia imperecedera. De sus tesoros, sin duda el m¨¢s deslumbrante, el P¨®rtico de la Gloria, viene a Madrid ma?ana en la forma de una exposici¨®n virtual montada en el Conde Duque, donde estar¨¢ hasta el pr¨®ximo 17 de febrero.
Se trata de una muestra virtual, tridimensional y fotogr¨¢fica. Antes, una obra del pintor historicista Jenaro P¨¦rez Villamil, hoy en el Palacio Real de Madrid, realizada en la catedral jacobea en 1849, ayuda a comprender el significado de la excelsa puerta. La exposici¨®n ha sido comisariada por Francisco Prado-Vilar, formado en la Universidad estadounidense de Harvard y profesor de Historia del Arte en la Complutense. A su juicio, P¨®rtico virtual, que as¨ª se llama la muestra, se propone ofrecer a quienes la visitan claves para conocer e interpretar mediante poderosas y actuales herramientas tecnol¨®gicas el prodigioso retablo en piedra, emblema del arte medieval de la escultura, la arquitectura y tambi¨¦n la pintura, im¨¢n que atrajo durante siglos a quienes recorrieron el circuito de peregrinaci¨®n m¨¢s importante de Occidente junto con los que conducen a Roma y Jerusal¨¦n. El p¨®rtico, labrado en piedra gran¨ªtica y concebido en 1188 para adentrar a los fieles a las tres naves del templo, fue ideado bajo la direcci¨®n del Maestro Mateo: su prop¨®sito era el de representar la ¡°Jerusal¨¦n Celeste¡± so?ada por Juan, evangelista hermano de Santiago, en su libro Apocalipsis (a?o 97 de nuestra era) sobre la culminaci¨®n de los tiempos.
Lejos de mostrar un desenlace de cat¨¢strofes y abatimientos, apocal¨ªptico, tan caro a la medievalidad m¨¢s oscura, Mateo y sus canteros llevaron a la piedra un relato pol¨ªcromo ¡ªhasta cinco policrom¨ªas distintas se han descubierto sobre la majestuosa portada¡ª donde la sonrisa, el tacto y la m¨²sica vencen frente al pecado, la culpa y la muerte. Los viejos c¨¢nones de interpretaci¨®n del arte medieval en clave est¨¢tica experimentan aqu¨ª un vuelco y permiten hablar a Pardo-Vilar de una escenograf¨ªa din¨¢mica y visionaria, de un cielo amable que se abre a los ojos de quien penetra por el portal¨®n.
El relato que narra el p¨®rtico se basa en un repertorio formado por casi un centenar de figuras, algunas clavadas sobre el dintel piramidal que soporta el t¨ªmpano. Destacan entre todas las figuras las de 24 ancianos, dispuestos semicircularmente sobre la arquivolta superior porticada, con 23 instrumentos musicales hoy desaparecidos, como el organistrum, con clavijero y cordal, todos ellos reconstruidos y algunos mostrados ahora al p¨²blico en una vitrina. ?ngeles, justos, r¨¦probos y monstruos dialogan en una charla repleta de movimiento y de vida. Muchas figuras r¨ªen y parecen incluso invitar a quien quiera unirse a departir con ellas.
El oro pur¨ªsimo, el lapisl¨¢zuli de Afganist¨¢n, los rojos pigmentos y los perfilados negros fueron aplicados sobre las estatuas para incitar a peregrinos y fieles a la delectaci¨®n visual que generaban los rayos del sol proyectados sobre el p¨®rtico, transfigur¨¢ndolo todo ¨¦l sobre el eje que forma el parteluz, la columna central donde Santiago recibe sentado y sonriente al visitante.
Un equipo de la Fundaci¨®n Barri¨¦ de la Maza, autora del proyecto, que dirige el profesor Prado-Vilar, ha estudiado durante tres a?os el significado simb¨®lico del p¨®rtico, as¨ª como su bastidor material, da?ado por el agua y la erosi¨®n. De sus indagaciones ha surgido el descubrimiento en Brins, localidad cercana a Santiago, de la cantera principal de donde se extrajo la piedra para el p¨®rtico. Todas las patolog¨ªas que la piedra sufr¨ªa han sido detectadas y el biodeterioro ha comenzado a ser frenado mediante la impermeabilizaci¨®n de las cubiertas. Un plan de intervenci¨®n de dos a?os de duraci¨®n, explica Pardo-Vilar, que comienza en el arranque de 2013, ha sido aprobado ya por la Fundaci¨®n Barri¨¦. Lo gastado hasta ahora frisa los cuatro millones de euros.
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