Una d¨¦cada pagando un piso demolido

La vida de Carlos Garc¨ªa, en la treintena, es un martirio desde hace cuatro a?os. El Ayuntamiento de Madrid expropi¨® su piso en 2010 por 82.000 euros, pero a¨²n no se los ha dado. Antes Garc¨ªa tiene que ser propietario del piso y no lo ser¨¢ hasta que abone la diferencia entre su hipoteca (120.000 euros) y lo que le ofrece el Consistorio. Por eso, se ve obligado a abonar mensualmente a la entidad bancaria 650 euros durante 10 a?os. Encima, se ha quedado sin casa: paga por nada.

No obstante, si el Ayuntamiento aumentase la indemnizaci¨®n a 110.000 euros, tal y como ha dictado un juez aunque el Consistorio ha recurrido, Garc¨ªa tardar¨ªa menos en liquidar su deuda con el banco. ¡°Aunque la justicia al final me d¨¦ la raz¨®n, llevo tres a?os pagando y sufriendo. Me ha creado mucha ansiedad y hasta tener colon irritable¡±, cuenta el afectado. Ingeniero de formaci¨®n, Carlos Garc¨ªa tiene dos trabajos: uno como actor, su verdadera pasi¨®n, y otro en una ONG por un sueldo mileurista. ¡°De ingeniero no iba a ganar mucho m¨¢s¡±, sostiene. Su nombre art¨ªstico es Carlos Pontini. ¡°Intent¨¦ que, por lo menos, el Ayuntamiento me adelantase los 82.000 euros en que tas¨® la casa, pero no hay un duro mientras no pueda liquidar toda la hipoteca¡±.

El piso de Carlos ten¨ªa 50 metros ¨²tiles, tres habitaciones y dos balcones a la calle de Huerta del Bayo (Lavapi¨¦s). Pese a estar en el centro de la capital, el Ayuntamiento lo valor¨® solo en 82.000 euros. Disconforme con la cantidad ¡ªhab¨ªa sido tasado tres a?os antes en 200.000¡ª, ¨¦l reclam¨® una cifra mayor al jurado territorial de expropiaci¨®n, que le dio la raz¨®n, y subi¨® la indemnizaci¨®n a 111.000. El Ayuntamiento recurri¨® esta suma y desde entonces el proceso judicial est¨¢ parado.

Probablemente haya m¨¢s casos como el de Garc¨ªa, pero ¨¦l es el ¨²nico que ha hecho una petici¨®n de ayuda en la plataforma Change.org. No pierde la esperanza de que se llegue a una soluci¨®n a un culebr¨®n que arranc¨® en los a?os noventa ¡ªmucho antes de que ¨¦l comprase el piso en febrero de 2002¡ª, cuando el Ayuntamiento pidi¨® a la comunidad de vecinos que arreglase el edificio que se encontraba en un estado deplorable. ¡°Se retrasaron mucho las obras porque los inmigrantes y los vecinos con renta antigua no quer¨ªan pagar una cuota y entorpec¨ªan todo el proceso¡±, argumenta.

Para colmo de males, un incendio quem¨® parte de la cubierta cuando los alba?iles llevaban meses rehabilitando, contaban con una arquitecta que hab¨ªa firmado el proyecto y un plan de pagos de todos los vecinos.

Finalmente, el Ayuntamiento expropi¨® el inmueble de Huerta del Bayo, 8, junto a otros 13 (en total, unas 400 personas), por tres motivos que el Consistorio explic¨® en su momento: incumplimiento del deber de conservaci¨®n por parte de la propiedad, incumplimiento de las ¨®rdenes de ejecuci¨®n reiterado y existencia de infraviviendas. El Consistorio no entra hoy a valorar el acuerdo privado con el banco y explica que solo ejecut¨® una expropiaci¨®n como tantas otras.

Cuando una Administraci¨®n expropia, si existe una hipoteca pendiente de saldar, comparece el titular registral de la vivienda y el banco por tener un derecho crediticio. En la mayor¨ªa de los casos, el Estado tiene que indemnizarles por separado y estos presentan alegaciones e informes t¨¦cnicos para conseguir que la reparaci¨®n econ¨®mica sea mayor. Pero, en ocasiones, y ese es el caso de Garc¨ªa, no permite que as¨ª sea.

Su odisea, cuenta Carlos, no termina all¨ª. El Ayuntamiento quiere cobrar a cada vecino 30.000 euros por la demolici¨®n de su edificio que llev¨® acabo una empresa privada. Esta compa?¨ªa asegura que el derrumbe ha costado 616.000 euros, m¨¢s de lo que presupuestaron a los vecinos por demoler y construir de nuevo el inmueble.

¡°No es cre¨ªble esa cifra. Yo he preguntado y son cuatro veces menos. Adem¨¢s, como est¨¢bamos expropiados y no ¨¦ramos due?os ya de la casa, se notific¨® el derrumbe al administrador de fincas ¡ªque no nos lo comunic¨®¡ª y de repente nos vimos con la factura¡±, sostiene muy preocupado por sus vecinos pensionistas, sin medios para hacer frente a esos 30.000 euros. Por eso han denunciado al Ayuntamiento. Tras a?os deprimido, Garc¨ªa ha escrito una obra de teatro, Bansia, basada en su caso, que estrenar¨¢ el pr¨®ximo octubre.