Federarse, ?con qui¨¦n?
Pere Navarro apuesta por un federalismo plurinacional, pero el PSOE le ha dejado solo
El pasado d¨ªa 16, el primer secretario del PSC y candidato de este partido a la presidencia de la Generalitat, Pere Navarro, pronunci¨® en Barcelona una importante conferencia program¨¢tica bajo el t¨ªtulo de ¡°La soluci¨® federal¡±. Trufada de alusiones a grandes figuras intelectuales y pol¨ªticas de los ¨²ltimos siglos (de Kant a George Washington, de Montesquieu a lord Acton), y a pesar de alguna inexactitud hist¨®rica (como la de sostener que Espa?a fue en 1873-74 una rep¨²blica federal, cuando la Constituci¨®n federalista nunca pas¨® del proyecto y no rigi¨® ni un solo d¨ªa), la exposici¨®n del l¨ªder socialista, que es a la vez su gran propuesta electoral, dibuj¨® ¡°una tercera v¨ªa¡± entre el independentismo y el espa?olismo, ¡°la ¨²nica viable, la ¨²nica posible desde nuestro punto de vista, la ¨²nica realista y la ¨²nica sensata¡±.
?Cu¨¢l es esa panacea? Por supuesto, el federalismo. En concreto, una reforma ¡°sin miedo y en profundidad¡± de la Constituci¨®n, ¡°para consolidar un verdadero sistema federal en Espa?a¡±, para dar cabida a un federalismo no ya asim¨¦trico, sino plurinacional. As¨ª deber¨ªa denominarse, puesto que ¡ªseg¨²n Navarro¡ª la nueva Carta Magna ¡°reconocer¨¢ la singularidad de Catalu?a y de las dem¨¢s naciones que constituyen Espa?a¡± tanto en t¨¦rminos cultural-ling¨¹¨ªsticos como competenciales o fiscales, e incluso regular¨¢ el derecho de autodeterminaci¨®n por v¨ªa de refer¨¦ndum. Situado ante este risue?o horizonte, el orador sostuvo que ¡°la federaci¨®n es mejor que la secesi¨®n¡±. Siempre ¡ªme permito puntualizar¡ª que haya con qui¨¦n federarse en la forma descrita.
Ninguno mostr¨® la menor afinidad con las propuestas del PSC sobre distribuci¨®n de la soberan¨ªa, sobre una Catalu?a ¡°reconocida como naci¨®n dentro de Espa?a¡±
Aqu¨ª y ahora, ?lo hay? Dado que buscar por el lado del PP ser¨ªa un esfuerzo bald¨ªo, escrutemos en el territorio del PSOE. Justamente la v¨ªspera de que el todav¨ªa alcalde de Terrassa diese su conferencia, EL PA?S publicaba un interesant¨ªsimo informe con las posiciones de los 17 l¨ªderes auton¨®micos socialistas ante el incipiente debate federal abierto en el partido.
Tres de ellos (los de Madrid, Castilla-Le¨®n y Murcia) declinaron opinar, indicio claro de su entusiasmo pimargalliano y, m¨¢s a¨²n, del que adivinan entre sus potenciales votantes. Las respuestas efectivas, aparte de la com¨²n y manida apelaci¨®n a convertir el Senado en c¨¢mara territorial, pueden dividirse en dos grupos: los que, como el castellano-manchego Garc¨ªa-Page o el extreme?o Fern¨¢ndez Vara, rechazan frontalmente la hip¨®tesis federal (¡°Espa?a tiene y debe seguir teniendo una ¨²nica soberan¨ªa, la del pueblo espa?ol. (¡) Espa?a debe seguir siendo un Estado unitario¡±. ¡°Espa?a no puede redefinirse¡±. ¡°Si lo que se pretende con el federalismo es marcar diferencias entre nosotros, conmigo que no cuenten¡±); y aquellos otros seg¨²n los cuales ¡°es dif¨ªcil avanzar hacia donde ya estamos¡± (el asturiano Javier Fern¨¢ndez), porque ¡°el Estado auton¨®mico es ya un sistema federal, pero incompleto¡± (seg¨²n el riojano C¨¦sar Luena).
Por encima de las cautas vaguedades que muchos barones socialistas transmitieron a este diario, eran significativos el menosprecio del aragon¨¦s Javier Lamb¨¢n hacia ¡°nacionalistas camuflados como Maragall¡± cuando, si se trata de hacer una apuesta federal, el expresidente de la Generalitat deber¨ªa ser considerado el gran precursor dentro del PSOE; o la cachaza con la que Pachi V¨¢zquez, pocos d¨ªas antes de enfrentarse en las urnas a un potente nacionalismo de izquierdas, aseguraba que ¡°los socialistas gallegos nos sentimos muy c¨®modos dentro del Estado de las autonom¨ªas¡±. As¨ª les fue el pasado domingo¡
En cualquier caso, ni uno de los dirigentes territoriales interrogados mostr¨® la menor afinidad con las propuestas del PSC sobre distribuci¨®n de la soberan¨ªa, sobre una Catalu?a ¡°reconocida como naci¨®n dentro de Espa?a¡± y receptora de un ¡°trato espec¨ªfico¡±, no digamos ya acerca de posibles consultas autodeterministas. Peor a¨²n: las frecuentes y recelosas invocaciones de los secretarios generales socialistas a ¡°la igualdad¡± y ¡°la homogeneidad¡± traslucen un miedo a la diferencia, una sospecha de hallarse ante otra a?agaza catalana, que son incompatibles con cualquier forma de cultura pol¨ªtica federal. Y, sin esa cultura, los cambios jur¨ªdicos no servir¨ªan para nada.
Mucho me temo, pues, que al se?or Pere Navarro los fraternales compa?eros del PSOE le han dejado completamente solo.
Joan B. Culla i Clar¨¤ es historiador.
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