Vivir de la habitaci¨®n de invitados
Cientos de familias alquilan estancias de sus pisos para llegar a fin de mes Los hoteleros estiman que hay 12.000 apartamentos ilegales en Barcelona
La vivienda de Rosa Mar¨ªa S¨¢nchez tiene una ubicaci¨®n de ensue?o para cualquier turista que quiera pasar unos d¨ªas en Barcelona. Est¨¢ a un tiro de piedra del paseo de Gr¨¤cia, de la playa de la Barceloneta y del templo de la Sagrada Familia. En la d¨¦cima ciudad con m¨¢s visitantes del mundo, S¨¢nchez decidi¨® alquilar por d¨ªas dos de las tres habitaciones de su piso a trav¨¦s de la plataforma de Internet Airbnb. ¡°Con estos ingresos puedo sobrevivir. Me qued¨¦ viuda y tengo una hipoteca de 20 a?os desde hace 13¡±, explica. Sin embargo, S¨¢nchez se encuentra con que la Generalitat est¨¢ castigando a quien incumple con la normativa catalana, que proh¨ªbe que se arrienden habitaciones.
La capital catalana ha construido en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas un destino tur¨ªstico que se ha colado en las primeras posiciones de casi todas las clasificaciones mundiales. ¡°Todo el mundo ama Barcelona¡±, publicaba en mayo The Guardian, que elabor¨® una clasificaci¨®n que la situaba como la sexta marca m¨¢s potente del mundo, por delante de San Francisco o R¨ªo de Janeiro. El ¨²ltimo informe de Mastercard la colocaba como d¨¦cimo destino de todo el planeta, con 8,4 millones de turistas internacionales anuales. Airbnb, la primera plataforma de comercializaci¨®n de apartamentos basada en el modelo peer to peer (particular a particular), se?ala que Barcelona se disputa con Londres la tercera plaza entre sus usuarios. ¡°Nuestra oficina est¨¢ en Barcelona no solo por su potencia tur¨ªstica, sino tambi¨¦n por su faceta innovadora y emprendedora¡±, explica el director general de Airbnb en Espa?a, Jeroen Merchiers.
La Generalitat, sin embargo, ha sido la primera Administraci¨®n de la Uni¨®n Europea que ha multado con 30.000 euros a la compa?¨ªa, junto a otras siete del mismo sector, por comercializar en su plataforma viviendas que la legislaci¨®n catalana considera ilegales. Son pisos no dados de alta en el Registro de Turismo de Catalu?a y, sobre todo, habitaciones en viviendas habituales. ¡°Bajo el nombre de econom¨ªa colaborativa no se puede alterar las reglas de juego, que deben ser las mismas para todo el mundo¡±, advirti¨® el consejero de Empresa y Empleo, Felip Puig, quien amenaz¨® con impedir el acceso al dominio de Airbnb desde Catalu?a en caso de que no retire la oferta ilegal de su p¨¢gina. ¡°Nos ha sorprendido que venga de un pa¨ªs que est¨¢ dentro de la Uni¨®n Europea una insinuaci¨®n de ese tipo¡±, lamenta Merchiers, que reclama que la Generalitat regule las habitaciones en domicilios particulares para uso tur¨ªstico. ¡°Esperamos poder trabajar con el Ayuntamiento y la Generalitat para que haya leyes que sean m¨¢s adecuadas a la realidad¡±, asegura.
Airbnb pide a la Generalitat que regule la oferta de dormitorios
Rosa Mar¨ªa S¨¢nchez hace un tiempo que ya nota la presi¨®n de las Administraciones. Sostiene que gracias al dinero que se dejan sus hu¨¦spedes puede pagar el agua, la luz y el gas. ¡°Hay casos similares, incluso peores, de gente mayor que pueden mantener su casa y seguir yendo al mercado por esos ingresos¡±, se queja. La crisis ha supuesto que cientos de familias se hayan planteado la misma opci¨®n que S¨¢nchez. El Gremio de Hoteles de Barcelona, que tiene un departamento para identificar apartamentos ilegales en la ciudad, estima que hay unos 12.000 pisos operando sin licencia.
