Nos toman el pelo
La tomadura de pelo es lo que m¨¢s se ha democratizado en este pa¨ªs desde hace mucho tiempo
Espa?a ha alcanzado ya los seis millones de parados, pero el mercado laboral empieza ya a dar s¨ªntomas de mejor¨ªa. Sin ir m¨¢s lejos, hay personas muy afortunadas que tras provocar la quiebra de un banco y verse obligadas a dimitir, han conseguido de inmediato un trabajo. Y no un trabajo cualquiera, sino uno de los buenos. En concreto, el de consejero en Telef¨®nica, lo que evidencia la aparici¨®n de los primeros brotes bordes en dos sectores muy importantes de la econom¨ªa espa?ola: la banca y las empresas tecnol¨®gicas. Tambi¨¦n parece recuperarse el empleo p¨²blico. Hace unos d¨ªas la que fuera alcaldesa de Jerez encontr¨® una colocaci¨®n. Tras dejar el Ayuntamiento que presid¨ªa en ruina ha logrado un empleo como directora general de Cualificaciones Profesionales de la Junta de Andaluc¨ªa, que debe ser uno de los primeros trabajos asociados al nuevo modelo productivo anunciado por Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n y que uno descubre un d¨ªa que existe tras aparecer el nombramiento en el Bolet¨ªn Oficial.
En mitad de este desastre que est¨¢ arrojando a millones de personas al paro y abocando al cierre a miles de empresas, hay experiencias muy positivas que han puesto en marcha algunas instituciones y que deber¨ªan exportarse a otras comunidades aut¨®nomas por su capacidad de generar empleo. Se trata de un modelo que desarroll¨® en Galicia el expresidente de la Diputaci¨®n de Ourense, Jos¨¦ Luis Baltar. Este bar¨®n territorial ide¨® un curioso mecanismo para que todos los colocados a dedo en la instituci¨®n pudieran disfrutar de una ubicaci¨®n donde desarrollar su trabajo p¨²blico: el denominado sistema de sillas calientes. Como eran tantos los afortunados y tan poco los espacios disponibles, los enchufados se turnaban para usar las sillas. Mientras unos sal¨ªan a tomar caf¨¦ o a hacer recados, otros ocupaban sus asientos. El edificio cultural de la instituci¨®n, con tan solo tres puertas, logr¨® disfrutar de una plantilla de 33 porteros, lo que viene a salir a una media de unos diez caf¨¦s al d¨ªa para que cada uno pudiera estar unos minutos en el puesto de trabajo sin la presencia de un compa?ero al lado.
El sistema de las sillas calientes es una de las aportaciones m¨¢s novedosas al reparto del empleo que se ha puesto en pr¨¢ctica en un organismo p¨²blico desde el inicio de la crisis, pero no el ¨²nico. Con los fondos destinados para los parados tambi¨¦n se han logrado muchas colocaciones. En Andaluc¨ªa tenemos la experiencia de los ERE fraudulentos, donde hubo indemnizaciones por despidos para gente que nunca lleg¨® a trabajar y encima sobr¨® dinero para irse de copas y empolvarse la nariz. Y ahora conocemos otra novedosa experiencia en Catalu?a, el denominado caso Pallerols. Con subvenciones de la Uni¨®n Europea destinadas a la formaci¨®n de parados, Uni¨® Democr¨¢tica de Catalunya logr¨® financiar el partido y con ello mantener un buen n¨²mero de puestos de trabajo: los suyos. A la Justicia le ha parecido tan brillante la idea, que ha aceptado un acuerdo para que puedan devolver el dinero sin que tengan que devolver los cargos. El hecho es un hito en la historia judicial espa?ola, ya que por primera vez un partido ha reconocido que se lucr¨® de forma irregular con fondos p¨²blicos. Con todo, el hito, pero el hito de verdad, hubiera sido que hubieran acabado algunos en prisi¨®n.
Nos toman el pelo un d¨ªa s¨ª y el otro tambi¨¦n, ya que la tomadura de pelo es lo que m¨¢s se ha democratizado en este pa¨ªs desde hace mucho tiempo. Lo hacen todos los partidos y la mayor¨ªa de las veces al un¨ªsono. Y ya s¨¦ que no hay que generalizar, que la descalificaci¨®n de la clase pol¨ªtica en su conjunto es injusta y antidemocr¨¢tica. Pero tambi¨¦n lo es el descaro y la ausencia de ¨¦tica de esta clase pol¨ªtica y econ¨®mica que impone un r¨¦gimen de austeridad que no afecta a uno solo de sus privilegios.
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