Los arquitectos, en contra de ¡®su¡¯ museo

¡°Al d¨ªa siguiente no muri¨® nadie¡±. Y aquello, que en principio parec¨ªa motivo de felicidad, se convirti¨® pronto en problema. Porque, recuerda Jos¨¦ Saramago, morir abre hueco para que otros vivan. Sobre todo si uno es un edificio en el centro de la ciudad. En su novela Las intermitencias de la muerte, el escritor dejaba en manos de una mujer de sobres violetas el aviso de pronta defunci¨®n. En Madrid, es responsabilidad del Ayuntamiento y de la Comunidad decidir qu¨¦ edificios deben mantenerse inc¨®lumes al paso del tiempo y cu¨¢les pueden ser sustituidos. Con suerte, por otros mejores.

Ambas Administraciones ven excesivo el blindaje que la normativa actual regala a todos los edificios por el mero hecho de haber cumplido un siglo. As¨ª que est¨¢n cambiando leyes y ordenanzas para airear el cat¨¢logo de patrimonio hist¨®rico. Y si no, que le pregunten al edificio de ladrillo rojo que se alza desde 1936 en el n¨²mero 30 del paseo del Prado. El ¨¢rea municipal de Las Artes puso sus ojos sobre ¨¦l, y le ofreci¨® la parcela al arquitecto argentino Emilio Ambasz, atrayendo as¨ª a Madrid un proyecto de museo de arquitectura que se disputaban Nueva York, Londres y otras ciudades

Ambasz, de 70 a?os, encontr¨® sobre esa parcela privilegiada un edificio ¡°en malas condiciones, sin salidas de emergencia, que no cumple los requisitos de seguridad¡±, cubierto de venenoso amianto y con ¡°cantidad de escaleras que no llevan a ninguna parte¡±. Su intenci¨®n es levantar all¨ª un edificio ¡°memorable¡± de 3.672 metros cuadrados, cubierto en sus dos fachadas por l¨¢minas de vegetaci¨®n. Tras dos a?os de obras y una inversi¨®n de 4,5 millones salidos de su bolsillo, quiere inaugurar all¨ª el Museo de Arte, Arquitectura y Urbanismo.

Al Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) no le agrada la idea. Su decano, Jos¨¦ Antonio Granero, explica que el exalcalde Alberto Ruiz-Gallard¨®n firm¨® un convenio para levantar un museo de la Arquitectura en Matadero y lleg¨® a convocar un concurso. El proyecto se frustr¨® por falta de fondos, igual que se aparc¨® despu¨¦s por el mismo motivo el convenio con el Gobierno para instalar en Madrid la sede de documentaci¨®n y proyectos del futuro Museo Nacional de Arquitectura y Urbanismo. Ahora, Ambasz quiere bautizar con ese nombre su museo, que ¡°ser¨¢ de Arquitectura seg¨²n Ambasz, pero no de Arquitectura en general, y desde luego no de arquitectura madrile?a¡±, dice Granero. El decano recuerda que el Ayuntamiento cedi¨® al COAM el edificio de las Escuelas P¨ªas por 75 a?os a cambio de una inversi¨®n de 24 millones para abrir all¨ª una escuela infantil y otra de m¨²sica, un polideportivo con piscina, y un centro de d¨ªa, todos ellos p¨²blicos. ¡°?Qu¨¦ se le ha exigido a Ambasz a cambio de la cesi¨®n de ese espacio de todos los madrile?os en el altar muse¨ªstico de Recoletos?¡±. Con ¨¦l coincide Adolfo Blanco, hijo del arquitecto hom¨®nimo que, junto a Javier Ferrero (autor del Viaducto) proyect¨® el edificio en 1932. ¡°Se termin¨® en cuatro a?os, con un concepto muy romano, porque mi padre estuvo pensionado en la escuela espa?ola de Bellas Artes de Roma entre 1923 y 1927. Tanto ¨¦l como Ferrero eran arquitectos italianizantes, aunque despu¨¦s abrazaran el racionalismo. Tirar abajo ese edificio ser¨ªa una barbaridad, un atentado contra la cultura, y una tristeza¡±, concluye.

Contactado por EL PA?S, Ambasz ha declinado terciar en la pol¨¦mica y se ha remitido a la decisi¨®n que tome el Ayuntamiento. Nadie ha confirmado oficialmente que el edificio se vaya a derruir, aunque resulta imprescindible para construir el nuevo. ?Ser¨ªa legal hacerlo? Desde hace dos semanas lo es.

El pasado Pleno municipal aprob¨® el cambio de catalogaci¨®n del edificio, con el voto en contra de PSM y UPyD, la abstenci¨®n de IU y ninguna alegaci¨®n ciudadana. Este procedimiento se inici¨® tras una petici¨®n del ¨¢rea municipal de Las Artes el 20 de noviembre, con el fin de ¡°adaptar su catalogaci¨®n a la realidad f¨ªsica¡±. El edificio, de 895 metros cuadrados de superficie y 3.029 construidos, se organiza en cuatro plantas y s¨®tano, y ¡°se encuentra desocupado en su pr¨¢ctica totalidad y con plena disponibilidad¡±. Sin embargo, se detalla que alberga un centro municipal de salud, que ocupa 667 metros cuadrados en la planta s¨®tano y la planta baja. Es decir, una quinta parte del edificio est¨¢ ocupado, en contra de lo que afirma Urbanismo.

Tanto la fachada como las escaleras interiores est¨¢n blindadas con nivel 2 estructural, propio de edificios ¡°cuyas caracter¨ªsticas son de gran inter¨¦s, aunque la existencia en su interior de zonas de menor valor hacen que puedan ser autorizadas obras¡±. El Ayuntamiento va a rebajar un grado esa protecci¨®n, lo que permitir¨¢ echarlo abajo para construir otro si lo juzga de mayor val¨ªa.

El dictamen de Urbanismo considera que el edificio ¡°no es acorde con el entorno de la manzana, y no responde a un estilo com¨²n dentro de ella¡±. Asegura que la catalogaci¨®n actual ¡°parece excesiva¡±, y la rebaja a nivel 3, ambiental, que ¡°protege los valores de la fachada por su integraci¨®n en el ambiente de la ciudad, como elemento que contribuye a la comprensi¨®n global del paisaje urbano pero no precisa necesariamente de su mantenimiento f¨ªsico¡±. En conclusi¨®n: ¡°Es un edificio m¨¢s, de ladrillo visto, con un dise?o para la funci¨®n administrativa, existiendo multitud de esa ¨¦poca con esas caracter¨ªsticas¡±.