Mucho m¨¢s que unos dibujos
Andaluc¨ªa coloca su producci¨®n audiovisual de animaci¨®n en m¨¢s de 140 pa¨ªses y compite con las empresas m¨¢s potentes
Estoy seguro de que si se preguntase a los andaluces, incluidos los dirigentes pol¨ªticos o empresariales, qu¨¦ industria de Andaluc¨ªa coloca su producto de vanguardia tecnol¨®gica en m¨¢s de 140 pa¨ªses y compite con ¨¦xito en calidad y premios con las empresas m¨¢s potentes del planeta, muy pocos se?alar¨ªan a nuestra producci¨®n audiovisual de animaci¨®n.
No me extra?ar¨ªa porque me sucede lo mismo incluso con los alumnos m¨¢s aventajados de los cursos de econom¨ªa de la comunicaci¨®n que imparto de vez en cuando. Y, sobre todo, porque desde peque?os nos hemos acostumbrado a hablar de este producto cultural tan sofisticado tecnol¨®gicamente como de los dibujos, algo infantil y sin importancia para los adultos.
Es un error que sale caro. Si la industria audiovisual en su conjunto es ya de por s¨ª un emporio que genera miles de millones de euros de inversi¨®n e incalculables empleos directos e indirectos, la de animaci¨®n es quiz¨¢ mucho m¨¢s interesante y singular.
Muy pocas industrias requieren tanto tiempo relativo de producci¨®n, u obligan a estar siempre y solo en la vanguardia, a no cometer el m¨¢s m¨ªnimo error y a combinar dosis tan grandes de talento creativo, tecnolog¨ªa avanzada y olfato frente a la demanda para no hundirse en 10 d¨ªas, pues act¨²an en unos mercados (sobre todo exteriores) en donde no basta con hacerlo bien sino que hay que tener gran respaldo financiero pues el azar es muy determinante del ¨¦xito. Es por eso que estas empresas dedican a la investigaci¨®n casi un 15% de su plantilla, frente al 1% de media en las empresas espa?olas, lo que permite que cada euro invertido en ellas cree 2,1 en otras actividades, y que cada puesto de trabajo generado all¨ª traiga consigo casi uno m¨¢s en el resto de la econom¨ªa.
Por eso es tan relevante y parad¨®jico que en Espa?a se haya desarrollado una industria de la animaci¨®n tan potente y exitosa, que ya es la tercera de Europa y la s¨¦ptima mundial, y que, al mismo tiempo, sea una actividad econ¨®mica tan desconocida, que reciba un apoyo p¨²blico tan exiguo y que sus empresas m¨¢s importantes se encuentren casi siempre al borde de la desaparici¨®n.
Andaluc¨ªa no se queda atr¨¢s y productoras de nuestra tierra han ganado premios nacionales e internacionales. De hecho, no estoy seguro de que tengamos otras industrias con una penetraci¨®n internacional tan amplia, o capaces de crear un producto de la misma o superior calidad que el mejor que puedan ofrecer las grandes firmas de su correspondiente sector. Pero s¨ª me temo que la inmensa mayor¨ªa de los andaluces ni imaginan el valor de nuestra producci¨®n de animaci¨®n y que, por tanto, no pueden sentirse orgullosos de ella, ni hacer nada para apoyarla.
No ocurre solo con la animaci¨®n. Me comentaban hace poco la escasa penetraci¨®n de los productos de los Pedroches en su propia comarca, exactamente lo mismo que pasa con la producci¨®n aut¨®ctona en otros lugares de nuestra geograf¨ªa. Mientras lucha por abrirse paso en otros sitios, pasa desapercibida para quienes la tienen m¨¢s cerca. Nos encandila y elegimos lo de fuera aunque lo nuestro sea mejor y lo que nos deja aqu¨ª la riqueza que genere.
Es lamentable, pues solo si se ama lo propio, si apreciamos nuestra capacidad extraordinaria y el talento sobrado del que disponemos para crear y producir como lo puedan hacer las empresas m¨¢s avanzadas del mundo, podremos darnos a nosotros mismos la estima y el impulso que necesitamos con urgencia para salir adelante y triunfar. No es cuesti¨®n solo de que nos ayuden sino de ayudar tambi¨¦n nosotros apoyando a lo nuestro.
El estreno estos d¨ªas de la ¨²ltima pel¨ªcula de animaci¨®n de la productora granadina Kandor Graphics, Justin y la espada del valor, me lleva a escribir estas l¨ªneas. Es una buena oportunidad para que nuestras autoridades, los medios de comunicaci¨®n y todas las personas normales y corrientes hagamos ese ejercicio cada vez m¨¢s necesario de dar valor a lo que surge a nuestro lado consumiendo lo que ha nacido de la misma tierra que pisamos.
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