La cig¨¹e?a no se dej¨® enga?ar
Una pareja de cig¨¹e?as desaf¨ªa los nidos artificiales para espantarlas
Una pareja de cig¨¹e?as anidaba en una torreta, cerca de Puerta de Hierro, junto a la carretera de A Coru?a. Ten¨ªan instalado ah¨ª su hogar en la capital. