El viento que agita la guitarra (o viceversa)
Miles Okazaki y Donny McCaslin abren la temporada jazz¨ªstica internacional del Jimmy Glass Club
Fiel a su condici¨®n de mejor enclave valenciano donde tomar el pulso al jazz contempor¨¢neo, y en especial a la escena neoyorquina, el Jimmy Glass Club de Valencia abre su temporada internacional el mi¨¦rcoles con un concierto del cuarteto encabezado por el guitarrista Miles Okazaki. Tan destacable como la visita de este m¨²sico que se instal¨® en Manhattan en 1997 y en carrera ascendente es la de su artista invitado, el saxofonista de origen californiano Donny McCaslin, que aterriz¨® en 1991 en la Gran Manzana para tocar durante tres a?os con el supergrupo Step Ahead, relevando a precisamente a Michael Brecker, uno de sus ¨ªdolos.
Si el primero estudi¨® en la Manhattan School of Music y en la Julliard, el segundo pertenece a las reputadas promociones de la Berklee bostoniana de finales de los 80. El saxofonista tiene una decena de ¨¢lbumes como l¨ªder, mientras que el guitarrista cuenta con tres referencias discogr¨¢ficas propias.Miles Okazaki llega con su ¨²ltimo ¨¢lbum, Figurations, bajo el brazo como espl¨¦ndida tarjeta de presentaci¨®n avalada por cr¨ªticas tan se?aladas como las del New York Times, que lo incluy¨® entre los mejores ¨¢lbumes de jazz de 2012. Veteranos jazzmen aprecian la compa?¨ªa de sus cuerdas, como es el caso del saxofonista Steve Coleman, que lo tiene entre sus Five Elements, o el pianista Kenny Barron, del cual es tambi¨¦n colaborador.?
M¨²sicos complejos de estilos bien diferentes,la combinaci¨®n de Okazaki y McCaslin puede ofrecer pasajes imprevisibles junto a sudokus resueltos de forma impecable. Entre la l¨®gica del uno y la energ¨ªa del otro hay terrenos varios a explorar en los que todo es posible y aunque pueda pensarse que los vientos acaben por agitar el pulso de la guitarra, la primordial preocupaci¨®n del guitarrista por los ritmos puede llevar al saxofonista a? espacios menos urbanos de los que suele transitar.
La secci¨®n r¨ªtmica est¨¢ a la altura de los primeros espadas. Con varios discos propios, el percusionista Dan Weiss, es hombre de ideas y recursos, tambi¨¦n compositor que se decidi¨® por los cueros tras escuchar Led Zeppelin IV y que compartir¨¢ los impulsos b¨¢sicos del cuarteto con el contrabajista Fran?oise Moutin, colaborador de grandes figuras europeas Martial Solal, Michel Portal o Daniel Humair, hasta que se instal¨® en Nueva York.?
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