El tomate que se convirti¨® en teclado
Las cooperativas y otras f¨®rmulas de econom¨ªa social aguantan mejor la crisis Los empresarios encaminan sus proyectos hacia el sector servicios
Una berenjena que se transform¨® en pizarra o un tomate que se convirti¨® en teclado ser¨ªan, sin duda, los personajes adecuados si esto fuera un cuento. En la realidad, ese es el tipo de cambio que han experimentado las cooperativas y otras f¨®rmulas de econom¨ªa social en la ¨²ltima d¨¦cada. Estos modelos empresariales est¨¢n sorteando la crisis gracias a los principios que los rigen ¡ªprimac¨ªa de las personas y del fin social sobre el capital¡ª y a su tecnificaci¨®n, y adem¨¢s experimentan una evoluci¨®n de los sectores a los que se dedican, que tienden cada vez m¨¢s hacia los servicios.
¡°El cambio en el objeto de estas entidades surge de la necesidad de nuevos servicios, que se va generando en una sociedad que envejece a pasos agigantados¡±, considera el profesor universitario y miembro del Consejo Rector de Cooperativas Joaqu¨ªn Revuelta. Para justificarlo, pone como ejemplo la proliferaci¨®n de empresas?de atenci¨®n a personas mayores y de reparaciones, y reafirma en su tesis que el eje central en todas las sociedades de econom¨ªa social son las personas. As¨ª lo contemplan la ley estatal de Econom¨ªa Social y la ley de Cooperativas Andaluzas ¡ªambas de 2011¡ª que son las que regulan este modelo econ¨®mico.
La ¨²ltima decisi¨®n que se debe tomar en una empresa de econom¨ªa social es el despido
Por ello, normalmente, la ¨²ltima decisi¨®n que se debe tomar ante las dificultades en una empresa de econom¨ªa social es el despido de su personal. Los trabajadores, muchos de ellos tambi¨¦n propietarios y gestores de las entidades, se bajan el sueldo y trabajan m¨¢s, lo que les ayuda a mantenerse en este panorama de crisis.
El modelo ha sobrevivido, adem¨¢s, gracias a su capacidad de adaptaci¨®n. Tradicionalmente, se ven¨ªa relacionando con sectores econ¨®micos como el agrario (primario) o el industrial (secundario), pero el perfil de las empresas est¨¢ cambiando hacia el sector servicios, que actualmente prevalece sobre el resto.
El gran cambio en la econom¨ªa social andaluza se ha producido entre 1996 y 2012. El sector de la construcci¨®n, a pesar de ser uno de los mayores afectados en esta crisis, no ha sufrido variaci¨®n alguna, y mantiene exactamente el 9,3% de representaci¨®n sectorial que ten¨ªa hace 16 a?os. La agricultura y la industria, en cambio, registran un descenso; mientras que el sector servicios ha aumentado un 20% llegando a ser el m¨¢s representativo de todos: casi el 60% del total de los sectores.
En cuanto al retrato del interesado en la econom¨ªa social, la mayor¨ªa son empresarios muy cualificados, universitarios que eligen este modelo para consolidar sus ideas de negocio. As¨ª lo afirma la Confederaci¨®n de Entidades para la Econom¨ªa Social de Andaluc¨ªa (Cepes), agrupaci¨®n que el pasado 21 julio cumpli¨® el vig¨¦simo aniversario de su creaci¨®n. Cepes naci¨® para vertebrar el movimiento de econom¨ªa social surgido en los ochenta y agrupa a aut¨®nomos, cooperativas, sociedades laborales, fundaciones, asociaciones y mutualidades.
La mayor¨ªa de los empresarios que eligen este modelo son universitarios
Cada una de estas formas societarias tiene unas caracter¨ªsticas, por ejemplo, la sociedad laboral se distingue de la cooperativa porque se sit¨²a m¨¢s cerca de la estructura capitalista, ya que puede haber socios que tengan una participaci¨®n mayor y acaben ejerciendo m¨¢s poder que los otros. Aun as¨ª, la sociedad laboral encaja en este modelo.
