Madrid, kil¨®metro cero en la restauraci¨®n de la decencia
El candidato del PSM a la alcald¨ªa de Madrid defiende una vuelta a las ayudas a los m¨¢s necesitados y a pol¨ªticas sociales
La ca¨ªda de Ana Mato del Ministerio de Sanidad, obligada por su implicaci¨®n en la trama G¨¹rtel, coloca el ¨²ltimo ladrillo en el muro que se ha venido construyendo en los ¨²ltimos a?os entre una determinada manera de hacer pol¨ªtica y los ciudadanos. No es, fundamentalmente, el momento de reproches, ni de que ning¨²n partido se lance al cuello del otro. Es la hora de la decencia, de la restauraci¨®n de la moralidad y la ¨¦tica en la actividad p¨²blica, un proceso que no tiene marcha atr¨¢s.
Durante demasiados a?os, no s¨®lo en la Comunidad de Madrid, pero especialmente en la Comunidad de Madrid, la pol¨ªtica no ha tenido sentimientos, sino sobre todo intereses. Las instituciones han estado cooptadas por toda una generaci¨®n de pol¨ªticos que se han dedicado a tejer una mara?a de interrelaciones opacas entre las instituciones y determinadas empresas, con la sospecha el permanente zumbido de la financiaci¨®n ilegal del PP y del enriquecimiento il¨ªcito, a cuenta del dinero de los ciudadanos, de altos cargos p¨²blicos y privados.
El rosario de imputaciones y detenciones entre un grupo de empresarios y altos cargos del PP no ha hecho m¨¢s que crecer, desde que el 6 de febrero de 2009, por orden del juez Baltasar Garz¨®n, la Audiencia Nacional abriera una investigaci¨®n por una supuesta trama de corrupci¨®n en Madrid, Valencia y la Costa del Sol. Se ha dibujado un fat¨ªdico puente a¨¦reo del destrozo y la corrupci¨®n entre Madrid y Valencia. La respuesta a estos cinco largos a?os de investigaci¨®n, salpicados de esc¨¢ndalos, maniobras legales y subterfugios para dificultar la labor de la justicia, no puede ser esconder la cabeza debajo de ala, ni pegar una patada a las instituciones porque algunos hayan hecho un mal uso de la confianza depositada en ellos por los ciudadanos.
No es tiempo de mirar atr¨¢s con ira, y localizar desesperadamente culpables que sirvan de chivo expiatorio. Que la Justicia trabaje con rigor y eficacia. Pero tambi¨¦n se equivocar¨¢n quienes pretendan cerrar en falso esta aut¨¦ntica hecatombe de la moralidad p¨²blica, fingiendo que no pasa gran cosa, que es cuesti¨®n particular de determinados personajes, buscando una justificaci¨®n siquiera parcial a tanto desatino. No cuela. Los ciudadanos, que son mucho m¨¢s juiciosos y sensatos de lo que muchos analistas de sal¨®n creen, ya han emitido su veredicto y han marcado el camino a seguir: el Partido Popular necesita reposar una temporada en los bancos de la oposici¨®n, para reorganizarse, para sanearse, para volver a ser una pieza ¨²til para la estabilidad y prosperidad de nuestra regi¨®n y, por ende, de nuestra naci¨®n. Si en el tango 20 a?os no es nada, el apalancamiento del PP en el poder madrile?o, el epicentro del esc¨¢ndalo nacional, es una insoportable eternidad.
En este nuevo tiempo que se abre, he podido constatar, a lo largo de toda mi actividad parlamentaria, pero especialmente en estos ¨²ltimos meses, en que me he recorrido cada barrio, cada distrito de Madrid, que los ciudadanos de la capital reclaman desesperadamente una vuelta a los valores. Muchas de las injusticias que me han transmitido no tienen que ver con la ideolog¨ªa, sino con la decencia. Porque s¨®lo desde una actuaci¨®n pol¨ªtica guiada por el inter¨¦s y el af¨¢n de lucro se pueden entender determinados recortes, determinados abandonos. S¨®lo una pol¨ªtica sin coraz¨®n deja a personas durmiendo en la calle, a ni?os sin comer cerrando comedores, a j¨®venes sin esperanza de futuro, sin trabajo y sin becas que les permitan seguir estudiando. S¨®lo una pol¨ªtica sin coraz¨®n mete mano en el bolsillo de los m¨¢s necesitados, las clases humildes y medias, los pensionistas, para sufragar los dispendios y derroches de los a?os de la locura.
Hace unos d¨ªas escuch¨¦ una buena acci¨®n de un equipo madrile?o: el Rayo Vallecano. Ofreci¨® su regazo a una anciana desahuciada. M¨¢s que el gesto del entrenador rayista me emocionaron sus razones: ¡°Est¨¢ as¨ª, sin casa, por haber hecho lo que cualquiera har¨ªamos por un hijo; avalarlo¡±. Personas as¨ª son las que deben estar en los banquillos de la pol¨ªtica y no los que son llamados a otros banquillos.
En este rearme moral que reclaman los ciudadanos, en esta reorientaci¨®n de las pol¨ªticas y actuaciones p¨²blicas que precisa nuestra ciudad y nuestras instituciones, el PSOE est¨¢ llamado a desempe?ar un papel clave. Una nueva pol¨ªtica cercana, centrada en los problemas reales de la gente, sin estridencias, sin reinventar la rueda y el fuego, hablando con claridad a las personas, es lo que a nuestro juicio necesita Madrid. Nuestra ciudad no precisa de incendiarios que arrasen con todo, ni prestidigitadores que anuncien soluciones irreales. Las emociones fuertes en otros territorios.
Los ciudadanos me reclaman d¨ªa a d¨ªa no que les regale los o¨ªdos con promesas huecas, sino que asuma compromisos factibles, que se les deje participar en la toma de muchas decisiones que afectan a su vida y la de sus familias.
Desgraciadamente, muchos de los problemas que me relatan no precisan de grandes inversiones presupuestarias para encontrar respuesta y soluci¨®n. Afortunadamente, muchos de los problemas que me trasladan no precisan de grandes inversiones para encontrar respuesta y soluci¨®n. Y digo desgraciadamente, porque me indigna y me duele que miles de vecinos est¨¦n condenados al sufrimiento por la impericia o la ineptitud de unos pocos malos pol¨ªticos. Y digo afortunadamente porque, dentro de unos meses, todos estos problemas comenzaremos a resolverlos. Simplemente, cambiando las prioridades. Simplemente, aplicando el coraz¨®n y el cerebro a la actuaci¨®n p¨²blica.
Antonio Miguel Carmona es candidato del PSM al Ayuntamiento de Madrid.
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