Ximo Puig y qui¨¦n m¨¢s
Resulta dif¨ªcil encontrar un texto tan breve que contenga tanta autocr¨ªtica hacia el papel desarrollado en los ¨²ltimos a?os por los partidos tradicionales
El Comit¨¦ Nacional del PSPV ¡ªcomo, en general, todos los ¨®rganos deliberantes del resto de los partidos¡ª es un espacio de debate en el casi nadie dice lo que piensa, pero todo el mundo piensa lo que dice. Hay varias razones que explican la prudencia de sus miembros a la hora de hablar ante sus compa?eros. La inmensa mayor¨ªa de ellos son cargos electos con un elevado instinto de supervivencia, acostumbrados a hablar en p¨²blico, que aquilatan mucho el poder de las palabras y saben, adem¨¢s, del precio que se paga si comenten la osad¨ªa de irse de la lengua contra el poder del aparato del partido. En consecuencia, estas reuniones, como la que ayer mismo celebraron los socialistas valencianos, acostumbran a convertirse en un ejercicio de ret¨®rica, repleto de frases hueras entre cuyos intersticios, en ocasiones, se cuelan palabras que son como cuchillos lanzados contra la direcci¨®n del partido. Hasta el aborregamiento tiene un l¨ªmite.
Que los comit¨¦s nacionales de los socialistas valencianos no sean precisamente el escenario donde m¨¢s y mejor se confrontan las ideas no significa que all¨ª no ocurra nada que pueda interesar a los ciudadanos. En ocasiones se presentan y se debaten (es un decir) documentos realmente interesantes. Ayer fue uno de esos d¨ªas. El secretario general del PSPV, Ximo Puig, explic¨® su propuesta de reacci¨®n democr¨¢tica. Un documento de 75 puntos a tener en cuenta en el que se pueden leer frases como ¨¦sta: "La raz¨®n ¨²ltima de tanto desapego, divorcio o, incluso, hostilidad hacia los pol¨ªticos por parte de hombres y mujeres democr¨¢ticamente maduros que quieren decidir libremente sobre su futuro se encuentra en la incapacidad del sistema para integrar en el orden establecido anhelos, ilusiones y proyectos propios de generaciones y tiempos nuevos. En este sentido cualquier factor que pueda menoscabar la autonom¨ªa del poder pol¨ªtico es un hecho letal para la democracia". Resulta dif¨ªcil encontrar un texto tan breve que contenga tanta autocr¨ªtica hacia el papel desarrollado en los ¨²ltimos a?os por los partidos tradicionales, como una vindicaci¨®n tan contundente de la necesidad de independencia respecto de lo que venimos en llamar los mercados, entre otros. Lamentablemente, el texto, ayer por la tarde, no se encontraba todav¨ªa en la p¨¢gina web del PSPV porque es, sin duda, de gran inter¨¦s.
No es el primer documento en el que el secretario general de los socialistas valencianos ha demostrado su voluntad de construir un relato pol¨ªtico desde la Comunidad Valenciana con la ambici¨®n de influir en la pol¨ªtica federal del PSOE. Uno anterior con una apuesta clara sobre el modelo federal de Estado fue pionero en su partido, aunque los socialistas andaluces le arrebataran parte de la primicia. La apuesta de Puig por construir un discurso por encima de las miserias org¨¢nicas de su partido es clara. Lamentablemente, muy pocos de su partido (del PSPV hablo) le siguen. Sus propuestas federalizantes o su apuesta por mejorar la calidad democr¨¢tica no acaban de encontrar el eco necesario dentro de su federaci¨®n ni, lo que es a¨²n m¨¢s grave, entre los miembros de su direcci¨®n m¨¢s preocupados por las cuestiones org¨¢nicas que por recuperar un pulso social que el socialismo valenciano ha perdido en buena parte en beneficio de Comprom¨ªs. No es Puig el primer l¨ªder que tropieza con la indiferencia interna ante propuestas que valen la pena. Ya le ocurri¨® a Jorge Alarte cuando present¨® un documento sugerente sobre el modelo econ¨®mico que, pese a contar con el apoyo de los sindicatos y el consenso de la patronal, fue dinamitado desde dentro.
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