Tesoros del ¡®underground¡¯
Mastodontes, goyas, cataratas digitales, planetas, tranv¨ªas de cine y humanos de cuatro metros El Metro de Madrid, adem¨¢s de ser un lugar de paso, est¨¢ lleno de secretos por descubrir
En el viaje, dicen los sabios, tambi¨¦n importa el trayecto y no solo el destino. Aunque a veces, en los viajes cotidianos en metro lo olvidamos, mirando al suelo, al viajero de enfrente o, sobre todo, al ubicuo smartphone. Pero el propio metro tambi¨¦n tiene sus lugares de inter¨¦s, ya sean vestigios de otros tiempos, restos encontrados durante la construcci¨®n de las estaciones o creaciones espec¨ªficas, incluso obras de arte. Mastodontes, goyas, cataratas, planetas, tranv¨ªas, bosques de pinos, motores de barco¡ bajo tierra hay m¨¢s de cien murales y elementos ornamentales relacionados con el contexto de las estaciones. ¡°Lo cierto es que la gente est¨¢ cada vez m¨¢s interesada en estos lugares especiales del metro¡±, explica Luis Mar¨ªa Gonz¨¢lez, responsable de Anden Cero, centro de interpretaci¨®n del Metro de Madrid, que se ocupa de las partes musealizadas del subterr¨¢neo. ¡°Desde su apertura en 2008 hasta el comienzo de este a?o, la Nave de Motores de Pac¨ªfico y la estaci¨®n de Chamber¨ª han recibido 274.184 visitantes, y la fuente de Ca?os del Peral, 178.500 desde 2011¡±. Este es un paseo por algunos de ellos.
Un mastodonte que usa el metro
Hubo un tiempo en el que no hab¨ªa metro, ni ninguna otra construcci¨®n humana. Pero, ya en el mioceno, por la zona de la estaci¨®n de Carpetana pululaban algunos animales. ¡°En unas obras recientes para mejorar la accesibilidad encontramos m¨¢s de 15.000 piezas de animales procedentes de hace 14 millones de a?os¡± cuenta Gonz¨¢lez. Los restos de estos inopinados usuarios del subterr¨¢neo (roedores, rinocerontes, tortugas gigantes entre otras especies) han sido llevados al Museo Nacional de Ciencias Naturales, y sustituidos (tras la finalizaci¨®n de las obras en 2008) por r¨¦plicas que se pueden ver en la propia estaci¨®n junto con unos paneles explicativos en forma de c¨®mic. Una gran reproducci¨®n de un mastodonte de potentes colmillos recibe (y puede llegar a asustar) a los viajeros. Por cierto, unos kil¨®metros al sur (ya fuera del metro) se encuentra otro nutrido yacimiento paleontol¨®gico, el del Cerro de los Batallones.
Un tranv¨ªa cinematogr¨¢fico
En la estaci¨®n de Pinar de Chamart¨ªn se expone un tranv¨ªa: el tranv¨ªa 477. Circul¨® de 1908 a 1972, cuando la ciudad dijo adi¨®s a este medio de transporte. Aqu¨ª tiene su reposo heroico como homenaje a una ¨¦poca ya extinta. ¡°Este tranv¨ªa particip¨® en el rodaje de pel¨ªculas como Doctor Zhivago, de David Lean, o Las bicicletas son para el verano, de Jaime Ch¨¢varri¡±, explica Eduardo Gallego, presidente de la Asociaci¨®n de Amigos del Metro, ¡°aunque hay quien dice que es una r¨¦plica¡±. En esta estaci¨®n hay tambi¨¦n un enorme mural panor¨¢mico que simula un bosque de pinos.
Metro Matrix
¡°La estaci¨®n de Chamart¨ªn solo por sus dimensiones ya es de las m¨¢s espectaculares¡±, opina Gallego, ¡°pero adem¨¢s hay un mural electr¨®nico que parece sacado de la pel¨ªcula Matrix¡±. Esta obra abrumadora de Vicente Pat¨®n y Alberto Teller¨ªa, llamada Iguaz¨², tiene 21 metros de altura y 50 de anchura en curva, y simula, como su nombre indica, una enorme catarata azul cibern¨¦tica.
Motores de barco para mover el metro
Aunque varias compa?¨ªas se encargaban de proveer de electricidad al metro neonato, a veces el suministro no estaba garantizado. As¨ª que, en 1923, la compa?¨ªa se trajo tres motores de barco (diesel, alemanes, de 1.500 c.v. cada uno) para mantener el sistema circulatorio de la ciudad en caso de falta de energ¨ªa. Eso s¨ª, con la condici¨®n de no hacer la competencia a las el¨¦ctricas que, como se ve, ya deb¨ªan de ser muy poderosas. ¡°Sin embargo, hubo momentos de crisis energ¨¦tica y el metro, mediante estos motores, acab¨® suministrando energ¨ªa a la ciudad¡±, dice Gonz¨¢lez con cierto orgullo. Se dejaron de utilizar en 1972 y desde 2008 se pueden visitar. ¡°Creemos que es un patrimonio industrial ¨²nico en el mundo¡±, dice el responsable. La Nave de Motores tom¨® fama por acoger un mercadillo de corte hipster, que el septiembre pasado fue trasladado al Museo del Ferrocarril de Delicias.
