El derrumbe de las ambig¨¹edades
CiU y PSC sufren el mayor desgaste por la polarizaci¨®n que el proyecto soberanista provoca en la pol¨ªtica catalana
Un par de semanas atr¨¢s, en este mismo espacio, sostuve que durante el ciclo hist¨®rico comprendido entre la restauraci¨®n democr¨¢tica de 1977 y la castraci¨®n del autogobierno catal¨¢n a manos del Tribunal Constitucional en 2010, que a lo largo de esos treinta y tantos a?os, PSC y CiU hab¨ªan sido los grandes partidos de la ambig¨¹edad, los mejor adaptados a aquel biotopo flu¨ªdo y equ¨ªvoco donde se pod¨ªa ser a la vez nacionalista catal¨¢n y ¡°espa?ol del a?o¡±; o palad¨ªn de un nuevo Estatuto con veleidades soberanistas y abogado de la ¡°Espa?a en red¡±. A?ad¨ª que, situados ya en otro escenario pol¨ªtico marcado por la bipolarizaci¨®n de los proyectos nacionales, por el dilema entre unitarismo espa?olista o soberan¨ªa catalana, aquellas siglas encallecidas en la gesti¨®n de la ambig¨¹edad iban a sufrir inevitablemente las m¨¢s graves dificultades. Los acontecimientos de los ¨²ltimos d¨ªas lo han corroborado con creces.
De hecho, para CiU y PSC los problemas socio-electorales se manifestaron ya crudamente hace hoy dos meses: conviene no olvidar que, el 25-N, entre ambas fuerzas perdieron 20 esca?os. Pero, adem¨¢s, la nueva agenda pol¨ªtica ha agudizado las contradicciones y las tensiones internas, siendo as¨ª que ni Converg¨¨ncia i Uni¨® ni el PSC (PSC-PSOE) son formaciones monol¨ªticas, sino compuestas -de jure o de facto- por varios ingredientes.
En 1978, cuando Converg¨¨ncia Democr¨¤tica y Uni¨® Democr¨¤tica establecieron su ¡°coalici¨®n permanente¡± (transformada el 2001 en ¡°federaci¨®n¡±), seguramente UDC era, en cuanto a nacionalismo, m¨¢s radical que CDC: por esp¨ªritu fundacional, por el recuerdo del m¨¢rtir Carrasco i Formiguera, por reacci¨®n ante el salto de Anton Ca?ellas al centrismo suarista¡ El largo reinado de Duran Lleida fue limando las garras soberanistas de Uni¨®, pero ello no supuso ning¨²n problema estrat¨¦gico ni t¨¢ctico para la camale¨®nica Converg¨¨ncia de Pujol. Hasta que, de un lado, la CDC de Mas empez¨® a invocar el ¡°derecho a decidir¡±, mientras el Duran de la suite en el Palace acentuaba sus ¨ªnfulas de estadista espa?ol. La divergencia, acentuada desde el pasado 11 de septiembre, ha estallado ahora con extrema acritud: es chocante que la democristiana Marta Llorens lanzase el caso Palau contra Converg¨¨ncia, cuando Uni¨® acaba de dejarse tantos pelos en la gatera del caso Pallerols.
A la coalici¨®n impl¨ªcita que era el PSC le han estallado las junturas
Tambi¨¦n el PSC ha sido, desde 1978, una coalici¨®n t¨¢cita entre dos culturas pol¨ªticas y dos perfiles sociol¨®gicos: el socialismo catalanista y mesocr¨¢tico en la estela de los Revent¨®s y los Pallach, y el socialismo jacobino y obrerista de la Federaci¨®n Catalana del PSOE. Las que la prensa describi¨® tantas veces como ¡°dos almas¡± del PSC convivieron en armon¨ªa durante las pasadas d¨¦cadas al abrigo de la ambig¨¹edad, en parte gracias al cemento del enorme poder institucional (que permit¨ªa acomodar a todos) y tambi¨¦n porque era el sector catalanista el que ejerc¨ªa el liderazgo tanto social como org¨¢nico.
Pero esto ¨²ltimo fue cambiando (desde el congreso de Sitges en 1994 hasta la defenestraci¨®n de Pasqual Maragall en 2006), el poder institucional casi desapareci¨® en la sima de las derrotas electorales de 2010-2012 y las anfibolog¨ªas sobre la ¡°Espa?a plural¡± han dejado paso a la disyuntiva entre soberan¨ªa o provincianizaci¨®n. Y a la coalici¨®n impl¨ªcita que era el PSC le han estallado las junturas hasta el extremo de que, anteayer, el 25% del grupo parlamentario, el mismo porcentaje de la Ejecutiva y un buen n¨²mero de cuadros territoriales y municipales se sublevaron contra la direcci¨®n por el rechazo frontal de esta al derecho a decidir, por la sangrante subordinaci¨®n de Navarro y los suyos a las exigencias del PSOE. Que el 23 de enero los socialistas formasen bloque con Ciutadans y con el PP ( ¡°si tu no vas, ellos vuelven¡±, ?recuerdan?) supone el finiquito del PSC que hab¨ªamos conocido hasta ahora.
S¨ª, claro que en CiU, en el PSC, entre opinadores, periodistas y empresarios, hay muchos nost¨¢lgicos del tiempo de las ambig¨¹edades. Tal vez los once magistrados sin piedad que lo liquidaron, a fines de junio de 2010, deber¨ªan haberlo pensado mejor.
Joan B. Culla i Clar¨¤ es historiador.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.