Un gerente del Zoo de Madrid dirigi¨® la estafa millonaria en el parque
La entidad contrat¨® a detectives privados para pillar a sus ladrones ¡®in fraganti¡¯
El mensaje an¨®nimo que lleg¨® por el correo electr¨®nico interno dec¨ªa lo siguiente: ¡°Les escribo para avisarles de que en el zool¨®gico les est¨¢n robando a ustedes y perjudicando a los trabajadores y que los ladrones llevan actuando m¨¢s de un a?o¡±. A continuaci¨®n, aportaba dos nombres: Juan Jos¨¦ Encinar y Diego Fern¨¢ndez. Ambos, de 55 y 30 a?os, respectivamente, fueron detenidos la semana pasada como presuntos autores de una estafa de m¨¢s de un mill¨®n de euros realizada con la venta de entradas falsas en el conocido parque de animales madrile?o. El mayor de los dos, el tal Encinar, era el gerente, concretamente el responsable del Departamento de Explotaci¨®n del parque, el que se encargaba de controlar la recaudaci¨®n, de abrir y cerrar las puertas y las cajas de las taquillas de la entidad desde hac¨ªa 10 a?os, aunque trabaja en el Zoo desde hace 17. El otro, el m¨¢s joven, era un taquillero con ciertas habilidades inform¨¢ticas y con 11 a?os de antig¨¹edad en la entidad.
?Era enero de 2014 cuando ese correo de emisario desconocido llegaba a la administraci¨®n de la empresa Parques Reunidos, que gestiona el Zoo de Madrid desde que en noviembre de 1967 el Ayuntamiento aprobase en un acuerdo plenario la concesi¨®n de ese espacio, junto al Parque de Atracciones y al Telef¨¦rico en la Casa de Campo. Las alarmas se dispararon, y no precisamente porque se hubiese escapado un gorila. Los responsables de la entidad, con el director del Zoo, Ricardo Esteban, al frente, no dudaron en contratar los servicios de los detectives privados de la Agencia Cosmos con el fin de comprobar los hechos denunciados. As¨ª fue como un agente secreto pudo comprobar el modus operandi de los estafadores: ¡°Todo se centraba en la taquilla n¨²mero 2 y en los d¨ªas de mayor afluencia de p¨²blico: fines de semana, festivos...¡±, relata el polic¨ªa de la Unidad de Estafas de la Brigada Provincial de Madrid, que posteriormente contrast¨® los informes de los detectives. ¡°El investigador compr¨® una entrada un d¨ªa con dinero en efectivo y pit¨® al entrar, pero le dejaron pasar sin problemas y, otro d¨ªa, hizo lo mismo, pero pag¨® con tarjeta. Ocurri¨® lo mismo, pit¨® pero pas¨®¡±.
Los empleados ten¨ªan orden expresa del gerente de dejar pasar, a pesar de que las entradas procedentes de la taquilla numero 2 no fuesen identificadas por el lector electr¨®nico de la entrada. ¡°Eran falsas, duplicados, pero ten¨ªan un defecto: el c¨®digo de barras desplazado y por eso pitaban¡±, explica el agente.
El dinero contante y sonante de esa taquilla iba directamente, como por un bypass, al bolsillo del gerente y no dejaba ni rastro porque, junto a su supuesto c¨®mplice, el tal Fern¨¢ndez, hab¨ªan instalado un disco duro externo para evitar que se contabilizasen en el sistema de registro de boletos central. El resultado era siempre el mismo, el que quer¨ªa el gerente: ¡°Esa taquilla no computaba, era como si nadie comprase entradas all¨ª¡±. El Zoo, seg¨²n fuentes del mismo, vende una media de un mill¨®n de entradas anuales a un precio de 22,90 euros en el caso de los adultos.
Pero en el caso de los pagos con tarjeta el asunto era a¨²n m¨¢s descarado: ¡°Utilizaban un dat¨¢fono port¨¢til, guardaban las copias de los pagos y los hac¨ªan pasar por la taquilla n¨²mero tres a cambio de llevarse el dinero correspondiente en met¨¢lico¡±.