De Goya a Mingote
Reproducciones de grabados de Goya de las series Desastres de la guerra y Tauromaquia protagonizan la estaci¨®n hom¨®nima, adem¨¢s de otra del cuadro La Vendimia y un autorretrato de 1795. El ambiente l¨²dico y relaxing del Retiro es reflejado por el dibujante Antonio Mingote en unos murales de azulejo en la estaci¨®n que desemboca en el parque. Hablando de azulejos: en un vest¨ªbulo Tirso de Molina est¨¢ el vestigio art¨ªstico m¨¢s antiguo de la red, que data de 1919: sobre un plaf¨®n de azulejos se encuentra un escudo en bronce de la ciudad. En Herrera Oria, una placa conmemora los 100 primeros kil¨®metros de l¨ªnea, alcanzados en 1983. Hoy, tras la euforia de los gobiernos de Aguirre y Gallard¨®n, son alrededor de 300.
Trozos de cielo
Unos luminosos planetas de ensue?o reciben al usuario en la estaci¨®n de Arganzuela-Planetario (muy cerca se pueden aprender m¨¢s cosas sobre el cosmos en el propio Planetario de Madrid), entre ellos el gran Planeta Arganzuela que da nombre a la obra del ceramista Carlos Alonso y el dise?ador Luis Sard¨¢. En la estaci¨®n del Aeropuerto de Barajas se ve la obra Un cruce de miradas, una visi¨®n a¨¦rea de Madrid diurna y nocturna, por si el viajero que llega se ha olvidado de mirar por la ventanilla del avi¨®n.
La estaci¨®n perdida
Entre Sol y Cuatro Caminos se inaugur¨® en 1919 la primera l¨ªnea de metro. ¡°En los sesenta se decidi¨®, ante la creciente demanda, alargar los trenes con m¨¢s vagones¡±, explica Gonz¨¢lez. ¡°La curva de la estaci¨®n de Chamber¨ª era demasiado pronunciada para estos trenes y se cerr¨®¡±. Tambi¨¦n se dice que esta estaci¨®n, entre Bilbao e Iglesia, se cerr¨® por la cercan¨ªa a ambas estaciones, pero esta no es la versi¨®n oficial. La clausura ocurri¨® en 1966, ¡°aunque se ve como estaba en el 19 porque no se hab¨ªan hecho muchos cambios¡±. Desde 2008 se puede visitar esta estaci¨®n fantasma y admirar, sobre todo, los anuncios publicitarios en cer¨¢mica y azulejo sevillano que a¨²n promocionan cosas del pasado (o no tanto): Caf¨¦s La Estrella, Phillips, Cementos Portland o Aguas de Caraba?a (el mejor purgante). La estaci¨®n es un vestigio de la obra del gran arquitecto Antonio Palacios, que, adem¨¢s, levant¨® el Palacio de Comunicaciones o el C¨ªrculo de Bellas Artes.
Fuente del pasado
En la plaza de ?pera hab¨ªa un peral y bajo el peral hab¨ªa una fuente. Pas¨® el tiempo y la fuente qued¨® enterrada hasta las obras de mejora de la estaci¨®n de metro, cuando se redescubri¨® y se fund¨® un peque?o museo arqueol¨®gico en 2011. All¨ª se ven los vestigios hidr¨¢ulicos del siglo XVI y XVII, la alcantarilla del Arenal, que ayud¨® a paliar los graves problemas que tradicionalmente ha tenido Madrid en su historia con sus aguas negras y su ¡°agua va¡±, y el acueducto de Amaniel, un viaje de agua que surt¨ªa a la ciudad y al Palacio Real y que proced¨ªa de Fuencarral.
Los otros habitantes del metro
Una docena de cuerpos humanos de casi cuatro metros de altura, sobre un fondo de l¨¢minas de anatom¨ªa decimon¨®nicas, se ven en la estaci¨®n del Hospital 12 de Octubre, son obra de Carlos Alonso P¨¦rez y Luis Sard¨¢ titulada Humani Corpore. En Villaverde Alto hay m¨¢s gente: los 20.000 vecinos que han participado con su foto de carnet en el mosaico mural de Natalia Bel¨¦n S¨¢nchez. Al juntar todos estos rostros, abracadabra, se ve una foto a¨¦rea de la zona. La propia gente que forma su propio barrio.
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