?Cree alguien que Podemos es flor de un d¨ªa?
En el fondo, se trata de minar el discurso del nuevo partido todo lo que se pueda y a cualquier precio
Hace unas semanas, escuch¨¦ de boca de un representante de CiU calificar a los dirigentes de Podemos como casposos. Y en este mismo diario, le¨ª que Mariano Rajoy se despachaba con otro calificativo no menos inapropiado. Para el presidente del Gobierno espa?ol, Pablo Iglesias y compa?¨ªa son un atajo de gente triste. Los se?ores del partido de Mas y Rajoy alertan a la ciudadan¨ªa de que Podemos est¨¢ constituida por gente casposa y triste. Comienzo a entender ahora porqu¨¦ las encuestas les dan a este partido ¨ªndices de apoyo tan may¨²sculos.
Una de las reflexiones que me vienen con lo de la caspa es que CiU desconoce absolutamente el significado que se le ha asignado a la palabra caspa. Desconoce el sentido de la palabra y, sobre todo, no han o¨ªdo ni visto a la gente de Podemos moverse y expresarse. Si lo hubieran hecho, podr¨ªan decir del nuevo partido en liza cualquier cosa menos que son casposos. Veamos ahora la lindeza del presidente de Gobierno espa?ol. No atino a adivinar c¨®mo se le pudo ocurrir semejante ep¨ªteto. Pero arriesgo algunas hip¨®tesis. La primera es que Pablo Iglesias no tiene ning¨²n motivo para estar tan contento como el se?or Rajoy. A este los n¨²meros le cuadran. La macroeconom¨ªa arroja cifras muy esperanzadoras, aunque es verdad que ofrece algunas disfunciones con la microeconom¨ªa, minucias si se las compara con las extraordinarias expectativas de nuestra econom¨ªa, incluido el mill¨®n de puestos de trabajo que augura el ministro de Econom¨ªa.
Los apabullantes casos de corrupci¨®n que rodean al PP (tambi¨¦n, no olvidemos, alguno del PSOE y de IU), no existen porque algunos de los imputados de su partido ya no son miembros del mismo. Y a los que est¨¢n a punto de estar o tendr¨ªan que estarlo (empezando por el propio Rajoy, seg¨²n su otrora amigo B¨¢rcenas), les asiste la presunci¨®n de inocencia. Otra hip¨®tesis es que el se?or Rajoy tiene un concepto muy elevado de su alegr¨ªa (adem¨¢s de uno despreciativo de la tristeza, como si esta fuera una enfermedad incurable que hay que extirpar lo antes posible), en contraposici¨®n con el descr¨¦dito que le merece la tristeza de vivir en el pa¨ªs con mayor paro de Europa, el que menor inversi¨®n hace en investigaci¨®n, el que tiene una de las poblaciones que menos libros lee en un a?o (sin hablar de los que nunca cogen un libro en su vida), y el que cuenta con una poblaci¨®n femenina de entre 15 y 29 a?os que acepta tan alegremente que sea controlada por sus parejas.
No s¨¦ si Podemos ganar¨¢ las generales, pero si estar tan contento como el se?or Rajoy significa tragar con las cifras maravillosas del ministro De Guindos (o con el parte de defunci¨®n de la crisis, anunciada a bombo y platillo por el conseller Puig en una rueda de prensa, hace m¨¢s de un a?o), entonces mejor me apunto a la tristeza, no sea que me muera tonto de tanta alegr¨ªa reinante entre la gente que nos gobierna.
El PSOE dice? que su verdadero adversario es el PP, queriendo indicar con ello, adem¨¢s de un estudiado ninguneo, una ausencia deplorable de argumentos
En el fondo de toda esta cuesti¨®n, de lo que se trata es de minar el discurso de Podemos todo lo que se pueda y a cualquier precio. Tambi¨¦n han surgido reflexiones del tipo perdonavidas. No son tan infundadas ni peregrinas como las citadas, pero igualmente adolecen de ligereza en sus formulaciones. No faltan quienes se acercan a Podemos como si fueran miembros de una secta, incluso no falt¨® quien los compar¨® con una especie de seguidores sui generis del cristianismo.
Otros afirman que la gente votar¨¢ a Podemos contra otros partidos pol¨ªticos, no a Podemos en s¨ª. Me parece que va siendo hora de que los grandes partidos pol¨ªticos espa?oles comiencen a tomarse en serio a Podemos. El POSE dice, a trav¨¦s de su secretario general, que su verdadero adversario es el PP, queriendo indicar con ello, adem¨¢s de un estudiado ninguneo, una ausencia deplorable de argumentos. No falt¨® alg¨²n soci¨®logo de post¨ªn que lleg¨® a sentenciar que Podemos es lo que tenemos, dejando en el aire si no quiso decir por lo bajini que Podemos es lo que nos merecemos.
Una ¨²ltima cuesti¨®n que deber¨ªa llamarnos a la reflexi¨®n. Cuando Pablo Iglesias dice que ellos no son ni de izquierdas ni de derechas, est¨¢ apuntando a la l¨ªnea de flotaci¨®n del bipartidismo. Rajoy dijo muchas veces (sin que el PSOE lo desmintiera) que lo mejor para Espa?a es la alternancia. Cuatro a?os para nosotros y cuatro para vosotros. Y si pudieran ser ocho para cada uno, mejor. Es decir, una legislatura de centro izquierda y otra de centro derecha (con retoques ultraderechistas). Eso Rajoy no lo ve mal: la alternancia es buena y colabora a la prosperidad de la democracia. Eso es lo que defienden los dos grandes partidos estatales, los mismos que son incapaces de llegar a acuerdos de Estado en materias tan sensibles como educaci¨®n o justicia.
Mientras tanto, a Podemos le va llegando la hora de definirse en terrenos tan espinosos como la econom¨ªa y la estructura del Estado. Y Podemos debe recordar que mientras Grecia tiene que refundarse como Estado si quiere sobrevivir, Espa?a tiene mucho m¨¢s de la mitad de su camino recorrido.
J. Ernesto Ayala-Dip es cr¨ªtico literario
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