Y de repente...

La competencia era dura ayer en el Auditorio. El estreno mundial de una obra de Jes¨²s Rueda, arropado nada menos que por Eisler y Schoenberg, coincid¨ªa con Carmen Linares cantando en la sala de al lado El amor brujo, de Falla, y eso, qu¨¦ quieren que les diga, tiene mucho tir¨®n. Pero Rueda es mucho Rueda y su m¨²sica no pasa desapercibida. Recuerdo con especial asombro la ¨®pera -o m¨¢s bien su primera parte- sobre Orfeo en 2006 en la Bienal de Venecia. Dos a?os antes hab¨ªa recibido el Premio Nacional de M¨²sica. Su trabajo para este ¡°fragmento¡± de l¨ªrica teatral fue magistral, pero, paradojas de la vida, no tuvo continuaci¨®n. Bien es verdad que Rueda se toma su tiempo, pero en su caso la espera siempre vale la pena. No es el ¨²nico caso de recreaci¨®n rigurosa en un trabajo. Ayer, Your Story para flauta, clarinete, viol¨ªn, violonchelo y piano, ofrecido como primicia mundial, fue una obra maestra de concentraci¨®n y fantas¨ªa musical. Quince minutos nada m¨¢s, pero qu¨¦ quince minutos. En unas declaraciones ofrecidas a la agencia EFE hace una d¨¦cada afirm¨®: ¡°Valemos menos que el chocolate del loro¡±, refiri¨¦ndose a los compositores actuales. En unas manifestaciones recientes ha equiparado su m¨²sica a un viaje, ¡°a un trayecto a trav¨¦s del tiempo y del espacio. Un d¨ªa sales de casa, decides ir a un concierto, y de repente¡­¡± Pues eso. Jes¨²s Rueda Azcuaga naci¨® en Madrid en 1961 y su talento musical es excepcional, como se pudo comprobar ayer. No se anda por las ramas. Siempre va a lo esencial. El CNDM se ha apuntado un gran tanto con este encargo. Rueda viaja, en efecto, con el sonido como equipaje, a trav¨¦s del tiempo y del espacio. Su t¨ªmbrica es deslumbrante, su fluidez no se queda atr¨¢s. Hay en su m¨²sica ciencia y misterio, arquitectura y pasi¨®n contenida. El Ensemble de la Orquesta de Cadaqu¨¦s lo entendi¨® perfectamente y as¨ª pudimos disfrutar de una versi¨®n interpretativa de altos vuelos.

De gran nivel asimismo result¨® la lectura de las variaciones de Eisler etiquetadas como Catorce maneras de describir la lluvia. En Pierrot Lunaire, obra emblem¨¢tica del expresionismo vien¨¦s sobre textos franceses originales de Albert Giraud, traducidos al alem¨¢n por Otto Erich Hartleben, tuvo un protagonismo destacado Marianne Pousseur. Su enfoque fue, en cualquier caso, muy particular, con gran fuerza teatral e incisiva gesticulaci¨®n, pero a su planteamiento vocal le falt¨® quiz¨¢s un punto de hondura. El grupo instrumental estuvo, una vez m¨¢s, espl¨¦ndido.