Ante las sanciones de la Generalitat, un pu?ado de ciudadanos ya se est¨¢ organizando para reivindicar la figura de los ¡°anfitriones¡±. La semana pasada se concentraron en la plaza de Sant Jaume y elaboraron un escrito para el alcalde, Xavier Trias (CiU). En ¨¦l, sostienen que ¡°compartir su casa ayuda a los residentes de Barcelona a ganar un dinero extra para pagar sus facturas¡± y poder ¡°quedarse en el barrio que aman¡±. Enric, que s¨ª pide el anonimato, empez¨® a alquilar su vivienda mientras consegu¨ªa sacar a flote el negocio que acababa de poner en marcha, una sala para eventos que no terminaba de arrancar. Para ¨¦l, con pareja y dos hijas, no es ¡°una opci¨®n f¨¢cil¡±, pero les permiti¨® salir adelante durante una ¨¦poca. Airbnb encarg¨® un estudio a Dwif Consulting que luego corroboraron profesores de Iese y Esade que se?alaba que el 60% de los anfitriones de la plataforma destina esos ingresos a ¡°los gastos dom¨¦sticos m¨¢s importantes¡±, y que un 53% han podido pagar la hipoteca o el alquiler gracias a esa actividad.
Los apartamentos acusan a los hoteles de querer mantener un ¡°monopolio¡±
La decisi¨®n de la Generalitat, en todo caso, reabri¨® la guerra entre hoteleros y apartamentos tur¨ªsticos. Los primeros aplaudieron la sanci¨®n de la Generalitat y pidieron a las Administraciones mano dura. La Federaci¨®n Espa?ola de Asociaciones de Viviendas de Uso Tur¨ªstico y Apartamentos tur¨ªsticos de Espa?a (Fevitur), en cambio, se quej¨® de que los hoteleros solo quieren que se promulguen normas ¡°que sean imposibles de cumplir y que les permita mantener su monopolio del alojamiento en Espa?a¡±.
Sin embargo, es complejo afrontar la proliferaci¨®n de esa oferta. ¡°Por un lado, algo hay que hacer, porque se a?aden camas al mercado y tiene un impacto sobre el sector legal, pero por otro es dif¨ªcil poner puertas al campo¡±, explica el consultor de Magma Turismo Bruno Hall¨¦. El profesor de Esade Carles Torrecilla, sin embargo, opina que hay ¡°demasiada obsesi¨®n por la calidad¡±, cuando deber¨ªa procurarse un ¡°equilibrio¡± de varios segmentos. A su juicio, Barcelona debe poder cubrir una demanda que est¨¢ pidiendo el producto que le da Airbnb. ¡°La legislaci¨®n hace que la oferta sea dif¨ªcil de adaptarse a ciertos requerimientos de la demanda¡±, asegura el profesor, quien alerta del peligro de que una normativa exigente ¡°incentive el proteccionismo¡± en el sector.
Un sector bajo la lupa
Los hoteleros barceloneses consideran que la historia de ¨¦xito de la ciudad en el campo tur¨ªstico est¨¢ lejos de agotarse, y se proponen pasar de los 7,5 a los 10 millones de turistas anuales. Ello permitir¨ªa absorber una oferta de camas que no hace sino crecer cada a?o. Pero el sector se ha marcado otro frente: frenar la oferta irregular de apartamentos tur¨ªsticos. Una de las principales acusaciones que realizan los hoteleros es que los caseros no declaran impuestos. ¡°No podemos vivir en una oferta de fraude continua¡±, afirm¨® Joan Molas, presidente de la Confederaci¨®n Espa?ola de Hoteles y Alojamientos Tur¨ªsticos, quien present¨® un manifiesto ¡°contra la econom¨ªa sumergida¡±.
Rosa Mar¨ªa S¨¢nchez, sin embargo, niega que los anfitriones de Airbnb no declaren sus ingresos. ¡°Cada a?o, antes de que tenga que hacer la declaraci¨®n de la renta, la gente de Airbnb me manda una carta con el certificado en el que constan todas las ganancias que me ha supuesto la actividad¡±, asegura S¨¢nchez, quien opina que ¡°dan m¨¢s problemas los apartamentos que est¨¢n vac¨ªos y se comercializan sueltos¡±. Un gestor de viviendas tur¨ªsticas que prefiere no ser identificado explica que el sistema empleado por Airbnb disuade la actividad sumergida, puesto que los pagos se realizan obligatoriamente mediante una transferencia bancaria.
La patronal de los apartamentos tur¨ªsticos afirm¨® esta semana en un comunicado que est¨¢ ¡°totalmente de acuerdo¡± con que hay que luchar contra la ¡°econom¨ªa sumergida¡± y que la normativa debe favorecer el ¡°desarrollo reglado¡± de la actividad, pero lament¨® ¡°la demagogia¡± del sector hotelero. La patronal sostiene que su actividad consiste en alquilar viviendas, ¡°las mismas que usa una familia para vivir, por lo que los requisitos deben ser los mismos que los de una familia espa?ola, estos son: la c¨¦dula de habitabilidad o la licencia de primera ocupaci¨®n¡±.
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