Cita con Cervantes en abril

El pr¨®ximo 28 de abril comienza en Madrid la b¨²squeda, con georradar, de los restos mortales de Miguel de Cervantes Saavedra, que fue sepultado en 1616 en la iglesia del convento de las Trinitarias, hoy situado entre las calles de las Huertas y de Lope de Vega. Potentes antenas para la detecci¨®n subterr¨¢nea y mural, adem¨¢s de termograf¨ªa infrarroja, van a ser desplegadas en la exploraci¨®n.

Tras la correspondiente autorizaci¨®n por parte de la direcci¨®n general de Patrimonio del Gobierno regional, as¨ª se ha dispuesto en las recientes conversaciones celebradas en Madrid entre Pedro del Corral, responsable municipal de las Artes, el historiador Fernando Prado, la sociedad Aranzadi, de investigaciones forenses, que dirige Francisco Javier Etxeberr¨ªa, y el georradarista Luis Avial, que ejecutar¨¢ la prospecci¨®n con un sofisticado equipo t¨¦cnico. Un viaje profesional a Argentina del georradarista, reci¨¦n regresado a Madrid, ha determinado la fijaci¨®n de la fecha del comienzo de la actuaci¨®n.

Solo quedan algunos flecos relativos a un acuerdo o protocolo de actuaci¨®n a concluir con la Sociedad Aranzadi, que rige el anatomo-pat¨®logo vasco Francisco Javier Etxeberr¨ªa, de nombrad¨ªa internacional, quien acometer¨¢ con su equipo las tareas forenses de examen anat¨®mico y gen¨¦tico de los restos. El forense vasco se encuentra estos d¨ªas en Chile, donde asesora a su Gobierno.

La actividad t¨¦cnica en el templo conventual madrile?o se prolongar¨¢ durante un plazo no superior a los cinco d¨ªas; dos semanas m¨¢s durar¨¢, ya en laboratorio, el an¨¢lisis t¨¦cnico de los datos obtenidos; y un plazo a¨²n indeterminado se reservar¨¢ para que Etxeberr¨ªa y su equipo realicen el dictamen forense de los posibles hallazgos all¨ª encontrados. La dataci¨®n, cotejo y s¨ªntesis del material osteol¨®gico hallado puede prolongarse durante algunos meses. De seguirse el procedimiento del contraste de ADN, dificultad a?adida implicar¨ªa, presumiblemente, el cotejo del rastro gen¨¦tico de Cervantes por v¨ªa familiar, ya que su linaje se remonta a Lugo, en el siglo XV y a C¨®rdoba y Sevilla, entre los siglos XVI y XVII, de donde proced¨ªan los antecesores del universal novelista alcala¨ªno.

La actuaci¨®n del georradar sobre el terreno se aplicar¨¢ sobre una superficie aproximada de unos 300 metros cuadrados correspondiente al subsuelo de la actual iglesia conventual, bajo la cual se encuentran los cimientos de la planta del antiguo y derruido primitivo templo, donde se sabe que el universal escritor fue enterrado el 23 de abril de 1616. La actuaci¨®n con georradar ser¨¢ reforzada con un dispositivo que incluye dos antenas: la primera, de 900 megaherzios, permitir¨¢ obtener por micro-frecuencias de radar, es decir, impulso electromagn¨¦tico sobre obst¨¢culos s¨®lidos, distancias y proporciones de todo tipo de oquedad, agujero, rendija o vericueto que pueda hallarse a dos metros bajo la cota del suelo del convento. Una antena auxiliar de 400 megaherzios podr¨ªa ahondar la b¨²squeda hasta unos 3 o 4 metros de profundidad. Una vez obtenidas tales mediciones, se pretende trazar una malla tridimensional muy precisa para la localizaci¨®n exacta del recipiente o potenciales recintos donde puedan permanecer alojados los restos ¨®seos cuya b¨²squeda se persigue.

La otra antena a emplear, de 1.000 megaherzios, ir¨¢ destinada a la detecci¨®n horizontal, a una hondura de entre 50 ¨® 60 cent¨ªmetros, de otros enclaves huecos que puedan existir sobre muros y paramentos del monasterio madrile?o, cuya construcci¨®n primigenia data de 1612. Asimismo, se emplear¨¢ instrumental de termograf¨ªa infrarroja¨C detectores de cavidades, o bien elementos morfol¨®gicos no visibles, mediante la emisi¨®n de ondas de rayos infrarrojos, emisi¨®n seguida de la recepci¨®n de respuesta.

El hecho de que Cervantes mostrara una mano, la izquierda, tullida y una profunda lesi¨®n en el pecho, ambas por heridas de guerra, podr¨ªa facilitar grandemente la identificaci¨®n de sus restos. El equipo que va a desplegar la actuaci¨®n baraja la existencia en esa superficie acotada para la exploraci¨®n de restos de entre seis y ocho difuntos, que fueron enterrados en el subsuelo del antiguo templo. Se tratar¨ªa de restos de personas como Miguel de Cervantes, vinculadas a la orden Trinitaria por parentesco o afinidad -ya que el escritor fue muy devoto amigo de tal obediencia religiosa mentora, junto con la orden Mercedaria, de su rescate de su cautiverio en Argel-, pero difuntos no propiamente pertenecientes a la comunidad religiosa all¨ª establecida. Las monjas eran enterradas en otras ¨¢reas del convento, hoy correspondientes a la clausura, que no van a ser objeto de indagaci¨®n.

¡°La clausura no va a ser explorada¡±, remarca el georradarista Luis Avial, que pone especial ¨¦nfasis en subrayar que ¡°la actuaci¨®n se atendr¨¢ a pautas de delicadeza y discreci¨®n a las que obliga el recinto religioso donde vamos a operar¡±. Luis Avial ha dirigido frecuentes exploraciones con georradar destinadas a la localizaci¨®n o identificaci¨®n de espacios continentes de restos humanos en numerosas catedrales espa?olas as¨ª como otras actuaciones, a instancias judiciales y policiales, adem¨¢s de un centenar de exploraciones en torno a fosas de la Guerra Civil.

Los investigadores hist¨®ricos y t¨¦cnicos que participan en el proyecto cuentan con una evidencia mantenida desde hace casi cuatro siglos dentro de la orden mon¨¢stica que rige el convento: a lo largo de estas cuatro centurias, las monjas han transmitido a sus sucesoras la existencia en el convento de los restos de Miguel de Cervantes Saavedra, los rezos por cuya salvaci¨®n han sido incluidos, desde entonces, entre las invocaciones de sus plegarias. ¡°Esta tradici¨®n, oralmente transmitida, no se ha roto nunca¡±, aseguran.

Seg¨²n el historiador y genealogista Fernando Prado, ¡°se puede descartar el que los restos de Cervantes fueran exhumados y sepultados en otro recinto trinitario distinto¡±. Y argumenta que una salida de la comunidad de su actual recinto, acaecida mediado el siglo XVII, culmino apenas 15 meses despu¨¦s de su comienzo y en el ¨ªnterin, una religiosa que falleci¨® entonces en el nuevo alojamiento fue, sin embargo, enterrada en el convento de la calle de las Huertas, mucho mejor valorado por las monjas que el destino provisional donde se albergaron.