Ca?o Roto, escenario de cine
Un proyecto de Matadero busca que los vecinos retraten el barrio en un documental cantado
Graban a pleno sol, desde las cinco de la tarde hasta que comienza a caer la noche y Ca?o Roto vuelve a la vida. "?Ol¨¦! Sois los del videoclip", les reconoce un ni?o cuando el objetivo le encuentra en una de las plazoletas. En este rinc¨®n al sur de la capital, en Carabanchel, muchos ya saben que sus calles y sus portales son estos d¨ªas escenario de un rodaje, el del proyecto K de Kalle: un documental colectivo que pretende que sean los vecinos del barrio, de 17.000 habitantes, quienes pinten su propio retrato audiovisual.
La m¨²sica de Juan Carlos, Adri¨¢n y Dani, tres j¨®venes que forman el grupo de rap ZuloStudio, es el hilo conductor de la historia, en un barrio que ya tiene sonido propio, aunque no de hip hop, sino de flamenco. Ca?o Roto surgi¨® en los a?os cincuenta como un poblado de vivienda barata, cuyo objetivo era ordenar la inmigraci¨®n masiva que llegaba del campo a la ciudad. Con una numerosa poblaci¨®n gitana, all¨ª vivieron Los Chorbos, el grupo del que despu¨¦s saldr¨ªa Manzanita. En los setenta publicaron su primer ¨¢lbum, titulado Sonido Ca?o Roto, una mezcla de flamenco con pop, rock y funk que tambi¨¦n pondr¨ªan en pr¨¢ctica Las Grecas para reivindicar una nueva generaci¨®n gitana, nacida en la ciudad.
El proyecto K de Kalle reivindica tambi¨¦n a trav¨¦s de la m¨²sica. "Es un documental cantado o un videoclip largo", explica David Arenal, uno de los fundadores del grupo Cine sin Autor, que lleva desde 2005 creando pel¨ªculas colectivas, donde sus protagonistas deciden qu¨¦ crear y c¨®mo mostrarlo. Su intenci¨®n es impulsar procesos de creaci¨®n horizontal para retratar a personas y grupos ajenos a las producciones audiovisuales.
Presentaci¨®n del proyecto. / K DE KALLE
La idea cuenta con el apoyo de Intermediae, el laboratorio de ideas de Matadero, que pone en marcha proyectos art¨ªsticos que fomenten la participaci¨®n. Esta vez ha situado el foco en este barrio tildado de marginal, zona conflictiva y de tr¨¢fico de drogas. K de Kalle es "la sinautor¨ªa al servicio del genuino autorelato cantado, contado y filmado de un barrio mil veces retratado desde fuera". Los chicos de ZuloStudio asumen ese objetivo. "Queremos contar que Ca?o Roto tambi¨¦n tiene cosas buenas, gente de buena fe y con ganas de trabajar", explica Juan Carlos, mientras se dirigen a una de las localizaciones.
Papel en mano, van de un lado a otro con ideas de escenas que quieren grabar: sus amigos practicando skate en una plaza, el reparto de comida en la parroquia, los ni?os que juegan con mangueras en las calles para escapar del calor. "Nos inspira el barrio, las escenas que vemos cada d¨ªa, como los se?ores mayores jugando a la petanca en el parque", cuenta Adri¨¢n. La c¨¢mara captura a dos de sus amigos reparando su coche, bajo la atenta mirada de una pareja de polic¨ªas municipales que, tras advertirles para que lo bajen de la acera, deciden quedarse. "El pan de cada d¨ªa", dice Daniel, se?alando a los agentes.
Quieren huir de la est¨¦tica tradicional de los videoclips de hip hop, plagados de cadenas de oro y mujeres exuberantes, para reivindicar la historia real de las calles por las que pisan cada d¨ªa. Por eso los rostros de sus amigos, de sus padres, de sus vecinos, se suceden delante del objetivo. Lo encaran durante diez segundos en lo que llaman "entrevistas silenciosas": lo que el personaje tenga que decir, lo dice con sus ojos. En una calle estrecha, con un muro grafiteado de fondo, Juan Carlos le sostiene la mirada a la c¨¢mara. Al doblar la esquina, los bloques de pisos conviven con hileras de casitas de dos alturas. Las llaman domingueras porque fueron las propias familias llegadas del campo quienes las construyeron, precisamente los fines de semana.
La idea, que utiliza como gu¨ªa la m¨²sica de un grupo de rap, quiere mostrar lo mejor del barrio
El local de la Asociaci¨®n de Vecinos de Los C¨¢rmenes es el punto de encuentro para las dos patas de la historia, la m¨²sica y la imagen. All¨ª, en un peque?o "zulo", el grupo lleva cinco a?os componiendo y grabando sus temas. Fue Carabancheleando, una plataforma vecinal que analiza el impacto de la crisis en las periferias, quien les puso en contacto con Cine sin Autor. "Estaban aqu¨ª, de forma muy discreta, pero con una mirada muy particular sobre Ca?o Roto", se?ala David Arenal. Se re¨²nen una vez a la semana para planificar qu¨¦ van a hacer, antes de salir a la calle con la c¨¢mara al hombro. Solo llevan dos sesiones de rodaje y, aunque piensan seguir grabando hasta oto?o, ya tienen las bases musicales, las primeras letras y la introducci¨®n hecha.
El rodaje de K de Kalle se concentra en el per¨ªmetro que marcan la v¨ªa Carpetana, la avenida de Nuestra Se?ora de Valvanera y la calle de Gallur, los l¨ªmites del barrio. No hay director, por lo que todas las decisiones se toman en conjunto. Qu¨¦ grabar, d¨®nde, qu¨¦ tomas elegir e incluso el montaje. La participaci¨®n de los vecinos tambi¨¦n es fundamental. Mientras caminan por Ca?o Roto, Juan Carlos les aborda para convencerles de que participen y capturar as¨ª sus historias: "Estamos haciendo un videoclip sobre el barrio, ?le importa si le grabamos?". Una vez que tengan material suficiente, la idea de Cine sin Autor es mostrarlo en una asamblea abierta. "Queremos que opinen y que aporten. Esto no es un proyecto en el que un director llega a un lugar y plasma su mirada. Esta es la mirada del barrio", apunta David Arenal.
La creaci¨®n, pero tambi¨¦n la distribuci¨®n y los beneficios que pueda generar ser¨¢n cosa de los retratados. Aunque, de momento, casi todo est¨¢ en el aire; ni siquiera han decidido la duraci¨®n del documental. El rodaje, simplemente, "fluye" entre las rimas y las bases de rap.
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