El p¨²blico que no llega

El drama de la temporada de la OBC es que, a pesar de la calidad art¨ªstica de sus propuestas, cada d¨ªa atrae menos p¨²blico al Auditori de Barcelona. Ayer domingo, en la ¨²ltima de las tres audiciones del oratorio de Hector Berlioz La infancia de Cristo, la contemplaci¨®n de una sala medio vac¨ªa produc¨ªa desasosiego y pena. Ciertamente, la m¨²sica de Berlioz no mueve masas, y menos en una ciudad poco habituada a las grandiosas obras sinf¨®nico-corales del compositor franc¨¦s, pero su programaci¨®n en fechas navide?as supone un acierto tanto por su tem¨¢tica como por la belleza y hondo sentido religioso.

Las buenas intenciones en la l¨ªnea program¨¢tica no reflejan gratificantes resultados en taquilla: en la audici¨®n del viernes la ocupaci¨®n tampoco fue muy superior y, al menos en la convocatoria del s¨¢bado por la tarde, algo mejor¨® el aspecto de la sala coincidiendo con la transmisi¨®n del concierto por la plataforma audiovisual de m¨²sica cl¨¢sica en internet Medici.tv. Probablemente, en el balance de la temporada se destacar¨¢ la repercusi¨®n medi¨¢tica del evento pero los pobres resultados en taquilla no dejan de ser alarmantes.

Musicalmente, Pablo Gonz¨¢lez plasm¨® con sentido dram¨¢tico y finura l¨ªrica la narraci¨®n del peregrinaje de la Sagrada Familia que Berlioz, tambi¨¦n autor del libreto, ofrece en un oratorio estructurado en tres partes, con sutiles contrastes y refinado melodismo. Lectura convincente, gracias a la elegante y bien matizada actuaci¨®n orquestal y el notable rendimiento de las dos formaciones corales que colaboran habitualmente con la OBC, los coros Lieder Camera y Madrigal, dirigidos respectivamente por Elisenda Carrasco y Mireia Barrera, quiz¨¢s algo cortas de efectivos, pero con mucha entrega.

La figura de Herodes, de poderoso relieve en la primera parte, no acab¨® de imponer su fuerza por los apuros en el registro grave del bajo franc¨¦s Paul Gay: de atractivo color y elegante l¨ªnea el tenor espa?ol Agust¨ªn Prunell-Fried, muy acertado en la parte de Evangelista, y de adecuado car¨¢cter y musicalidad la mezzosoprano suiza Maria Riccarda Wesseling y el bar¨ªtono luxemburgu¨¦s Alexandre Duhamel en las cruciales intervenciones como Maria y Jos¨¦. El buen trabajo del bajo catal¨¢n Marc Pujol (Polydorus) complet¨® un equilibrado reparto.