Saber leer los avisos de la nieve para anticiparse a las avalanchas

"Si quedas sepultado bajo la nieve los primeros 15 minutos son cruciales. Mucha gente muere por el golpe o quedan inconscientes y se asfixian". Modesto S¨¢nchez es f¨ªsico y meteor¨®logo.Trabaja para la Agencia Estatal de Meteorolog¨ªa (AEMET) y es responsable del grupo de prevenci¨®n de aludes. Anualmente, explica, se producen en Madrid entre 12 y 14 avalanchas adem¨¢s de otros muchos deslizamientos menores.

Cada jueves un meteor¨®logo de la AEMET y un vigilante del Parque Natural de Pe?alara hacen mediciones en este espacio natural para que los expertos de la estaci¨®n de Navacerrada puedan calcular el riesgo de que se produzca uno de estos fen¨®menos. Se elige una zona donde se sospeche que pueda ocurrir una avalancha. Esta vez es la cima de una ladera, a casi 2.100 metros de altitud, muy cerca de donde un senderista de 24 a?os perdi¨® la vida sepultado por la nieve el 16 de enero de 2009. Para llegar hasta el lugar hay que ir desde la estaci¨®n del Puerto de Cotos en Ratrack, un veh¨ªculo con cadenas en lugar de ruedas y dise?ado para circular en la nieve. Un trayecto de 15 minutos a trav¨¦s de un camino serpenteante con abetos a los lados. Dos pasajeros en la cabina y el resto de pie en la parte de atr¨¢s, abierta, agarrados a una barandilla para no caerse y esquivando las ramas de los ¨¢rboles.

En lo alto de la pendiente seis personas se arremolinan en torno a un agujero de un metro de profundidad abierto en la nieve. Luis Pantoja, director del observatorio meteorol¨®gico del Puerto de Navacerrada, est¨¢ dentro, tomando la temperatura de los estratos de hielo. A un lado del hoyo dos cient¨ªficos introducen en la nieve una sonda graduada ¡ªun palo met¨¢lico de un metro con muescas en cada cent¨ªmetro¡ª para medir su dureza. En la parte superior hay una varilla que atraviesa un peso de un kilogramo. Se sube la pesa, se suelta para que golpee la sonda y se mide lo que esta penetra en la nieve. As¨ª una y otra vez, cent¨ªmetro a cent¨ªmetro, hasta que la capa de nieve es atravesada y la sonda toca el suelo. Es un proceso lento y tedioso. Finalmente, se recoge una muestra de nieve de cada capa y se estudia con la lupa.

Con las evidencias recabadas los especialistas pueden calcular la posibilidad de que se produzca un alud en un intervalo de ocho o nueve d¨ªas. Hay cinco niveles de alerta. En los Alpes son frecuentes los aludes de nivel cuatro y cinco, el m¨¢s peligroso. En Madrid nunca se ha sobrepasado el tercer nivel, aunque los t¨¦cnicos sospechan que el alud que acab¨® con la vida del monta?ero era de nivel cuatro.

Las avalanchas se producen cuando una capa de nieve se desliza sobre el firme de debajo. Pueden contener desde 100 metros c¨²bicos de nieve hasta m¨¢s de 10.000. M¨¢s de un mill¨®n de kilogramos de cristales de hielo precipit¨¢ndose monta?a abajo. "[Estar atrapado bajo la nieve] es como una escayola", cuenta Alberto Pantoja, profesor de esqu¨ª y t¨¦cnico en monta?ismo ¨Csubi¨® su primer 5.000 con 12 a?os-. ¡°Est¨¢s aprisionado y no te puedes mover, y no hay espacio para el aire¡±. La falta de ox¨ªgeno es, por delante de la hipotermia, la principal causa de muerte en estos accidentes. Los servicios de emergencias de la comunidad recomiendan en su p¨¢gina de internet mover fuertemente con brazos y piernas para crear alrededor un espacio que permita respirar. Adem¨¢s, en caso de estar desorientado hay que escupir. La direcci¨®n del escupitajo indica d¨®nde est¨¢ el suelo para despu¨¦s escarbar en direcci¨®n contraria, hacia la superficie.

El? alud de placas es el m¨¢s frecuente y el que m¨¢s v¨ªctimas provoca

El m¨¢s peligroso es el llamado alud de placas. Tambi¨¦n es el m¨¢s frecuente y el que m¨¢s v¨ªctimas provoca. Se forma cuando ha soplado viento los d¨ªas anteriores. Los cristales de hielo se fragmentan y acaban compactados, formando estratos r¨ªgidos y fr¨¢giles. "La placa de arriba se quiebra y arrastra consigo a la de abajo", cuentan los t¨¦cnicos.

Cada a?o la monta?a de Pe?alara recibe 125.000 visitantes y el Parque Natural unos 800.000, explica Pablo Casta?o, subdirector de Espacios Protegidos de la Comunidad. Los accidentes con aludes no han hecho m¨¢s que aumentar en los ¨²ltimos a?os. En el 2002 hubo en Espa?a 23 avalanchas que mataron a tres personas. Sin embargo, en 2010 hubo 42 aludes, que se cobraron 17 vidas seg¨²n ACNA (Asociaci¨®n Catalana para el Conocimiento de la Nieve y los Aludes), que ha elaborado unas estad¨ªsticas a partir de los datos recopilados por el Institut Geol¨®gic de Catalunya. Los meses m¨¢s peligrosos son enero y febrero y los d¨ªas, el s¨¢bado y el domingo. Adem¨¢s, la mayor parte de accidentados estaban practicando esqu¨ª de monta?a cuando se produjo la avalancha.

Lo recomendable es que ning¨²n monta?ero vaya solo y que el equipo que lleva consigo incluya un ARVA (Aparato de Rescate de V¨ªctimas de Avalanchas), un dispositivo un poco m¨¢s grande que un tel¨¦fono m¨®vil que emite una se?al que puede ser recibida por otro ARVA, que debe portar un compa?ero, que indica la distancia. "Es un elemento del que puede depender la vida", dice Alberto. Uno bueno puede costar entre 300 y 400 euros.

Pese a lo inh¨®spito del entorno, S¨¢nchez explica que se ve de todo: "Gente que sabe mucho y tambi¨¦n a los t¨ªpicos domingueros que se tiran con pl¨¢sticos, sin crampones". Alberto asiente. "Un d¨ªa vino un padre con su hijo peque?o. Iban atados con una cuerda por la cintura, sin guantes ni nada", recuerda. Juan Vivieso, director del parque natural, lo resume a su manera: "Se pasea mejor ropa t¨¦cnica por la Gran V¨ªa que por Pe?alara¡±.