Un ejemplo de ello es la empresa La Real Carolina, cuyo protagonista es el pat¨¦ de perdiz. Esta sociedad laboral limitada, dirigida por Cristina Rodr¨ªguez, se cre¨® en 1999 con el fin de comercializar un producto que hac¨ªa su abuela, muy demandado en Ja¨¦n. La abuela de Rodr¨ªguez y los trabajadores de su restaurante invirtieron en esta empresa, que ahora la componen 16 personas. La entidad, que lleva el nombre de la localidad jiennense, ha ido ampliando su producci¨®n y ahora vende productos gourmet a otras empresas de catering: algunos tradicionales ¡ªcomo arroz con leche con un toque caramelizado¡ª y otros de nueva cocina ¡ªcomo crujiente de langostinos¡ª. La directora afirma que no se han visto muy afectados por la crisis, pero que han evolucionado ¡°hacia el sector servicios, donde est¨¢ el crecimiento¡±.
La diversificaci¨®n en la tierra
La cooperativa Las Marismas de Lebrija, con sede en el municipio sevillano, la constituyeron en 1979 un grupo de agricultores, antiguos jornaleros, que hab¨ªan recibido tierras de colonizaci¨®n. Al ser suelo muy salino, al principio ten¨ªa muy baja producci¨®n; pero con los a?os fue dando m¨¢s fruto y hoy es terreno f¨¦rtil en el que cultivan tomate, algod¨®n, remolacha y cereal. ¡°Empezamos con 14.000 hect¨¢reas de algod¨®n, pero con los a?os decidimos diversificar la producci¨®n¡±, cuenta el presidente del consejo rector de la cooperativa, Jes¨²s Valencia. Asegura que la pasta de tomate es su producto estrella ¡°econ¨®micamente hablando¡±, pero el que m¨¢s hect¨¢reas ocupa sigue siendo el algod¨®n. Asimismo, afirma que exportan un 70% de su producci¨®n de tomate y que la entidad hace ¡°lo que el agricultor le pide¡±. Los socios al principio rondaban los 800, y ahora son 500 y han ampliado su soporte territorial.
En Abdera Organic, una cooperativa de agricultura ecol¨®gica de Almer¨ªa, ha ocurrido lo mismo: de una trabajadora han pasado a ser 15. Su administradora Carmen Mart¨ªn piensa que el futuro est¨¢ en la econom¨ªa social. ¡°No hemos notado la crisis. Cada vez va a mejor¡±, explica, y enuncia la lista de productos (berenjenas, pimientos¡) que producen y exportan a Francia y, desde hace poco, a Holanda.
Adaptaci¨®n en el sector industrial
La cooperativa cordobesa Tipograf¨ªa Cat¨®lica Nuestra Se?ora de la Fuensanta se erigi¨® en 1961. El gerente de la empresa, Manuel Navajas, afirma que evoluciona hacia el sector de los servicios. En esta sociedad dedicada a las artes gr¨¢ficas han pasado de siete socios-trabajadores a 38, que realizan impresiones en libros, revistas, carteles y folletos. Navajas explica que ¡°el sector de la impresi¨®n est¨¢ sufriendo m¨¢s crisis que otros, por el tema digital¡±.?
Adem¨¢s de Tipograf¨ªa Cat¨®lica, hay m¨¢s empresas que basan su negocio en la impresi¨®n, aunque algunas lo hacen en una vertiente diferente. En la sociedad Zona Verde Consumibles montaron su negocio gracias al reciclaje. As¨ª lo explica Rosa Aguilera, administradora de la entidad de Granada, que tiene 18 trabajadores y recoge, recicla y distribuye cartuchos de impresi¨®n a empresas. Por ello, Aguilera encaja la sociedad industrial dentro del sector servicios.
El ladrillo, el m¨¢s estable
¡°No se deben poner todos los huevos en la misma cesta, por si se rompe¡±. Con estas palabras justifica el presidente de la cooperativa malague?a Cotracom, Manuel Ruiz, las peque?as inmersiones que esta sociedad de la construcci¨®n ha realizado en otros ¨¢mbitos. Afirma que, pese a haber tenido presencia en la fabricaci¨®n de aceite y en el servicio sanitario y educativo, durante los 25 a?os de existencia de Cotracom el objeto principal ha sido la construcci¨®n.
