El narrador Ord¨®?ez sube a escena
El escritor y cr¨ªtico se gan¨® al p¨²blico en su debut actoral en el Romea
Marcos Ord¨®?ez llen¨® el Romea de aplausos. Apareci¨® en el escenario (entre la tierra y las piedras de Fedra), se acerc¨® a un atril y empez¨® a leer. El lunes, el protagonista sobre las tablas era ¨¦l, el cr¨ªtico, dentro del ciclo Solos que organiza el teatro. Y se le escap¨® por alguna rendija de su gesto imperturbable algo de emoci¨®n. Y, como los (buenos) actores, sali¨® a saludar varias veces.
Lee, recita, explica pasajes de su autobiograf¨ªa. Los revive con ternura y con un arte narrativo que atrapa al espectador para no soltarlo hasta el final. De la mano, lo lleva por episodios entra?ables, divertidos, curiosos, tristes. Momentos que inexorablemente beben de la realidad ali?ada por la imaginaci¨®n de un ni?o y acicalada por ese arte envolvente.
Abri¨® fuego narrando c¨®mo su abuela perdi¨® un brazo durante los bombardeos fascistas de marzo del 38 sobre Barcelona. Un toque de m¨²sica, soul, jazz, un tango¡, un trago de agua y m¨¢s. El primer amor, el de la madre. El primer teatro, a los seis a?os. Los miedos infantiles: a Walt Disney, por morir tras beber un vaso de agua g¨¦lida (?qu¨¦ miedo durante toda la infancia!); al t¨¦tano (?cu¨¢ntas aventuras cercen¨® el miedo a los clavos oxidados!). El narrador Ord¨®?ez ya se ha ganado al espectador y lo puede llevar a donde quiera. Incluso a terrenos escatol¨®gicos. Acordes para desdramatizar, m¨¢s agua, aplausos. Diez negritos y¡ un pedo. La an¨¦cdota que le cont¨® una actriz de los 50 sobre una sonora ventosidad que explot¨®, en plena representaci¨®n de la obra de Agatha Christie.
Pero ahora toca ponerse serio. Y nos cuenta una muerte "tan de ahora" como la de su amigo Alfonso Bayard, ca¨ªdo (literalmente) muerto en plena plaza Molina. Hay que desdramatizar con m¨¢s m¨²sica. Y con Gato P¨¦rez, con quien nos lleva de paseo rumbero por los barrios de Barcelona.
Antes de los aplausos, Ord¨®?ez se da un capricho. El de querer (por querer, que no quede). "Quiero que Perqu¨¨ vull, de Ovidi Montllor, sea el himno de Catalu?a y que Volando voy, de Kiko Veneno, sea el de Espa?a". Y, emocionado, emula a sus admirados actores, saliendo a saludar una y otra vez.
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