El Central, a punto de ser historia
Uno de los mejores clubes de jazz de Europa afronta su m¨¢s que posible cierre al tiempo que un documental rememora sus 35 a?os de trayectoria
Odio los clubes de jazz donde la gente va a exhibirse, por eso me gusta el Caf¨¦ Central, porque el Central es¡ otro rollo¡±. Pianista y cantante, Ben Sidran es uno de los muchos ¡°enganchados¡± al antiguo comercio de marcos y molduras convertido en uno de los 10 mejores clubes de jazz de Europa, seg¨²n la revista Wire. ¡°El jazz es una forma de mirar, de relacionarse, y hasta de follar¡±, insiste Sidran. ¡°As¨ª que no vengas pregunt¨¢ndome qu¨¦ es el jazz; ¨¦chale valor y aver¨ªgualo por ti mismo¡±.
?Hace tiempo, C¨¦sar Mart¨ªnez Herrada, cineasta de larga y fruct¨ªfera carrera (Arena en los bolsillos), decidi¨® seguir tan sabio consejo acudiendo, noche s¨ª y noche tambi¨¦n, al m¨¢s glamuroso de nuestros cubes de jazz; el pasado martes, 16, present¨® el fruto de sus noches de jazz e insomnio: Central, 30 a?os de jazz, una historia ¡°de pasi¨®n y cari?o¡±; de noches memorables y desenga?os igualmente memorables; de amor por la vida, por la m¨²sica.
Todo empez¨® un 18 de agosto de hace 32 a?os. Un grupo de estudiantes de izquierdas involucrados en la lucha antifranquista, dieron en fundar el Caf¨¦ Central en la plaza del ?ngel sobre lo que era un polvoriento comercio al por menor. El desencadenante, asegura Gerardo P¨¦rez, socio y fundador, fue un disco de Led Zeppelin: ¡°gracias a ese disco, que no me gust¨® nada, descubr¨ª el jazz¡±.
Sin grifos en las ca?er¨ªas pero con caudal inagotable de ilusi¨®n, el reci¨¦n estrenado Caf¨¦ Central brindaba al aficionado la posibilidad de escuchar jazz en pleno centro de Madrid. Central, 30 a?os de jazz rememora la leyenda del local en sus a?os gloriosos, la tormenta desatada por George Adams y Don Pullen a su paso por all¨ª, y quienes les siguieron: Randy Weston, Mal Waldron, Sam Rivers... el espect¨¢culo pod¨ªa estar sobre el escenario como en el cruzar de miradas de un espejo a otro; en el ir y venir de las camareras ¡ªtoda una instituci¨®n en el Central¡ª o bajo el escenario, en la llamada ¡°Uvi¡±, guarida subterr¨¢nea de los aficionados ¡°pata negra¡±, entre los que nunca faltaba el cr¨ªtico y poeta Ebbe Traberg.
Junto a todo ello, Central, 30 a?os de jazz recoge algunos, no todos, de los conflictos que de cuando en cuando han venido a entorpecer la normal marcha del local; de la huelga del estamento jazz¨ªstico que dej¨® sin jazz a los clubes de la Villa y Corte en enero de 1985, al cataclismo econ¨®mico generado por el mundial de f¨²tbol, nueve a?os m¨¢s tarde: ¡°pod¨ªa estar actuando un quinteto¡±, recuerda Gerardo, ¡°y haber m¨¢s gente sobre el escenario que entre el p¨²blico¡±. Si el Central se libr¨® del cierre fue gracias a la generosidad de nuestro jazzman m¨¢s universal, Tete Montoliu, quien accedi¨® a tocar durante todo aquel mes de agosto en unas condiciones econ¨®micas altamente ventajosas: ¡°no hay mejor p¨²blico que ¨¦ste¡±, declar¨® el susodicho en semejante ocasi¨®n.
Las actuaciones del pianista a club lleno fueron el mejor lenitivo para un enfermo que, a partir de ah¨ª, pudo continuar con su vida normal, dentro de lo que cabe. Y volvieron las estrellas, empezando por un semi desconocido Brad Mehldau: ¡°guardo recuerdos muy felices del Caf¨¦ Central, sobre todo recuerdo a una camarera preciosa¡¡±. Y volvieron las noches memorables: Chano Dom¨ªnguez y Wynton Marsalis en un t¨ºte ¨¤ t¨ºte que ya forma parte de la leyenda (una m¨¢s)¡ la lista es virtualmente interminable.
Y lo que no es jazz. Que el escenario del Caf¨¦ Central se abriera a artistas como Javier Krahe, Mar¨ªa del Mar Bonet o, ¨²ltimamente, Zenet y Silvia P¨¦rez Cruz, caus¨® no poca perplejidad en el aficionado al jazz, que ve¨ªa en ello la usurpaci¨®n de un espacio propio en beneficio de qui¨¦n sabe qu¨¦ oscuros intereses, cuesti¨®n ¨¦sta felizmente superada.
La mayor parte del material no de archivo que puede verse en Central, 30 a?os de jazz se rod¨® durante los fastos del 30 aniversario del local, aprovechando las visitas de Chano Dom¨ªnguez, Zenet, Javier Colina con Perico Sambeat y Marc Miralta y el siempre locuaz y por momentos hilarante Paquito d¡¯Rivera, para quien la labor desarrollada por los responsables del garito var¨ªa entre ¡°lo heroico y lo suicida¡±. Por donde, el venerable club de jazz y otras hierbas de la plaza del ?ngel vuelve a asomarse al abismo de su posible desaparici¨®n, lo que no es nuevo, ¡°pero esta vez va en serio¡±, aseguran quienes est¨¢n en condiciones de hacerlo. Razones, no les faltan. Al inapropiado horario de actuaciones impuesto por el vecindario han venido a sumarse los efectos de la crisis, acrecentada por la desorbitada subida de tipos del IVA y las interminables batallas contra la Administraci¨®n por un qu¨ªtame all¨¢ ¨¦sa terraza. Lo ¨²ltimo: el anunciado fin del contrato de arrendamiento del local, que la propiedad pretende dedicar a otros menesteres. As¨ª las cosas, el futuro de uno de los 10 mejores clubes de jazz en Europa est¨¢ hoy, m¨¢s que nunca, en el aire. En un Madrid amenazado por la desertificaci¨®n cultural, acaso quede Central, 30 a?os de jazz como el recuerdo postrero de lo que fue y no volver¨¢ a ser.
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