El Espanyol no arranca

El nuevo guion de juego de posesi¨®n que intenta escribir el Espanyol tiene demasiadas hojas en blanco, apenas algunos apuntes escritos. Meras intenciones de f¨²tbol que no ayudan a camuflar las carencias. Al contrario, las exponen. Ejemplo de ello fue su torneo, el Ciudad de Barcelona, donde s¨®lo pudo con el G¨¦nova ¡ª¨²nico rival de calado en una pretemporada casera y con oponentes menores¡ª en la tanda de los penaltis, seco como est¨¢ de juego y de gol.

No escondi¨® las cartas de su once predilecto de la pretemporada el t¨¦cnico Sergio Gonz¨¢lez. Aunque tampoco cuenta con demasiados naipes ganadores en la baraja. Sin Caicedo, que ya dio muestras de lo que vino a hacer a Cornell¨¤ (firm¨® el gol del triunfo frente al Tenerife, pero ahora est¨¢ con una inflamaci¨®n en la fascia plantar del pie derecho), el entrenador del Espanyol decidi¨® cambiar de sistema. Descart¨® de su libreto el 4-4-2 y situ¨® a Salva Sevilla de crupier en la medular. Movimiento que pretend¨ªa fomentar las asociaciones en el medio, circular el bal¨®n con diligencia y eficacia. No acab¨® de funcionar.

Resulta que con Salva Sevilla en la mediapunta, V¨ªctor S¨¢nchez se encarg¨® de su faena: la contenci¨®n. Un alivio para ¨¦l porque el mediocentro sabe de lo que sabe y, acostumbrado a demoler, le cuesta ponerse el traje de arquitecto o descolgarse del eje para tratar de enlazar con Sergio Garc¨ªa. Pero se ech¨® de menos la iniciativa, sobre todo porque ni Salva Sevilla ni los extremos Lanzarote y Monta?¨¦s, que actuaron a pierna cambiada, fueron capaces de hilvanar pases, armar el juego. Tampoco ayudaron Arbilla y V¨ªctor ?lvarez, que, t¨ªmidos y demasiado pendientes de sus parejas de baile, no aprovecharon el hueco a las espaldas de los dos carrileros del G¨¦nova. Y cuando se rebel¨® Arbilla, en una ¨²nica ocasi¨®n, pis¨® la l¨ªnea de fondo y sac¨® un centro perfecto para Sergio Garc¨ªa. El remate, sin embargo, fue escupido por una estupenda parada de Perrin. Una oportunidad; ning¨²n gol. Toda una alarma de cara a la Liga porque sin juego no hay peligro, porque para que Sergio y Caicedo tiren de punter¨ªa deben tener alg¨²n surtidor.

No le llegaba el bal¨®n a Sergio Garc¨ªa que, como en la ¨¦poca de Aguirre, se las tuvo que ver con la soledad frente a los tres zagueros. Por lo que Colotto, en su intento de romper l¨ªneas, recuper¨® la vieja f¨®rmula que quiere erradicar Sergio Gonz¨¢lez: la del pelotazo al 9. Aunque por el momento tampoco carbura el equipo en la salida del bal¨®n, hechos un l¨ªo los defensas porque es un registro que no dominan. De hecho, las pocas veces que el G¨¦nova se arrim¨® a Casilla fue gracias a los fallos en la ra¨ªz.

Con poco m¨¢s que ofrecer, el tedio se hizo amo y se?or del partido. Nada por ning¨²n lado. Por lo que cambi¨® de nuevo la pizarra Sergio para volver a su 4-4-2 preferido. Stuani regres¨® a su poci¨®n natural de ariete (dej¨® la banda derecha que lo llev¨® al ¨²ltimo Mundial) para intentar conectar con Sergio Garc¨ªa. Sin ¨¦xito. El partido muri¨® en el cero a cero y los penaltis fueron las ¨²nicas visitas a las redes de Cornell¨¤. Hasta que Casilla le par¨® el ¨²ltimo tiro a Edenilson y la Copa fue, al menos, la ¨²nica buena noticia para el Espanyol.