Para llegar al 1.168.147 euros ¡ªque es lo que el Zoo calcula que han robado¡ª tuvieron que vender m¨¢s de 40.000 entradas falsas en un a?o, el tiempo ¡ªestimado por la inactividad de la taquilla n¨²mero dos¡ª que han estado realizando estas operaciones fraudulentas.
Con los informes de la agencia de detectives Cosmos, los de una empresa inform¨¢tica que comprob¨® que se hab¨ªa instalado un disco duro externo, y con los abogados del bufete Baker & McKenzie, acudieron los responsables del Zoo a la polic¨ªa a principios del mes de julio pasado.
Encinar asegur¨® ¡ªsiempre seg¨²n fuentes policiales¡ª ser el ¨²nico beneficiario de este fraude paulatino y reconoci¨® ¡ªy as¨ª se comprob¨® despu¨¦s¡ª que ten¨ªa una caja fuerte en un banco con un total de 103.225 euros, ni uno m¨¢s ni uno menos, y que estaba dispuesto a devolverlos.
El caso sigue abierto y est¨¢ en manos del juez del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 2 de la plaza de Castilla. Ambos empleados, acusados de un delito de estafa, han sido despedidos del Zoo, pero, en opini¨®n de los agentes policiales, por el hecho de no tener antecedentes penales y haber declarado y colaborado hasta reconocer los hechos, ¡°raro ser¨ªa que acabasen con sus huesos entre rejas¡±.
Un pacto de venganza
Una venganza. Esa es la raz¨®n que han esgrimido el gerente Juan Jos¨¦ Encinar y el taquillero Diego Fern¨¢ndez, los dos detenidos en el caso de la estafa del Zoo de Madrid, como presuntos culpables de un fraude de m¨¢s de un mill¨®n de euros. Cansados de un supuesto "maltrato laboral" por parte del director de la entidad, se pusieron de acuerdo para vengarse. O al menos eso han declarado ante la polic¨ªa. Una revancha, eso s¨ª, un poco sui generispor consistir en un robo continuado de dinero que, adem¨¢s, iba a?parar a la caja fuerte de uno de ellos.
"Nos hac¨ªan mobbing, nos dec¨ªan que no serv¨ªamos para nada, que ten¨ªamos que trabajar m¨¢s, que hab¨ªa que sacar esto adelante", recoge el atestado policial realizado con motivo de su declaraci¨®n.
No obstante, y seg¨²n fuentes del Zoo, ¡°no consta ninguna denuncia ni queja relacionada con acoso laboral o similar¡±. La entidad no quiso realizar m¨¢s declaraciones al respecto: ¡°La investigaci¨®n contin¨²a abierta y confiamos en la labor que est¨¢n desarrollando las autoridades a fin de esclarecer los hechos delictivos. Por esta raz¨®n no vamos a decir nada m¨¢s al respecto¡±. El ¨²ltimo conflicto laboral ligado al parque tuvo lugar en 2011 cuando los 200 trabajadores convocaron una huelga de dos d¨ªas contra el Expediente de Regulaci¨®n de Empleo (ERE) que present¨® la empresa Parques Reunidos, que por aquel entonces pretend¨ªa prescindir de 22 empleos fijos.
Los informes policiales relativos a la presente estafa recogen, eso s¨ª, que los dos detenidos, hab¨ªan estado en tratamiento por depresi¨®n. En concreto, que Encinar fue llevado a?declarar desde la cl¨ªnica L¨®pez Ibor, donde supuestamente ingres¨® voluntariamente en el pasado mes de junio. Sali¨® detenido y con el preceptivo informe m¨¦dico que desaconsejaba su posible estancia en los calabozos. ¡°No sabemos si forma parte de una estrategia de defensa¡±, advierte uno de los agentes.
Lo cierto es que ayer, en la citada cl¨ªnica madrile?a, no ten¨ªan constancia de que ninguno de los dos presuntos estafadores estuviese ingresado: ¡°Ha podido recibir ya el alta¡±, trataba de explicar una de las recepcionistas.
Encinar, que en su declaraci¨®n asegur¨® a los agentes que solo falsearon las entradas y se llevaron el dinero ¡°durante unos meses¡± para perjudicar al director, ha asumido toda la responsabilidad sobre la apropiaci¨®n del dinero y ha eximido a Fern¨¢ndez del asunto.
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