El tema del verano
J¨®venes y menos j¨®venes elucubran teor¨ªas en respuesta a la pregunta: ?por qu¨¦ Jordi Pujol se autodenunci¨®?
El sopor veraniego este a?o ha desistido. El tiempo anda revuelto: hoy calor, ma?ana tormenta. Catalu?a es un hervor: acelgas con butifarras, coca y rataf¨ªa, cremat y bolets; p¨®cima ¨¦pica e indigesta de ¨²ltima hora. Una mareante nube negra llamada Jordi Pujol se pasea sobre nuestras cabezas.
El longevo padre de la patria, confeso defraudador, se exhibe riendo en el Pirineo a la puerta de casa de su santa esposa, como si nada pasara y es jaleado por unas j¨®venes periodistas tambi¨¦n felices (no es menor la pieza cobrada) cuyas risas y shorts definen la modernidad catalana en vigor. Es el ji, ji, ja, ja, (filosof¨ªa imperante plasmada en la fastuosa conmemoraci¨®n del tricentenario de una historia difusa y confusa) en su apogeo espectacular. La foto de Pujol y las intr¨¦pidas reporters es una joya y un par¨¦ntesis de comedia ligera antes de que la representaci¨®n prosiga alternando la epopeya con tragicomedia. Ah, dol?a Catalunya.
Mientras, con m¨¢s moral que el Alcoyano, los esforzados voluntarios, constructores de la "V" gigante que el 11 de septiembre deje at¨®nito al mundo y nos ponga en el lote de problemas planetarios, insisten en su objetivo. El futuro hablar¨¢ de ellos como admirable ejemplo de convicciones inamovibles. ¡°Un pueblo alegre, convencido y organizado, capaz de afrontar todos los retos que se le propongan¡±, dice la ejemplar organizaci¨®n (ANC y Omnium) que lanza un llamamiento a todos: ¡°Ganar el futuro depende de ti¡±. Cr¨¦elo, es cierto, aseguran Forcadell, Casals y su enjambre de devotos (ver ara es l'hora en Internet): ¡°depende de ti¡±. (Y si no lo ganamos T? ser¨¢s responsable. Ojo, ?igual nos piden cuentas, amigos!)
Hay que recordar estas cosas porque, con tanto meneo, parece que los catalanes no est¨¢n, este verano, muy atentos a recibir m¨¢s instrucciones o lecciones de moral. Las inscripciones de la fiesta del 11-S no son lo que eran. ?C¨®mo es posible? ?Tan hartos estamos del jolgorio? ?Tanta fuerza tienen los enemigos, esos que dicen que la culpa la tiene Pujol? ?Nadie dijo que el viaje a Itaca fuese f¨¢cil! ?Es necesario que Artur Mas vuelva de vacaciones urgentemente y que luzca la camiseta (15 euros) con el lema Ara es l'hora?
¡°?Nos jugamos mucho el 11 de septiembre!¡±, insisten Forcadell y Casals, mujeres d'empenta, como en su momento se imagin¨® (?aix¨° es una dona!) Marta Ferrusola. ?Qu¨¦ nos jugamos? ?Es que no ten¨¦is imaginaci¨®n? ?El juego es la independencia!, la felicidad, la libertad, la vida. "?Un pa¨ªs nuevo!" es el eufemismo oficial. Un pa¨ªs sin corrupci¨®n, sin hipotecas, sin bancos, sin malvados espa?oles, ah y ?sin violencia ni imposiciones! La nube negra revolotea. El sol se oscurece.
En pueblos del Bergad¨¢ ha aparecido un pasqu¨ªn con foto de Artur Mas y Oriol Junqueras y un bocadillo de c¨®mic con una sola frase que sale de sus cabezas (?glups!): ¡°Volem la independencia per gobernar els mateixos¡±. La sabidur¨ªa popular es implacable, cierto. Esos pueblos preparan autobuses para hacer ¡°V¡± el 11 de septiembre. Y comentan mucho, hay tertulias monotema: el caso Pujol. J¨®venes y menos j¨®venes elucubran teor¨ªas en respuesta a la pregunta sin respuesta: ?por qu¨¦ Jordi Pujol (como su amigo Millet) se autodenunci¨®?
No falta imaginaci¨®n en los tertulianos de verano. Unos defienden que le entraron celos de Mas y quiso volver a la primera fila. Otros a?aden que lo que pretende, de verdad, es exculpar a sus hijos y abrir puerta otra vez a la ¡°dinast¨ªa¡±. Algunos insin¨²an curiosas coincidencias: cuando, hace unos a?os empezaron a conocerse las andanzas y delirios de sus reto?os fue cuando, precisamente, Pujol se desenga?¨® y se volvi¨® independentista. En esta l¨ªnea se apunta que fue entonces cuando se intent¨® negociar con los gobiernos (Zapatero, Rajoy,) la exculpaci¨®n de los hijos; no se logr¨® y, casualmente (??) comenz¨® el desarrollo serio de la agitaci¨®n independentista. Casualidades de la historia, pero todos los gobiernos suelen tener ¡°dossiers¡± negociadores a mano (ver la muy recomendable serie House of cards). Y todo se puede negociar: no ser¨ªa la primera vez en este caso.
Solo los historiadores del futuro podr¨¢n tratar con perspectiva, todos los hechos y sus destrozos democr¨¢ticos. Los ingredientes de un novel¨®n sobre la ¨¦poca Pujol (incluida la ¨²ltima hora) est¨¢n pulcramente dibujados. Un peque?o burgu¨¦s, selfmade man a imitaci¨®n de su padre, banquero, pol¨ªtico, padre de la patria, patriarca y gu¨ªa de un pueblo, creador de una dinast¨ªa de siete v¨¢stagos dispuestos a emular la habilidad paterna para consolidar posiciones. El personaje recibe ayuda de una mujer indomable a la que transforma en primera dama papel que ella ejercita con modestia: sus energ¨ªas van al rentable negocio de las plantas. Hay un entorno, unos intereses y la ambici¨®n, lograda, de situar a aquella gran burgues¨ªa (sobrevalorada por todos) fuera de ¨®rbita. El dinero cambia de manos, pero Catalu?a sigue siendo una finca familiar¡ Un follet¨ªn. Hace bochorno. Bochorno moral.
Margarita Rivi¨¨re es escritora.
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