Autopsia al PSC

El vertiginoso descalabro del PSC a lo largo de la ¨²ltima d¨¦cada ha puesto al rojo vivo el debate sobre qu¨¦ camino debe tomar el socialismo catal¨¢n. Como viene siendo costumbre en los ¨²ltimos a?os, ha sido la cuesti¨®n nacional la que se ha situado en el epicentro de la disputa. En concreto, en el PSC se debate entre hacer un gui?o al catalanismo adhiri¨¦ndose incondicionalmente al derecho a decidir o, por el contrario, apostar por v¨ªas m¨¢s moderadas y pactadas que no rompan con el modelo vigente.

El dilema del PSC se produce porque en ¨¦l conviven dos electorados con identidades nacionales diferenciadas: el catalanista (con una identidad esencialmente catalana) y el no catalanista (con una identidad espa?ola o tan catalana como espa?ola). Estos dos grupos presentan importantes diferencias sociodemogr¨¢ficas. Durante los ¨²ltimos a?os, el votante socialista catalanista se ha caracterizado por ser catalanoparlante (57%), de clase media (43%) y con poca presencia en el cintur¨®n rojo que rodea Barcelona (23%). Por el contrario, el no catalanista se ha caracterizado por ser castellanoparlante (84%), de clase obrera (63%) y con una presencia destacable en el cintur¨®n rojo (43%).

La fuerza del PSC se encuentra muy especialmente en el sector no catalanista, pues de ese colectivo proceden casi tres de cada cuatro votos socialistas. Pero a lo largo de la ¨²ltima d¨¦cada, el sector que m¨¢s ha dado la espalda al PSC ha sido el catalanista. Sus apoyos entre este colectivo han descendido un vertiginoso 80%. Este porcentaje representa el doble que el desgaste sufrido entre las filas no catalanistas.

En realidad, tras la fuga masiva de votantes catalanistas, al PSC apenas le quedan apoyos provenientes de este sector. Si en 2006 el 15% de los catalanistas votaban al Partido Socialista, en la actualidad esta cifra ha ca¨ªdo hasta un irrelevante 3%. La mayor¨ªa de estas fugas se han ido progresivamente refugiando a fuerzas catalanistas como CiU, ERC y, en menor medida, ICV.

El particular descalabro del sector catalanista tambi¨¦n se refleja en la evoluci¨®n de la implantaci¨®n territorial del PSC. El partido ha ca¨ªdo particularmente en algunas de las comarcas de tradici¨®n m¨¢s nacionalista como, por ejemplo, Pla de l¡¯Estany o Bergued¨¤. En estas zonas el PSC ha perdido en los ¨²ltimos diez a?os el 60% de sus votos. En cambio, en comarcas del ¨¢rea metropolitana, como el Baix Llobregat, el Garraf o los Vall¨¨s, el PSC ha perdido alrededor del 40% de los votos.

El PSC ha visto, pues, como en apenas una d¨¦cada se desvanec¨ªan pr¨¢cticamente todos los apoyos procedentes del catalanismo. Este ¨¦xodo ha tenido importantes implicaciones electorales. A pesar de que el sector catalanista es una porci¨®n minoritaria del electorado del PSC (alrededor del 25%), este grupo es responsable de la mitad de su declive electoral. Dicho de otro modo, si en 2012 el PSC hubiese mantenido la misma proporci¨®n de voto catalanista que en 2006 sus resultados hubieran mejorado alrededor de seis puntos porcentuales.

La otra mitad del descalabro socialista procede de las filas no catalanistas, que representan en torno al 75% de su electorado. Sus principales deserciones se materializaron en las elecciones de 2010. Entonces, las fugas no se debieron tanto a la cuesti¨®n nacional como al castigo a los gobiernos socialistas, pues fue CiU, junto con la abstenci¨®n, quien m¨¢s se benefici¨® del descalabro socialista. No obstante, el 2012 represent¨® un punto y a parte. Tras la apuesta soberanista de CiU, el electorado no catalanista que abandon¨® al PSC lo hizo a favor de C's, ICV y, en menor medida, el PP.

En suma, el PSC ha perdido tantos votos catalanistas como no catalanistas a pesar de que este segundo colectivo es tres veces mayor que el primero. De hecho, mientras el socialista catalanista se ha convertido en una especie en grave peligro de extinci¨®n, el PSC sigue siendo a¨²n el partido m¨¢s votado entre el electorado no catalanista.

En sus esfuerzos para salir de su crisis electoral, el PSC tiene al sector catalanista como el principal problema. En la actualidad, tres de cada cuatro votantes catalanistas son partidarios del derecho a decidir. Es muy probable que para recuperarlos fuera necesario simpatizar de forma clara e incondicional con las tesis prorefer¨¦ndum. Esta estrategia tiene al menos dos escollos: primero, choca con los intereses de un PSOE que debe enfrentarse a un electorado espa?ol cada vez menos partidario de la descentralizaci¨®n. Y segundo, tendr¨ªa consecuencias imprevisibles sobre su electorado mayoritario no catalanista menos favorable al derecho a decidir.

En cambio, recuperar el sector no catalanista se presenta menos pantanoso, pues una porci¨®n importante de este colectivo a¨²n se siente cercano al partido a pesar de no haberlos votado en las ¨²ltimas elecciones. Sin excesivos disgustos relacionados con la cuesti¨®n nacional, es posible que el PSC pueda recuperar parte de este sector, especialmente cuando el PSOE salga del oscuro t¨²nel en el que est¨¢ inmerso.

Alg¨²n d¨ªa el PSC iniciar¨¢ un proceso recuperaci¨®n. Cuando lo haga, probablemente ser¨¢ gracias al votante no catalanista. Pero un PSC despojado de sus bases catalanistas nunca volver¨¢ a ser el partido que fue apenas diez a?os atr¨¢s.

Llu¨ªs Orriols es doctor por la Universidad de Oxford y profesor de Ciencias Pol¨ªticas en la Universidad de Girona.