La cooperativa, fundada por siete amigos, ha realizado grandes subcontratas en M¨¢laga, como Puerto Marina. Seg¨²n Ruiz, a la entidad le va bien pese a la crisis. ¡°El volumen de facturaci¨®n no est¨¢ cayendo, sino subiendo¡±, asegura. El presidente de esta sociedad expone que tienen la catalogaci¨®n de contratistas del estado, que cuentan con unos 150 trabajadores (subcontratas incluidas) y que actualmente mantienen relaci¨®n con Costa Rica y Ruman¨ªa.
El futuro est¨¢ en el sector terciario
La educaci¨®n es algo fundamental para ?gora, una cooperativa que naci¨® de la necesidad de un colegio en Jerez de la Frontera. Esta entidad tiene su origen en la agrupaci¨®n de padres, madres y profesorado en 1968, pero los progenitores eran socios muy inestables, porque cuando sus hijos sal¨ªan del colegio, abandonaban el grupo. As¨ª que en 1986 se constituy¨® la cooperativa actual, con ocho socios-trabajadores que ahora se cifran en 20. As¨ª lo cuenta Teresa P¨¢ez, presidenta durante muchos a?os de la cooperativa y ahora responsable de calidad. Explica tambi¨¦n que los socios no solo realizan un trabajo docente, sino que adem¨¢s desempe?an una funci¨®n dentro de la entidad, ¡°rasgo que nos distingue de otras cooperativas¡± en las que el peso recae sobre el Consejo Rector. Lo que comenz¨® como un colegio de infantil y EGB (la actual educaci¨®n primaria) ha evolucionado hasta ofrecer tambi¨¦n educaci¨®n secundaria o E.S.O. En el colegio Albariza ¡ªcuyo nombre viene de la denominaci¨®n de la tierra blanquecina y caliza de Jerez¡ª se imparte toda la ense?anza reglada, desde los 3 a los 16 a?os, y hay tambi¨¦n un aula de integraci¨®n para ni?os con problemas o discapacidades.
¡°Vamos mejorando la oferta y la organizaci¨®n¡±, asegura P¨¢ez, quien afirma que no solo han evitado destruir puestos de trabajo, sino que tambi¨¦n han creado otros nuevos. Ahora bien, la socia explica que la crisis se nota, porque la Junta les paga con retraso y hay padres que no pueden abonar el precio del comedor o las actividades extraescolares, por lo que se han reducido los asistentes a ambos. A pesar de esto, en la ¨²nica cooperativa de ense?anza obligatoria de C¨¢diz se consideran ¡°privilegiados¡± y fomentan los idiomas y las nuevas tecnolog¨ªas, algo que creen clave en cualquier sector.
As¨ª lo es tambi¨¦n en la comunicaci¨®n, donde varios profesionales, en plena crisis, decidieron unirse para crear una asociaci¨®n. Posteriormente surgi¨® la cooperativa de profesionales de la comunicaci¨®n Se Buscan Periodistas (SBP-CA). Esta empresa naci¨® en abril de este a?o, y su reconocimiento como entidad de econom¨ªa social ha sido dif¨ªcil, entre otras cosas, porque la forma jur¨ªdica que propon¨ªan no estaba del todo definida por la ley de cooperativas andaluza. De la mano de esta misma figura ¡ªambas pioneras en Andaluc¨ªa¡ª va Smart Ib¨¦rica, que da soporte a profesionales y artistas del mundo del espect¨¢culo. El presidente de la cooperativa SBP-CA, Jacinto Guti¨¦rrez, expone que la entidad opera en Espa?a, mutualiza una serie de servicios y pretende poner en marcha su propio grupo de comunicaci¨®n. Como su objetivo es amplio, asegura que el n¨²mero de socios importa: ¡°Cuantos m¨¢s seamos, m¨¢s fuerza podemos tener¡±.
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