M¨¢scaras y Cabelleras sobre el cuadril¨¢tero
La Triple W presenta espect¨¢culos de Lucha Libre en La Tabacalera
Thrashman est¨¢ encantado de haberse ganado el desprecio del p¨²blico. Sube al ring presumiendo el enorme cintur¨®n plateado que lo avala como campe¨®n de La Triple W, una asociaci¨®n cultural sin ¨¢nimo de lucro que desde hace cinco a?os se dedica a presentar espect¨¢culos de lucha libre en Madrid. Emite un rugido mientras hace alarde de su musculatura y la gente no tarda en abuchearlo. Entonces Trashman, que seg¨²n su biograf¨ªa oficial ¡°se cri¨® atado a la pata de un futbol¨ªn aliment¨¢ndose de chustas y charcos de cerveza¡±, frunce el ce?o, coge un micr¨®fono y vocifera con arrogancia:
¡ª?No s¨¦ c¨®mo no os arrodill¨¢is ante el puto amo!
¡°?Fuera, fuera!¡±, le responden al un¨ªsono y ¨¦l se sienta en un improvisado trono de madera que est¨¢ sobre el cuadril¨¢tero. Trashman ¡ªla cabeza rapada, los brazos tatuados, el pantaloncillo de camuflaje militar¡ª quiere dejar claro que es el rey de las luchas. Y al que no le guste, ¡°?que se joda!¡± Pero de pronto aparece Lukas Scott y se lanza sobre ¨¦l con sus 92 kilos de peso. ¡°?M¨¢talo!¡±, le pide sin tapujos la gente. Desbordado de c¨®lera, Trashman logra levantarse y con un pu?etazo y una patada tumba a su rival. Luego corre hacia una esquina del ring, trepa las cuerdas y vuela. El p¨²blico chilla. Lukas Scott se quita y Trashman cae sobre la lona d¨¢ndose un golpe seco, suficiente para romper las costillas a cualquiera que no est¨¦ entrenado para esto.
Es s¨¢bado por la tarde y, en el patio central de La Tabacalera, grupos de amigos y familias enteras ovacionan a los luchadores como si fueran h¨¦roes necesarios. Pocos se toman en serio lo que ven. Est¨¢n aqu¨ª para divertirse y entretenerse con un show que mezcla fuerza, destreza y melodrama. Es un deporte-espect¨¢culo que todav¨ªa no tiene la misma relevancia que en M¨¦xico, Estados Unidos y Jap¨®n, pero que un grupo de apasionados por esta pr¨¢ctica intenta profesionalizar en Espa?a.
Rodrigo Zayas es el portavoz de La Triple W (White Wolf Wresting) y reconoce que lo que hacen los miembros de la asociaci¨®n est¨¢ en deuda con el Catch, una serie de funciones veraniegas de lucha que, en los a?os 70 del siglo pasado, se hac¨ªan en el campo del Gas, una cancha de f¨²tbol sin c¨¦sped cerca del Rastro. ¡°Pero hemos adaptado aquello a nuestro tiempo y a nuestro estilo. Y con influencias de todo tipo¡±, puntualiza. Hace poco m¨¢s de un lustro, un grupo de cinco amigos aficionados a la lucha libre comenz¨® a reunirse en un gimnasio de Carabanchel con el objetivo de preparar un espect¨¢culo de gladiadores. Hicieron un bote para comprar el ring, cortinas, luces, carteles y buscaron a personas que quisieran tomarse el reto muy en serio. Hoy son una troupe de 30 que pagan una cuota mensual de 35 euros por entrenar todos los s¨¢bados en un gimnasio del barrio de San Isidro.
¡°Lo primero que hay que aprender es a caer y a recibir impactos, para evitar hacerse da?o en un combate¡±, explica Zayas. ¡°Somos gente de distintas edades, or¨ªgenes y oficios, as¨ª que tenemos que desarrollar nuestros reflejos, posturas y fuerza lo mejor posible.¡± Cuando los trucos principales ya est¨¢n bien ensayados, cada luchador elige su nombre de batalla y al atuendo que ha de sustentar su imagen: m¨¢scaras vistosas o cabelleras espec¨ªficas, accesorios como gafas o capuchas. Luego se re¨²nen todos los que participar¨¢n en el show para elaborar el guion que llevaran a cabo delante del p¨²blico, solos o en parejas, basado en la dualidad del bien y del mal. Con margen de improvisaci¨®n, sus acciones son c¨®micas y dram¨¢ticas. Efectivas, sobre todo, para captar la atenci¨®n. Realizan, siempre con entrada libre, un promedio de 10 exhibiciones al a?o.
En un extremo del cuadril¨¢tero, Fernando Su¨¢rez y Juan Garc¨ªa, dos amigos de 19 a?os que desde hace dos vienen a La Tabacalera para ver las luchas, gritan y aplauden con fervor cuando Gortrak ¡°El Vikingo¡± sale de entre unas cortinas negras. Con 101 kilos de peso, 1,83 de altura, una largu¨ªsima cabellera y una cara de desquiciado, Gortrak es el m¨¢s temido por sus colegas. ¡°Este t¨ªo es la leche¡±, dice Fernando entre risas. ¡°Ya ver¨¢s como acaba con todos¡±, a?ade Juan. Pero ?oh, sorpresa! Gortrak somete al Ni?o An¨®nimo, el m¨¢s joven de La Triple W, que en teor¨ªa es su compa?ero en este combate de parejas. El Ni?o An¨®nimo acaba derrotado sobre la lona mientras Gortrak confirma su demencia y el p¨²blico corea: ¡°?A-bu-s¨®n, a-bu-s¨®n, a-bu-s¨®n!¡± Y ensegudia lo despide con silbidos e insultos.
M¨¢s all¨¢, en primera fila, Teresa G¨®mez le da una colleja a su hijo de 12 a?os por alegrarse de la traici¨®n de Gortrak. ¡°No s¨¦ por qu¨¦¡±, dice esta mujer de 43 a?os, ¡°pero los malos siempre son las estrellas. Son tramposos y crueles y, sin embargo, siempre ganan. Mal ejemplo.¡± Teresa ha tra¨ªdo tambi¨¦n a su otro hijo, de siete a?os, al que le advierte: ¡°nada de querer hacer en casa lo que estos hacen, ?eh? Que nos conocemos y al rato vas querer pegarle a tu hermano.¡±
El show termina pasadas dos horas. Sudados y golpeados, los rudos (malos) y los t¨¦cnicos (buenos) son objeto del deseo de mucha gente que se les acerca para tocarlos, abrazarlos y hacerse fotos con ellos. Rayo Verde, un enmascarado de m¨²sculos bien torneados y 1,60 de estatura, es el m¨¢s solicitado por los ni?os. Pero los celos del rey Thrashman son tantos que cuando los padres de los peque?os est¨¢n a punto de hacer clic con sus c¨¢maras o sus m¨®viles, llega y empuja a Rayo Verde para colarse en la foto. Y ruge con los ojos desorbitados, mientras todos a su alrededor lo miran con desprecio.
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