La crisis griega comenz¨® en Troya
En 'La Odisea', El Brujo, narrador, protagonista m¨²ltiple y ex¨¦geta, conduce al p¨²blico de risa en carcajada, con inteligencia emocional
El Brujo trabaja siempre solo, siguiendo la tradici¨®n transversal de los narradores orales que anta?o nos contaban qui¨¦nes ¨¦ramos y de d¨®nde ven¨ªamos, y que a¨²n lo siguen haciendo en culturas a las que llamamos ¡°primitivas¡± con occidental suficiencia. Mucho antes de que Homero lo pusiera por escrito, el retorno de Ulises lo cantaban por esas ¨¢goras los aedos, poetas y recitadores por tradici¨®n familiar, hermanos de los narradores del Mahabharata y tatarabuelos de los griots del occidente africano actual.
Este actor juglar ha ido extractando y haciendo suyos los grandes relatos de nuestra cultura para, una vez batidos con ingredientes frescos de la actualidad pol¨ªtica y social, devolv¨¦rnoslos recompuestos, y revitalizados con un humor chispeante. Cuando El Brujo hace El Lazarillo de Tormes, no encarna al personaje, sino al esp¨ªritu liberal y c¨¢ustico que anima el libro del genio que omiti¨® su autor¨ªa para salvar el pellejo. Igual sucede en esta Odisea, que nos narra cual si fu¨¦ramos feligreses reunidos en torno a un sant¨®n morabito, en el bosquete de la sala verde de los teatros del Canal.
LA ODISEA
Versi¨®n, direcci¨®n e interpretaci¨®n: Rafael ?lvarez El Brujo. Teatros del Canal. Hasta el 10 de febrero.
En lo que va de Troya a ?taca, entre la bella Helena, el joven Tel¨¦maco, la princesa Nausica y la ninfa Calipso (¡°diosa sin papeles, top model de anta?o¡±, la llama El Brujo), en esta Odisea se cuelan como Pedro por su casa y sin hacer chirriar las puertas, porque les da paso elegantemente y los saca de escena con rapidez, personajes y circunstancias de la m¨¢s rabiosa actualidad: el tal¨®n de Aquiles y los talones de Bankia se enredan en zarzas parejas, y a la inmortalidad que Calipso ofrece a Ulises, El Brujo le llama ¡°botox divino¡±.
El actor se biloca: es narrador, protagonista m¨²ltiple y ex¨¦geta que va poniendo interesantes notas a pie de p¨¢gina. Me seduce m¨¢s cuando cuenta que cuando explica, pero engatusan, sobre todo, las numerosas digresiones que introduce: cuando habla de estatuas de contempor¨¢neos de Homero poniendo el cazo, cuando vuelve sobre sus muy productivos nueve d¨ªas de retiro en el monasterio de Silos o cuando rememora c¨®mo le fue (de mal) con una novia de 26. En la funci¨®n del domingo, reci¨¦n conocida la muerte de Anna Lizaran, no se priv¨® de recordarla interpretando La bella Helena. A veces dan ganas de que se extienda un poquito m¨¢s con tales cosas, pero pronto vuelve al cauce, que para eso el espect¨¢culo tiene el t¨ªtulo que tiene.
El caso es que La Odisea queda bien resumida, que la pl¨¢stica na¨ªf del espect¨¢culo (el decorado marino de Roberto Garc¨ªa, iluminado por Miguel ?ngel Camacho) hermana con el esp¨ªritu juguet¨®n de su int¨¦rprete, que ¨¦ste lleva al p¨²blico de carcajada en carcajada con inteligencia emocional y de la otra, que la m¨²sica en vivo de Javier Alejano y compa?¨ªa puntea bien el juego esc¨¦nico, y que al cabo de las dos horas se ha producido una suerte de comuni¨®n de la que todo el mundo sale con las facciones y el ¨¢nimo relajados. As¨ª da gusto.
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