La fiscal¨ªa apoya recusar a un juez del ¡®caso Betis¡¯ por sus v¨ªnculos familiares
Juan Antonio Calle es sobrino del vicepresidente de una asociaci¨®n que acusa a Lopera
![El ex consejero delegado del Betis, Manuel Ruiz de Lopera, en 2009 en los juzgados sevillanos.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/OB5CGS3KBF5MCGG5HE2732JO2Y.jpg?auth=3d5ce5a60751fa1e8c9fe6ac39f6700f6cc18d64115ddbdc0ff9af07cbfe7509&width=414)
La Fiscal¨ªa de Sevilla apoya la recusaci¨®n del magistrado de la Audiencia de Sevilla Juan Antonio Calle, ponente en numerosas resoluciones del caso Betis, por ser sobrino del vicepresidente de una de las acusaciones particulares en la causa, la Asociaci¨®n Liga de Juristas B¨¦ticos. El ex consejero delegado del club de f¨²tbol Manuel Ruiz de Lopera recus¨® al magistrado por este parentesco al estimar que altera su objetividad, y ahora el ministerio p¨²blico est¨¢ de acuerdo y cree que Calle debe apartarse del caso. La reprobaci¨®n de un juez por un imputado es habitual, no as¨ª que la fiscal¨ªa la apoye y por tanto vea razones para secundarla, ya que los magistrados se inhiben en cuanto surgen v¨ªnculos familiares o de inter¨¦s manifiesto para evitar da?ar su debida imparcialidad.
El magistrado Juan Antonio Calle Pe?a, adscrito a la Secci¨®n Primera de la Audiencia de Sevilla, ha sido ponente de decenas de resoluciones que han apoyado la instrucci¨®n de la juez Mercedes Alaya y tumbado los recursos interpuestos por la defensa de Ruiz de Lopera. El juez es sobrino de Juan Calle Mart¨ªnez, vicepresidente de la Asociaci¨®n Liga de Juristas B¨¦ticos, personada como acusaci¨®n particular en la instrucci¨®n que ha concluido esta semana. Y Lopera estima que ese v¨ªnculo familiar es motivo para que Calle se inhiba.
En la instrucci¨®n que dirige otra juez de la Audiencia para dilucidar el incidente procesal, la Fiscal¨ªa de Sevilla y el magistrado presentan argumentos enfrentados. Mientras que Calle defiende que la recusaci¨®n est¨¢ fuera de plazo al haber transcurrido m¨¢s de 10 d¨ªas desde que se conoci¨® su parentesco familiar en 2010, la fiscal sostiene que la temporalidad se cuenta desde que se conoce la causa de recusaci¨®n. ¡°Esa relaci¨®n familiar no era conocida ni notoria para las partes¡±, a?aden fuentes del ministerio p¨²blico.
El ministerio p¨²blico argumenta que la recusaci¨®n se justifica por la relaci¨®n personal entre el juez y su t¨ªo como miembro de la asociaci¨®n b¨¦tica personada como acusaci¨®n en el caso. Para ello aporta jurisprudencia. Por su parte, Calle arguye que seg¨²n la ley no puede existir parentesco de consanguinidad entre el juez que juzga y la persona a la que se juzga, pero que este no es el caso. Calle alega que las partes personadas en el proceso son personas jur¨ªdicas ¡ªentre otras la Liga de Juristas B¨¦ticos¡ª que engloban a m¨¢s de 900 asociados entre las tres acusaciones particulares, y que en ning¨²n caso se trata siquiera del representante legal de la Asociaci¨®n Liga de Juristas B¨¦ticos, ¡°sino de un socio m¨¢s¡±. El abogado es vicepresidente de dicha asociaci¨®n b¨¦tica.
Calle a?ade que ¡°es un magistrado m¨¢s en una Sala donde las decisiones son colegiadas¡± y que en los procesos m¨¢s complejos han sido adoptadas por unanimidad. En su recusaci¨®n, Ruiz de Lopera, recuerda c¨®mo las resoluciones dictadas por Calle ¡°no solo son en su inmensa mayor¨ªa favorables a la acusaci¨®n particular promovida por su t¨ªo carnal, sino por cuanto incluyeron descalificaciones reiteradas para la parte contraria¡±. Entre estos adjetivos destinados a los recursos de Lopera, destacan ¡°alegaci¨®n absurda¡±, ¡°inconsistente¡±, ¡°superflua¡±, ¡°manifiestamente temeraria¡±, ¡°desprop¨®sito¡± y ¡°manifiestamente infundada¡±.
La Fiscal¨ªa de Sevilla tiene un precedente claro en el que apoy¨® otra recusaci¨®n de un juez, la que afectaba a Mercedes Alaya, precisamente la instructora del caso Betis. En aquella ocasi¨®n, en 2010 el apoyo de la reprobaci¨®n se bas¨® en que Alaya investigaba la empresa Mercasevilla, auditada por su marido Jorge Castro hasta 2001. El juez instructor de la recusaci¨®n estim¨® finalmente que la imparcialidad de Alaya permanec¨ªa intacta pese al trabajo realizado por su esposo en la firma.
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