Transitivo y feliz
Carme Balcells re¨²ne a 52 amigos de Luis Izquierdo para celebrar los 77 a?os y el nuevo poemario del catedr¨¢tico
Su amigo el poeta Joan Vinyoli versific¨® sus ¡°peque?os ojos brillantes¡±. Hace un a?o parec¨ªa que iba a cerrarlos pero no fue as¨ª y ayer volvieron a centellear, esta vez por una punta de emoci¨®n no contenida tras ver a su lado a 52 de sus mejores amigos, muchos alumnos, todos admiradores. Luis Izquierdo, catedr¨¢tico de Literatura Espa?ola, bardo, ensayista, cumpl¨ªa ayer 77 a?os, un d¨ªa 27, ¡°como mi padre y uno de mis hijos¡±, por eso el pastel que sopl¨® ten¨ªa una especie de siete invertido. ?Motivo suficiente para una gran fiesta, con un halo s¨®lo posible en el realismo m¨¢gico? ¡°Cosas de Carmen Balcells y la cabal¨ªstica¡±, rezaba una voz conocedora de la agente literaria, siempre anfitriona feliz en estos casos.
Balcells conoci¨® a Izquierdo en 1992 en el entierro de Juan Garc¨ªa Hortelano y ah¨ª naci¨® esas amistades que forja la agente, cercanas a adopciones inquebrantables. Por eso empapel¨® literalmente su domicilio con fotograf¨ªas gigantes del entra?able profesor. ¡°Lo interesante es lo que hay debajo de los lienzos que aguantan las fotos¡±, dec¨ªa otro balcells¨®logo, conocedor quiz¨¢ de primeras ediciones que se escond¨ªan tras las im¨¢genes.
Pasear por entre las mesas de invitados que ocupaban cuatro de las habitaciones de la casa mientras se serv¨ªan los 27 platillos del men¨² parec¨ªa de cuento: ah¨ª una exministra de Cultura (?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde); ah¨ª Juan Mars¨¦ (¡°me parece que desde siempre cultivo su amistad por ser hombre culto y divertido, amante del cine, la poes¨ªa y la mala leche; todo eso nos une¡±); un poco m¨¢s all¨¢, Eduardo Mendoza (¡°el cumplea?os feliz nos ha quedado un poco kadish, pero a ¨¦l hasta se le ha entendido el discurso¡±, brome¨®, conocedor del alambicado verbo de Izquierdo); colegas (Ana Mar¨ªa Moix, buscando micr¨®fonos entre las mimosas); hijos (Miquel); exalumnos hoy periodistas (Llu¨ªs Bassets) o editores: Andreu Jaume (otro de los promotores del acto), Silvia Querini (¡°cuando se pon¨ªa la mano en la barbilla, sab¨ªamos que dudaba ¨¦l, y dud¨¢bamos nosotros, del autor o del libro¡±, evoc¨® su ahora editora en Lumen).
M¨¢s cerca de Izquierdo y su esposa Ana (reci¨¦n casados en una foto del comedor: ¡°Sin ella nunca me hubiera sacado la tesis¡±) estaban Pasqual y Ernest, hijos de Jordi Maragall, su segundo progenitor. ¡°Mi padre muri¨® siendo yo joven y ¨¦l se convirti¨® en mi refugio mental¡±, record¨® el homenajeado, que recibi¨® un poema de su mentor de 1967 sobre la amistad. Rosa Novell hab¨ªa declamado ya Letan¨ªas profanas, del poemario de Izquierdo Se?ales de nieve (¡°siempre a trav¨¦s de anhelos / y del ceremonioso esp¨ªritu / he querido extraer un poema del constante/ poema de amor sucesivo...¡±). Acto grande.
La anfitriona (¡°la ¨²nica aqu¨ª que no ha sido alumna tuya ni militante del PSC¡±, se autodefini¨®) estaba en su salsa. E Izquierdo, conmovido cuando le regalaron La piel de los d¨ªas, su nov¨ªsimo poemario tras a?os de silencio. Versos cargados de esa conciencia c¨ªvica y de iron¨ªa tan de la casa: ¡°Hablo, por ejemplo, de la perversi¨®n de la fidelidad religiosa, s¨®lo equiparable a la pol¨ªtica en estos tiempos de soberanismo malentendido: ?de qui¨¦n, contra qu¨¦, para qu¨¦?¡±. Y remacha: ¡°Cuando hablas del sistema no puedes hablar de cosas feas. Pero la poes¨ªa no puede no decir a veces cosas feas¡±, dice quien estos d¨ªas escribe ¡°sonetos indigestos, inevitables cuando lees sobre B¨¢rcenas o sobre Wert; he hecho rimas con ¨¦l, octos¨ªlabos, m¨¦trica indefectible cuando piensas en chorradas; lo importante sale en endecas¨ªlabos¡±.
Contento entre sus exestudiantes (¡°ense?ar entre 1970 y el 2000 fue un privilegio: escucharles enriquec¨ªa¡±), se reconoce ¡°persona sin sentido pr¨¢ctico alguno en tiempos de peligrosa aceleraci¨®n y, en consecuencia, reflexi¨®n poco meditada¡±. Tambi¨¦n modesto (¡°No hay persona m¨¢s limpia¡±, resum¨ªa Ernest Maragall), no se atreve a elegir un libro suyo: ¡°He prestado poca atenci¨®n a mi mismo, pero de la vida literaria me llevo el encuentro de Carlos Barral, de Vinyoli y de Joan Oliver¡±.
Uno de los versos de La piel de los d¨ªas reza: ¡°Transitivo y feliz. Inexistente¡±. Piensa: ¡°Hay que estar muy fastidiado para escribir eso, ?no? Con la enfermedad estaba, pero no era¡±. Sus amigos quisieron celebrar que Luis Izquierdo, necesario, a¨²n est¨¢. Es. Existe.
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