La clave es Luisa de Bel¨¦n Cervantes
La comparaci¨®n entre el ADN del impar novelista con el de su hermana, enterrada en Alcal¨¢ de Henares, permitir¨ªa contrastar sus identidades
El arranque de la investigaci¨®n para encontrar los restos mortales de Miguel de Cervantes, iniciada con gran expectaci¨®n medi¨¢tica en la ma?ana de ayer en el convento de las Trinitarias de Madrid, comienza con una esperanza: existe una referencia familiar pr¨®xima al escritor en el ¨¢rea de Madrid, concretamente, en un convento de Alcal¨¢ de Henares. All¨ª, en la calle de las Im¨¢genes, en la esquina de la calle de Santiago y muy cerca de la llamada Casa de Cervantes, el cenobio de las monjas Carmelitas Descalzas de la Pur¨ªsima Concepci¨®n alberga desde el siglo XVII los restos de Luisa de Bel¨¦n Cervantes, hermana mayor de Miguel. Hijo de Rodrigo de Cervantes y de Leonor de Cortinas, sus padres tuvieron cuatro v¨¢stagos m¨¢s, tres mujeres, Andrea, Magdalena y Luisa, m¨¢s otro var¨®n, Rodrigo, muerto en combate.
De hallarse en las Trinitarias de Madrid restos ¨®seos atribuibles al impar escritor, el cotejo del componente gen¨¦tico, ADN, de una y otro hermano, inducido desde el examen osteol¨®gico, no solo ser¨ªa posible en caso de identificarse los restos de la hermana, sino que tambi¨¦n permitir¨ªa corroborar la autenticidad de los restos del novelista alcala¨ªno, da?ado con lesiones de guerra reconocibles en el estern¨®n y en una mano. As¨ª lo subraya el m¨¦dico psiquiatra, neur¨®logo e investigador Jos¨¦ Manuel Bail¨®n Blancas, que ha biografiado a Cervantes desde el punto de vista cl¨ªnico y que se muestra esperanzado de que el parentesco de Bel¨¦n y de Miguel coadyuve a la ciencia a resolver el enigma del paradero exacto ¡ªen el interior del convento madrile?o¡ª de los restos de este, nacido en 1547 ¨¦l y ella un a?o antes, los dos en Alcal¨¢ de Henares.
Sin embargo, sor Esperanza de San Juan de la Cruz, actual priora octogenaria del convento alcala¨ªno conocido como El Carmelo Complutense, consultada indirectamente en la tarde de ayer por este peri¨®dico desde el torno conventual, indic¨® que los restos de Luisa de Bel¨¦n se encuentran mezclados con otros restos de religiosas.
Luisa de Cervantes y Saavedra, ingres¨® con 18 a?os en la orden carmelita, donde adopt¨® el nombre de sor Luisa de Bel¨¦n. El convento, fundado en 1560, adquiri¨® notoriedad porque en ¨¦l residi¨® durante tres estad¨ªas distintas Santa Teresa de Jes¨²s, reformadora y escritora cumbre de la M¨ªstica, que llegar¨ªa a ser su priora. Tambi¨¦n la hermana mayor de Miguel de Cervantes, Luisa de Bel¨¦n, que comenz¨® como sacristana, sigui¨® como tornera y clavaria, llegar¨ªa a detentar el priorato en tres ocasiones. Ello ha llevado a pensar en que su enterrameinto, que se produjo a su muerte a los 77 a?os de su edad, en 1623, se viera distinguido con una l¨¢pida espec¨ªfica, como tal priora. No obstante, la actual regente del convento informa que, al culminar la Guerra Civil, contienda durante la cual el convento alcala¨ªno, en zona republicana, fue ocupado por combatientes al mando del jefe guerrillero Valent¨ªn Gonz¨¢lez, El campesino, las religiosas hallaron los enterramientos alterados, con los huesos mezclados.
Para Vicente S¨¢nchez Molt¨®, historiador local y cronista oficial de Alcal¨¢ de Henares, todos los objetos con valor art¨ªstico que albergaba el monasterio carmelita fueron, ya en 1936, acopiados por una Junta de Protecci¨®n del Patrimonio art¨ªstico creada por las autoridade republicanas. ¡°Entonces fueron trasladados a otro convento, tambi¨¦n carmelita, pero situado en otra parte de la ciudad y all¨ª conservados hasta el final de la contienda¡±.
