Jueces del buen gusto
Durante dos siglos la Academia de Pintura y Escultura de Par¨ªs decidi¨® qu¨¦ era bueno y qu¨¦ era malo
Eduard Manet, Claude Monet, Fr¨¦d¨¦ric Bazille, Pierre-Auguste Renoir, Camille Pissarro, Alfred Sisley, Paul C¨¦zanne o Edgar Degas son algunos de los nombres imprescindibles que jalonan la historia del arte. Adem¨¢s de su indiscutible maestr¨ªa, todos tienen en com¨²n el haber sido rechazados en el Sal¨®n de Par¨ªs, la instituci¨®n ligada a la Academia de Pintura y Escultura en la que durante dos siglos se decid¨ªa lo que era bueno y lo que era malo. Lo ¡°malo¡± para ellos ya lo conocemos y, como ejemplo, ah¨ª est¨¢n los artistas mencionados.
Sobre lo ¡°bueno¡±, sobre el arte oficial, hace mucho que no se sab¨ªa nada y solo el espectador puede decidir si val¨ªa la pena el descubrimiento. La exposici¨®n El canto del cisne. Pinturas acad¨¦micas del Sal¨®n de Par¨ªs, que hasta el 3 de mayo se puede ver en las Salas de Exposiciones Recoletos de la Fundaci¨®n Mapfre, es una oportunidad ¨²nica para acercarse a ese mundo casi desconocido.
Procedentes de los fondos del Museo de Orsay, hac¨ªa 30 a?os que las obras no hab¨ªan sido expuestas en museos extranjeros, seg¨²n asegur¨® durante la presentaci¨®n de la exposici¨®n A. Guy Cogeval, presidente del museo parisino. Las 80 obras que recorren las salas, casi todas de gran formato, son todas aquellas que presum¨ªan de ser lo opuesto a las vanguardias y, sobre todo, del impresionismo, el movimiento franc¨¦s por excelencia.
Decorativas para el gusto de la ¨¦poca, su contemplaci¨®n actual deja la retina saturada de escenas orientales, acumulaci¨®n de desnudos de cuerpos perfectos o retratos m¨¢s que complacientes.
La exposici¨®n renuncia al orden cronol¨®gico para centrarse en los grandes g¨¦neros acad¨¦micos y en el di¨¢logo entre sus protagonistas. As¨ª, el primer espacio est¨¢ dedicado a la importancia que estos artistas daban a la antig¨¹edad. Los comisarios, Pablo Jim¨¦nez Burillo y Guy Cogeval, se?alan que durante todo el siglo XIX el ideal cl¨¢sico se utiliz¨® con una lectura m¨¢s libre y cr¨ªtica de la que exist¨ªa en la tradici¨®n. Como herederos de un concepto de belleza inamovible, los artistas del Sal¨®n presentaron un modelo carente del contenido revolucionario y moral que caracterizaba a los modelos originales. Como ejemplo, se?alan que la libertad aleg¨®rica de Ingres en un desnudo como El manantial evoluciona hacia obras como La pelea de gallos, donde G¨¦rome elimina todo discurso pol¨ªtico o filos¨®fico, sustituy¨¦ndolo por los placeres sencillos de una escena en apariencia cotidiana, donde dos j¨®venes asisten a una pelea de gallos en alg¨²n lugar de Grecia. Esta obra encarna el abandono de uno de los principios fundamentales de la pintura de historia tal y como la hab¨ªan entendido los pintores neocl¨¢sicos, pues ahora las escenas heroicas y moralizantes de la antig¨¹edad griega y romana quedan en un segundo plano, reforzando la idea de un exotismo despreocupado o lejano.
El desnudo, tema esencial en historia de toda academia, se convirti¨® en Par¨ªs en el tema principal. Fue la se?a de identidad m¨¢s clara de los artistas acad¨¦micos. Al igual que en el Renacimiento, el cuerpo era la medida ideal a partir de la cual explicar el mundo. Una de las piezas principales de este exitoso g¨¦nero es El nacimiento de Venus o Ninfa raptada por un fauno, de Cabanel, donde el paso de ballet que parece simular la ninfa genera una escena cl¨¢sica y ordenada, alejada de cualquier tensi¨®n.
La pintura hist¨®rica y los paisajes orientalizados consumen una buena parte de la muestra. Como en ning¨²n otro tema, se comprueba aqu¨ª el inter¨¦s decorativo de todas estas pinturas. La mirada hacia el pasado no es hacia un episodio concreto ni se buscan episodios ejemplificadores o morales. Se buscan los episodios m¨¢s novelescos y con decorados m¨¢s aparatosos. Los fondos de cart¨®n piedra aparecen de manera teatral en muchas pinturas. Un ejemplo perfecto es el desmesurado cuadro titulado Campa?a de Francia, 1814, de Ernest Meissonier; una obra centrada en un Napole¨®n en retirada, aunque no vencido, mostrando una versi¨®n del emperador casi humana.
El canto del cisne. Pinturas acad¨¦micas del Sal¨®n de Par¨ªs. Salas de Exposiciones Recoletos de la Fundaci¨®n Mapfre. Hasta el 3 de mayo.
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