La ruina del absurdo
Las obras del futuro Museo Ibero de Ja¨¦n, de seis plantas y m¨¢s de 10.600 metros cuadrados de superficie construida, est¨¢n abandonadas desde 2012
Un exalcalde de Ja¨¦n dijo en su d¨ªa que el Museo Internacional de Arte Ibero de Ja¨¦n deb¨ªa ser m¨¢s grande incluso que el Guggenheim de Bilbao. Tal era la ambici¨®n de los pol¨ªticos, locales y auton¨®micos, que, tras m¨¢s de una d¨¦cada de disputas, en septiembre de 2009 iniciaron las obras de un macroproyecto cultural en el solar de la antigua c¨¢rcel de Ja¨¦n, clausurada en 1991. Aunque el coste presupuestado para el Museo Ibero es de un tercio de lo que cost¨® el Guggenheim, nada tiene que envidiar a sus dimensiones. Nada menos que seis plantas y m¨¢s de 10.600 metros cuadrados de superficie construida dejaban patente la apuesta por hacer de Ja¨¦n la referencia mundial en el arte ibero.
La estructura exterior del Museo Ibero se levant¨® en un tiempo m¨¢s o menos corto, pero una vez plantada la mole de cemento sobre el centro urbano de la capital jiennense las obras encallaron en mayo de 2012. Oficialmente, la Junta de Andaluc¨ªa, que es quien financia el proyecto, habla de cuestiones jur¨ªdicas y t¨¦cnicas (se han tenido que acometer dos modificaciones del proyecto), aunque la evidencia es que los recortes econ¨®micos de la Administraci¨®n auton¨®mica est¨¢n detr¨¢s de este par¨®n, que supera ya los dos a?os. La Consejer¨ªa de Cultura, que hab¨ªa fijado para el primer trimestre de este a?o la reanudaci¨®n de las obras, ha anunciado esta semana la conclusi¨®n del segundo modificado del proyecto y que las obras podr¨ªan estar terminadas a lo largo de 2015.
Una mole de 24 millones
La Consejer¨ªa de Educaci¨®n, Cultura, y Deportes ha consignado 4,5 millones de euros en los presupuestos de este a?o para reanudar las obras del Museo Ibero de Ja¨¦n. Unas obras, con un coste global de 24 millones, que ya tienen v¨ªa libre tras aprobar la Junta esta semana el segundo modificado del proyecto. No obstante, antes es preciso que el Ayuntamiento de Ja¨¦n conceda una nueva licencia de obras.
Para la consejer¨ªa, los recortes presupuestarios no est¨¢n detr¨¢s del par¨®n de las obras. ¡°No han sido problemas econ¨®micos, sino jur¨ªdicos¡±, ha apuntado la secretaria general de Cultura, Mar¨ªa del Mar Alfaro. Cultura argumenta que las obras se pararon ante la necesidad de modificar el proyecto para adaptarlo a la nueva normativa vigente. Alfaro ha pronosticado que las obras concluir¨¢n ¡°a lo largo de 2015¡±. Pero aunque la Junta defiende el car¨¢cter ¡°prioritario¡± de esta inversi¨®n, todav¨ªa ser¨¢ necesario afrontar el dise?o museogr¨¢fico de este espacio que ofrecer¨¢ una amplia visi¨®n de la cultura ibera. Una musealizaci¨®n que se prolongara al menos durante otro a?o y medio, con lo que parece dif¨ªcil que el espacio pueda abrir sus puertas, en el mejor de los casos, antes de 2017.
Tan turbulento ha sido el proceso de construcci¨®n que no han faltado tambi¨¦n las disputas pol¨ªticas entre las Administraciones. La ¨²ltima de ellas se produjo tras la decisi¨®n del Ayuntamiento de Ja¨¦n (gobernado por el PP) de no renovar la licencia de obras por haber expirado en julio de 2012 la que estaba en vigor desde el a?o 2009.
