Otra vez, no

Seg¨²n Montoro, ministro de Hacienda, ¡°los salarios no est¨¢n bajando en Espa?a sino que moderan su crecimiento¡±. El Congreso de los Diputados est¨¢ cada d¨ªa m¨¢s entretenido. El ministerio de la verdad es cada semana m¨¢s surrealista: brotes verdes, salarios en crecimiento moderado, selecci¨®n de estad¨ªsticas elaboradas por chamanes enloquecidos, reinado del ox¨ªmoron, para¨ªso del lenguaje encubridor, lugar donde el topless est¨¢ prohibido mientras se desnuda ¡°preventivamente¡± a las invitadas¡­

Aunque los salarios ¡ªclaro que no¡ª, no bajan, por cuarto a?o consecutivo los Presupuestos Generales del Estado decretan la congelaci¨®n salarial de todos los empleados p¨²blicos. No importa que el ministro prevea mayores ingresos y recuperaci¨®n econ¨®mica. A la funci¨®n p¨²blica, ni agua, debe ser la consigna. Si tienen todav¨ªa alguna duda sumen estos descuentos: el IPC (seg¨²n datos oficiales del INE) desde 2010 hasta el d¨ªa de hoy ha subido un 9,1%. Se espera que el a?o pr¨®ximo lo haga un 1,5% lo que significa que solo por efecto de la congelaci¨®n salarial la funci¨®n p¨²blica perder¨¢ 10,6 puntos de poder adquisitivo. A esto hay que sumarle la supresi¨®n de la paga extraordinaria efectuada por el Gobierno central que supuso una rebaja de 7 puntos sobre las retribuciones totales. Y, todav¨ªa no satisfechos con esto, sumen los 10 puntos que se derivan de la supresi¨®n de los complementos de la paga extraordinaria en la Comunidad Aut¨®noma de Andaluc¨ªa. Todo esto sin contar (no quiero llevarles a la desesperaci¨®n) el aumento del 5% del IRPF o los grav¨¢menes de todo tipo de impuestos. La p¨¦rdida total de poder adquisitivo de los funcionarios oscila entre el 20% y el 30% de sus ingresos.

Con este panorama el ministro Montoro nos explic¨®, con expresi¨®n de quien merece ser calurosamente felicitado, que el pr¨®ximo a?o se mantendr¨ªan las pagas extraordinarias.

Ese conflictivo recorte, se le olvid¨® decir, lo dejaba al arbitrio de las Comunidades Aut¨®nomas.Lo peor del caso es que la comunidad que inmediatamente tom¨® el guante fue Andaluc¨ªa. El Gobierno andaluz, tras rechazar los Presupuestos Generales del Estado y afirmar que ¡°estaban dise?ados para asfixiar a las Comunidades Aut¨®nomas¡± y que le ¡°restaban a Andaluc¨ªa 1.200 millones de euros¡±, ha decidido suprimir la mitad de las pagas extras de los funcionarios andaluces. Es decir, que en vez de reclamar ante el Gobierno central la financiaci¨®n que le corresponde o buscar nuevas formas de ingresos, vuelve a golpear a los trabajadores p¨²blicos.

Se trata de una medida socialmente injusta, pol¨ªticamente suicida y econ¨®micamente contraproducente. El Gobierno andaluz argumenta que lo hace para conservar el empleo p¨²blico pero, a¨²n si as¨ª fuera, no se puede combatir una injusticia con otra de id¨¦ntico calado, m¨¢xime cuando se hace de forma reiterada. Pr¨¢cticamente todas las comunidades tienen id¨¦nticos complementos y forman parte del salario reglado de sus trabajadores. No se trata de una paga potestativa ni arbitraria que se pueda suprimir sin consecuencias.

En el plano pol¨ªtico la medida es suicida porque los mismos dirigentes pol¨ªticos del PP que aprietan las cuentas p¨²blicas de Andaluc¨ªa ser¨¢n los primeros en ponerse a la cabeza de la protesta por el recorte de las pagas p¨²blicas. El Gobierno regional acaba de regalarle su discurso pol¨ªtico al desangelado PP andaluz que andaba a la deriva. El Ejecutivo de Andaluc¨ªa perder¨¢ toda credibilidad en la oposici¨®n a las pol¨ªticas de recorte de los servicios p¨²blicos, porque no puede haber calidad alguna cuando el colectivo que los sustenta es vapuleado continuamente. Para la ciudadan¨ªa, se fomenta la idea de que todos son iguales, sin paliativos.

Finalmente, la medida es equivocada en t¨¦rminos econ¨®micos. Los 322 millones que se detraen a los funcionarios no solo se restan de sus bolsillos, sino de la calle, de las tiendas, de los servicios, de la actividad econ¨®mica y del empleo. Empobrecer a un cuarto de mill¨®n de ciudadanos andaluces nos hace m¨¢s pobres a todos.

@conchacaballer