Sorpresas en ¡®jaias¡¯
Lo dijo Cesare Pavese: ¡°Lo que m¨¢s secreta y atrozmente tememos, siempre ocurre¡±. Y qu¨¦ raz¨®n ten¨ªa. Que me lo digan a m¨ª, que un a?o m¨¢s ando de la ceca a la meca cargando con la pija de Tana y su amiga Pa, una especie de Paris Hilton que los primeros d¨ªas no abri¨® la boca m¨¢s que para tragar canap¨¦s, pintxos y bocatas. Por no hablar, no me dijo ni su nombre completo. ¡°?Pa de qu¨¦, de Paula, de Pamela, de Patricia?¡±, le pregunt¨¦ a Tana al quedarnos solas. ¡°De Patrocinio¡±, confes¨® ella, en voz baja y como con misterio. Y ah¨ª s¨ª que me rebel¨¦ y le contest¨¦ que ja, qu¨¦ graciosa. Que para Patrocinio, yo, que desde que han llegado no he dejado de pasearlas de las terrazas a las txosnas, de los hoteles a los toros, y ni ella ni la Hilton se han rascado el bolsillo, mientras la menda parece Paganini, pero sin violines. (Obs¨¦rvense las notas cultas. Es que conmigo, sabi¨¦ndome leer, se aprende mucho. Ense?ar deleitando, es mi lema).
Total, tras ese estallido me sent¨ª fatal. Me ocurre a veces, se me acaba el humor de tanto usarlo y me pongo como una hidra. Pero luego me arrepiento y como a¨²n quedan d¨ªas de verano para pedirte perd¨®n, que dir¨ªa Eva Amaral, me deshago en disculpas. Tana me perdon¨® de inmediato. Est¨¢ muy zen la t¨ªa. Y tope delgada. Se lo dije. Con envidia. ¡°El negro adelgaza mucho¡±, explic¨®. ¡°?Pero si vas de rojo!¡±, contest¨¦. ¡°Ya¡±, dijo ella sacando la foto de Denzel, un t¨ªo de color ¡ªpero qu¨¦ color y que t¨ªo, a ese no lo mejora ni Kortajarena¡ª, que es su novio nuevo. Me dej¨® muerta. ¡°Es dj. Pincha en Mallorca¡±, a?adi¨®. Y yo pens¨¦ que estaba como un queso de Idiazabal y fijo que pinchar¨¢ lo que le d¨¦ la gana. Tras esa confidencia, Pa, Tana y yo nos fuimos a husmear el ambiente de Abando. Pero la sombra de Denzel segu¨ªa planeando sobre Tana, que estaba morri?osa. Y aunque nos pedimos tres gintonics con cardamomo, parec¨ªa que ven¨ªan con cargamuermo, porque la conversaci¨®n languidec¨ªa por momentos.
Pero en eso que pasa el alcalde y oye, fue verle y levant¨¢rsenos el ¨¢nimo. La Patro de pronto se solt¨® a hablar y no hab¨ªa quien la callara. Que vaya revelaci¨®n, el Areso. Que lo ten¨ªa bien chungo y hay que ser un valiente para sobrellevar el legado de Azkuna. Que ella le ve un punto Tierno Galv¨¢n interesante¡ Y tengo que admitirlo: me cambi¨® la imagen. No la del alcalde, la de Pa Hilton. Y como te digo una co te digo la o: resulta que la t¨ªa es s¨²per maja. As¨ª que como dir¨ªa Rub¨¦n Blades en versi¨®n botxerita: las jaias te dan sorpresas, sorpresas te dan las jaias, ?ay Dios!
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.