Ahora que se cumplen dos a?os desde la paralizaci¨®n de las obras ¡ªel proyecto estaba ejecutado ya al 55%, seg¨²n Cultura¡ª un arquitecto de Ja¨¦n, Pablo Arboleda, ha querido denunciar lo que para ¨¦l es un ¡°antimonumento a la ridiculez de nuestra era¡±. Arboleda burl¨® el vallado de las obras y se adentr¨® en el edificio con c¨¢mara en mano para mostrar la perplejidad que supone tener una mole de cemento abandonada en pleno Paseo de la Estaci¨®n y sin perspectivas a corto plazo.
¡°El edificio es una construcci¨®n descomunal y, desde el punto de vista arquitect¨®nico, es muy rico espacialmente. No se percibe ning¨²n atisbo de simetr¨ªa y caminar por todas sus plantas te ofrece la posibilidad constante de la sorpresa, de que cada paso sea ¨²nico. Por supuesto no he encontrado expuesta ninguna punta de flecha, busto, ni vasija que date del pueblo ¨ªbero all¨¢ por los siglos inmediatamente anteriores a nuestra era, y sin embargo las paredes de este edificio hablan de una realidad, ib¨¦rica en este caso, mucho m¨¢s cercana a nosotros: suelos de hormig¨®n que nunca se pulieron, vigas que no soportan ning¨²n peso, ventanas que esperan vidrios que nunca llegan. Un sinf¨ªn de elementos que conforman una ruina contempor¨¢nea y que hablan de c¨®mo nuestra sociedad se est¨¢ comportando, de c¨®mo somos realmente¡±, explica Arboleda en su escrito-denuncia remitido a este peri¨®dico.
El arquitecto jiennense, que actualmente cursa el master en Patrimonio de la Humanidad en la Universidad T¨¦cnica de Brandemburgo (Alemania) y prepara su doctorado sobre la patrimonializaci¨®n de edificios inacabados, considera que su acci¨®n de desobediencia civil (entrar sin permiso en las obras), lejos de avergonzarle, supone una responsabilidad social de los ciudadanos. ¡°Siempre me ha parecido una pena que un edificio en el que se ha invertido tanto y al que tan buena arquitectura se le aprecia, quede simplemente abandonado antes de su conclusi¨®n¡±, dice.
Pablo Arboleda ha reflejado con su c¨¢mara fotogr¨¢fica el ¡°penoso estado¡± de abandono del edificio. ¡°Las instant¨¢neas contienen una especie de belleza decadente, de lo que pudo ser y no fue, de lo que en definitiva el edificio es hoy d¨ªa. Y resulta que no tiene nada que ver con las ruinas griegas o romanas donde uno percibe la monumentalidad y la presencia de lo que el ser humano ha sido capaz sobre los siglos. El Museo Ibero no es un patrimonio tradicional por el que uno se sentir¨ªa orgulloso de su ciudad, sino que m¨¢s bien compone una ruina de lo absurdo¡±.
Esc¨¦ptico sobre el futuro m¨¢s inmediato de este proyecto muse¨ªstico, Pablo Arboleda aporta incluso algunas sugerencias para el aprovechamiento de la superficie ya construida. ¡°Con m¨ªnimas intervenciones llevadas a cabo por gente concienciada, lo que una vez fue el proyecto del Museo ?bero bien podr¨ªa ser un lugar al que darle un uso desde ya: teatros, proyecciones, asambleas. Y todo ello, manteniendo su est¨¦tica inacabada que requiere de m¨ªnima inversi¨®n, lo que por ir¨®nico y extra?o que suene, es el estilo arquitect¨®nico resultado de la crisis actual y por ende tiene un valor cultural en s¨ª que lo hace ¨²nico¡±, subraya.
Y defiende la toma ciudadana de este espacio p¨²blico. ¡°Solo as¨ª se entiende el verdadero patrimonio, aquel que propone que lo importante no es el edificio sino lo que ocurre dentro del edificio. Sin etiquetas, sin reconocimiento: un patrimonio que fluya de manera natural desde unos ciudadanos que no esperan nada a cambio m¨¢s que el derecho a disfrutar de lo que les pertenece. Sin artificios ni palmaditas en la espalda¡±.
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