Intactos dentro del cenobio carmelita, donde residen 23 monjas, una de origen rumano y dos oriundas de Francia, se conservan desde el siglo XVI un excelso artesonado de madera de estilo mud¨¦jar y una escalera renacentista en piedra, de bell¨ªsima hechura, atribuida al gran arquitecto Alonso de Covarrubias. La escala tiene 21 escalones y el ¨²ltimo de ellos es besado por las religiosas cada vez que la ascienden, en homenaje a la santa de ?vila, que transit¨® por ella durante sus estancias en el recinto monacal alcala¨ªno.
Por otra parte, a partir de las diez y media de la ma?ana de ayer se escenific¨® en tiempo real y en directo, dentro de la iglesia conventual madrile?a donde Cervantes fue enterrado, una demostraci¨®n de aquello en lo que va a consistir la indagaci¨®n con georradar del recinto del templo; es decir, el rastreo del subsuelo y de los paramentos. Luis Avial, el georradarista responsable de la fase t¨¦cnico-anal¨ªtica de la investigaci¨®n, anunci¨® a este diario que la primera tarea a acometer es la detecci¨®n de cavidades murales en las paredes del templo mediante la aplicaci¨®n de un sensor termogr¨¢fico, que funciona a base de rayos infrarrojos. Se cree que esta primera fase, la del rastreo directo, no se prolongar¨¢ m¨¢s de cuatro o cinco d¨ªas, como mucho, fase que preceder¨¢ a la etapa de an¨¢lisis de las cavidades, oquedades, t¨²neles y otras hendiduras que presente el espacio tratado, de unos 300 metros cuadrados de superficie, se?ales que designan siempre los circuitos de acceso a los enterramientos.
En la zona anterior del templo, a la derecha del altar mayor, en la estancia correspondiente a la sacrist¨ªa, cabe ver una puerta de madera, de metro y medio de anchura por dos metros y medio de longitud, de acceso a una cripta subterr¨¢nea donde, seg¨²n se cree, fueron enterradas ¨²nicamente religiosas. Empero, nadie descarta que la indagaci¨®n con georradar atraer¨¢ hacia este espacio, muy raramente visitado, la atenci¨®n de los cient¨ªficos.
Por su parte, el historiador Fernando Prado explic¨® que se inclina a pensar que los restos de Cervantes puedan hallarse en la zona posterior izquierda de la iglesia de las Trinitarias, donde estuvo situado el presbiterio del templo precedente, que fue modificado en torno a 1673, fecha a partir de la cual adopt¨® la configuraci¨®n que hoy muestra, sin apenas alteraciones desde entonces. A diferencia de otros templos, durante la Guerra Civil la iglesia de las Trinitarias de Madrid no fue bombardeada por la aviaci¨®n alemana, como sucedi¨® en el cercano Museo del Prado¡ª ni incendiado. Conserva intacta su decoraci¨®n barroca, en su mayor parte estofada en oro.
Mar¨ªa Jos¨¦, tornera del convento, asegura que las moradoras del cenobio, 13 religiosas, siete de ellas latinoamericanas, todas ellas bajo la direcci¨®n de Sor Amada, ¡°han visto su paz habitual algo alterada¡±, en referencia a la presencia de un centenar de periodistas de todo el mundo. ¡°Si ya tenemos las obras escritas de Cervantes, ?para qu¨¦ buscar m¨¢s?¡±, se pregunta un tanto aturdida entre decenas de c¨¢maras y destellos.
Por su parte, Pablo Batll¨¦, gerente de la Asociaci¨®n de Vecinos del Barrio de las Letras, que oficia de enlace con las religiosas de clausura, se muestra muy esperanzado con las indagaciones del georradar. ?Est¨¢n sufriendo algunas molestias las religiosas? ¡°Un poquito, pero la Ciencia necesita facilidades para actuar¡±, en referencia a que "de los resultados de la investigaci¨®n, todo el mundo saldr¨¢ beneficiado" afirma con optimismo.
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