Prostitutas en patera
Una testigo protegida nigeriana cuenta su calvario de amenazas de muerte tras llegar a Espa?a con una falsa promesa de trabajo
Cuatro a?os. Es el tiempo que una mujer nigeriana, XX44, vivi¨® sometida a una banda de proxenetas que la trajo a Espa?a en patera por un supuesto trabajo de peluquera; que la oblig¨® a prostituirse en un piso de Barcelona; y que la amenaz¨® de muerte cuando intent¨® huir de sus captores. XX44 es el n¨²mero de testigo protegido otorgado a la mujer, que declarar¨¢ en el juicio contra 10 personas que coaccionaron a decenas de chicas, tambi¨¦n nigerianas, entre 2005 y 2010. La investigaci¨®n ha llegado a su fin y la fiscal¨ªa pide hasta 29 a?os de c¨¢rcel para los miembros de la banda.
La red funcionaba al mismo tiempo en Espa?a y en Nigeria mediante v¨ªnculos familiares. En Benin City, una mujer ofreci¨® a XX44 ¡°un trabajo de peluquera¡± en Barcelona, seg¨²n el escrito de acusaci¨®n de la fiscal Ana Gil. La testigo acept¨® la oferta y fue conducida a Marruecos. En un largo y penoso periplo, cruz¨® el Estrecho en patera. Doris S., alias M¨®nica, hermana de la mujer que le hab¨ªa ofrecido el trabajo, la estaba esperando en la costa para trasladarla a Barcelona. En el piso, la v¨ªctima convivi¨® con M¨®nica y con un grupo de prostitutas. La banda le retir¨® de inmediato el pasaporte y le inform¨® de que hab¨ªa contra¨ªdo con ellos una deuda de 50.000 euros por el viaje desde Nigeria. Para pagarles, le explicaron, tambi¨¦n deber¨ªa prostituirse. La organizaci¨®n le amenaz¨® con ¡°causarle da?os f¨ªsicos tanto a ella como a su familia¡±, de modo que decidi¨® someterse.
XX44 fue obligada a ejercer la prostituci¨®n ¡°bajo la estrecha vigilancia¡± de M¨®nica y otros presuntos proxenetas. La mujer atend¨ªa a los clientes en un meubl¨¦ cercano a la avenida Meridiana de Barcelona y entregaba la mayor parte del dinero a sus explotadores. Por cada servicio, descontado el alquiler de la habitaci¨®n, M¨®nica cobraba diez euros, seg¨²n la fiscal¨ªa.
La fiscal pide hasta 29 a?os para los secuestradores de la nigeriana
¡°Durante el tiempo de su captura¡±, la testigo ¡°fue objeto de agresiones f¨ªsicas¡± ¡ªen especial, por parte de M¨®nica¡ª para que le entregara el dinero. En enero de 2006, apenas dos meses despu¨¦s de haber llegado a Espa?a, XX44 ¡°huy¨® del domicilio¡±. Sus captores la localizaron y, el 25 de marzo, le dieron un ultim¨¢tum: o regresaba al piso-prost¨ªbulo u ordenar¨ªan el asesinato de su madre en Nigeria. Tres d¨ªas despu¨¦s, la chica ¡°fue informada de la muerte de su madre, sin que dicha muerte pueda ser atribuida a la acci¨®n de los procesados¡±, sigue la fiscal. La testigo pregunt¨® a la proxeneta si hab¨ªa matado a su madre. ?sta contest¨® que s¨ª, que lo hab¨ªa hecho ¡°mediante el vud¨²¡±, y que har¨ªa lo mismo con ella y el resto de su familia.
El calvario de XX44 se prolong¨®. Mediante entregas en efectivo e ingresos en cuentas bancarias, la joven lleg¨® a abonar 25.000 euros a la banda. Pero no fue suficiente. ¡°Desesperada¡± por las amenazas, sigue la fiscal, la testigo protegida decidi¨® denunciar los hechos ante la polic¨ªa, lo que dio origen a la investigaci¨®n que ahora llega a juicio oral. Pero ni con ¨¦sas ces¨® el acoso. En noviembre, otro de los acusados, Richard E., alias Charles Pedro, llam¨® a la hermana de la v¨ªctima en Nigeria y le exigi¨® el pago.
El ¨²ltimo incidente ocurri¨® en enero de 2010 en la estaci¨®n de Renfe de Matar¨®. Otra de las acusadas, Roseline J., abord¨® a XX44 para exigirle, una vez m¨¢s, el pago. Y la agredi¨®. Los Mossos lanzaron entonces la operaci¨®n policial y detuvieron a la mayor¨ªa de personas que, en los pr¨®ximos meses, se sentar¨¢n en el banquillo de los acusados. La fiscal atribuye a M¨®nica por los delitos de tr¨¢fico ilegal de personas, prostituci¨®n coactiva, detenci¨®n ilegal, amenazas, y solicita 29 a?os de c¨¢rcel. Pide otros 23 para Charles Pedro, as¨ª como elevadas penas para el resto de los acusados, que deber¨¢n indemnizar, seg¨²n la fiscal, con 100.000 euros a la v¨ªctima. En el juicio declarar¨¢n otros tres testigos protegidos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.