Contra las mujeres
Para acabar con la violencia de g¨¦nero hay que combatir la idea de superioridad del hombre
Ma?ana se celebra el D¨ªa Internacional de la Eliminaci¨®n de la Violencia contra las Mujeres, un momento apropiado para reflexionar sobre las causas que provocan esta ¡°pandemia global¡±, como la define Naciones Unidas, que de una u otra manera sufre el 70% de las mujeres a lo largo de su vida.
Se trata de un problema complejo ante el que no valen las simplificaciones pero s¨ª creo que para entenderlo se puede establecer una consideraci¨®n previa que ese organismo internacional subraya con toda la raz¨®n: la violencia contra la mujer es consecuencia de la discriminaci¨®n que sufre y de la persistencia de desigualdad de g¨¦nero.
La pervivencia de esa discriminaci¨®n injustificada, porque para nada tiene que ver con las diferencias ¡°naturales¡± que pudiera haber entre los dos sexos, me parece evidente en todos los ¨¢mbitos de la vida social pero, como prueba de su existencia, creo que nada mejor que descubrirla en la actividad cient¨ªfica, en la que se supone que las decisiones se toman siempre en funci¨®n de criterios objetivos o neutrales.
Multitud de estudios y evidencias emp¨ªricas han puesto de relieve que aunque las mujeres generen un conocimiento cient¨ªfico de igual calidad que el de los hombres se encuentran, sin embargo, en peores condiciones que ellos a la hora de progresar en su carrera, de recibir becas, ayudas o reconocimientos. En Estados Unidos se ha demostrado que tienen ocho veces menos probabilidad de recibir un premio que los hombres y un estudio publicado el a?o pasado en la revista Science Communication mostraba que un mismo trabajo cient¨ªfico presentado a evaluadores an¨®nimos resulta mejor evaluado si va firmado por hombres que por mujeres y que siempre se considera que unos determinados temas son m¨¢s ¡°masculinos¡± o ¡°femeninos¡± que otros. Quiz¨¢ por esto ¨²ltimo, otros estudios tambi¨¦n se?alan que las mujeres est¨¢n menos representadas justo en las actividades o ¨¢reas cient¨ªficas en las que obtienen mejores resultados y condiciones profesionales.
Lo que ocurre en la ciencia econ¨®mica, en la que la discriminaci¨®n es a¨²n mayor, tambi¨¦n ayuda a descubrir lo que hay detr¨¢s de esta: se ha comprobado que las mujeres mantienen opiniones distintas de las de los hombres en cuestiones tan significativas como el salario m¨ªnimo, la regulaci¨®n de la econom¨ªa o los servicios de salud.
La violencia contra las mujeres no es solamente la de consecuencias fatales que nos conmocionan en mayor medida sino tambi¨¦n la que se origina poco a poco y bajo formas sutiles de superioridad derivadas de los estereotipos y prejuicios que durante tanto tiempo han hecho que en la sociedad predomine la idea de que los hombres somos superiores y due?os de las mujeres y de su vida. Esto es lo que principalmente hay que combatir para acabar con la violencia de g¨¦nero.
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