Una industria romana, oculta en el Odiel
Un proyecto liderado por la Universidad de Huelva desentra?a un poblado dedicado a las conservas de pescado en el paraje natural de las marismas
La costa onubense fue uno de los grandes centros de fabricaci¨®n y comercializaci¨®n de salazones entre los siglos I al VI de nuestra era. Aunque, hasta ahora, la fama se la ha llevado siempre Baelo Claudia, el enclave tarife?o (C¨¢diz) conocido en todo el imperio romano por su garum ¡ªla famosa salsa de v¨ªsceras fermentadas de pescado¡ª, las Marismas del Odiel reclaman tambi¨¦n su sitio en la historia romana de Andaluc¨ªa.
Los romanos abrieron numerosas factor¨ªas de pescado en lo que ellos llamaron Onuba Aestuaria. Un equipo de arque¨®logos y ge¨®logos de la Universidad de Huelva se afana estos d¨ªas en el espacio natural de Marismas del Odiel en desentra?ar los secretos del ¨²ltimo yacimiento encontrado y dedicado a esta industria, especialmente al at¨²n.
La pesca fue una de las actividades m¨¢s pr¨®speras de la econom¨ªa romana junto con la miner¨ªa. Las prospecciones realizadas hasta el momento est¨¢n arrojando materiales muy valiosos. ¡°El cantil y el estero est¨¢n plagados de fragmentos cer¨¢micos de todo tipo, especialmente ¨¢nforas y dolias [gran recipiente de barro], as¨ª como algunos molinos y una gran variedad de material constructivo que denotan que, junto a la actividad industrial, exist¨ªa una zona de h¨¢bitat¡±, afirma Juan Campos, el catedr¨¢tico de Arqueolog¨ªa de la Onubense que dirige este proyecto de investigaci¨®n en el que colaboran la Consejer¨ªa de Cultura y la direcci¨®n del espacio protegido.
En los ¨²ltimos d¨ªas se han localizado varias piletas para la transformaci¨®n del pescado y evidencias de otras estructuras relativas a esta actividad econ¨®mica. Los restos arqueol¨®gicos est¨¢n dejando al descubierto huellas inequ¨ªvocas de la existencia de una industria de salazones ¡°id¨¦ntica a la que se hall¨® hace a?os en la zona del Eucaliptal, en Punta Umbr¨ªa¡±, explica Juan Campos.
El proyecto de investigaci¨®n pretende poner en valor y divulgar estas pesquer¨ªas. El paraje donde se ubica el yacimiento, situado en la desembocadura de los r¨ªos Tinto y Odiel, est¨¢ declarado reserva de la biosfera por la Unesco y tiene un importante componente cultural, aunque este es m¨¢s desconocido por el p¨²blico. El coraz¨®n del enclave alberga, adem¨¢s de los restos romanos, la ciudad isl¨¢mica de Salt¨¦s, un yacimiento arqueol¨®gico catalogado Bien de Inter¨¦s Cultural (BIC). El objetivo de la Universidad de Huelva es incorporar toda esa riqueza arqueol¨®gica en un proyecto ¡°global que represente la relaci¨®n del hombre con el medio¡±, subraya Campos. ¡°Desde la ¨¦poca romana se explota este espacio con los recursos del mar y en ¨¦poca musulmana hay constancia de que hab¨ªa una fundici¨®n con un puerto importante adelantado al de Huelva¡±, remarca el catedr¨¢tico de Arqueolog¨ªa.
Seg¨²n Juan Campos, se trata de conocer ¡°c¨®mo funcionan estos poblados pesqueros, d¨®nde fabricaban las ¨¢nforas y c¨®mo comercializaban sus productos¡±.
En 1976, durante una excavaci¨®n en la capital de Huelva se encontr¨® una f¨¢brica de salazones de la que se obtuvo importante informaci¨®n. ¡°En el puerto de Huelva se embarcan las ¨¢nforas con el pescado y se distribuye en el comercio interior, hacia la Tierra Llana y los yacimientos mineros, y hacia el exterior por todo el Mediterr¨¢neo¡±, subraya Campos. ¡°En Aroche se han encontrado ¨¢nforas de salazones procedentes de Onuba e, igualmente, frente a las costas de Marsella se hall¨® un pecio con restos de ¨¢nforas procedentes de la colonia onubense¡±, explica Juan Campos. Las excavaciones de los ¨²ltimos a?os han arrojado vestigios de una veintena de factor¨ªas de salazones en todo el litoral que llevaban vinculadas a ellas un poblado.
¡°El esplendor de esta industria del pescado tiene que ver con el decaimiento y abandono de la miner¨ªa en todo el suroeste y con el inter¨¦s del capital romano por la producci¨®n de salazones¡±, indica el arque¨®logo.
Los trabajos se est¨¢n centrando en recopilar el material arqueol¨®gico para catalogarlo. ¡°Hay muchas ¨¢nforas, lo cual nos indica la importancia de la actividad que aqu¨ª se desarrollaba¡±, dice Javier Bermejo, uno de los arque¨®logos. ¡°Estamos emocionados, porque no esper¨¢bamos encontrarnos tantas piezas¡±, a?ade su compa?era Luc¨ªa Fern¨¢ndez.
El espacio que hoy ocupan las marismas fue en ¨¦poca romana una playa. ¡°Hay una acumulaci¨®n natural de arena con bivalvos, muchos de ellos triturados, que apuntan a que este espacio era mucho m¨¢s abierto entonces y se ha ido colmatando con los a?os. El resultado es una sedimentaci¨®n reciente de la marisma que no exist¨ªa en tiempos romanos¡±, comenta Luis C¨¢ceres, del departamento de Geodin¨¢mica y Paleontolog¨ªa de la Universidad de Huelva y miembro del equipo de ge¨®logos que, bajo la direcci¨®n del catedr¨¢tico Joaqu¨ªn Rodr¨ªguez Vidal, forma parte del equipo de investigaci¨®n. La marisma sobre la que subyace el poblado pesquero es una lengua de tierra de unos 500 metros de largo por 25 de ancho. ¡°Hay dep¨®sitos de ganchos arenosos que nos indican que el yacimiento podr¨ªa tener un episodio de ocupaci¨®n incluso anterior y que fue azotado por un fen¨®meno costero similar a un tsunami¡±, se?ala C¨¢ceres. ¡°El canal de las marismas era mucho m¨¢s amplio y por ¨¦l discurr¨ªa la marea y se adentraba el mar sin interrupci¨®n¡±, explica C¨¢ceres.
El asentamiento de Marismas del Odiel forma parte del entramado de poblados vinculados a la actividad pesquera diseminados por todo el litoral onubense. Las investigaciones acometidas hasta la fecha han sacado a la luz una veintena de estas instalaciones desde El Cerro del Trigo en Do?ana (Almonte) hasta Punta del Moral (Ayamonte). Y a su lado, el golfo de C¨¢diz posee uno de los mayores conglomerados de industrias del pescado de la antig¨¹edad.
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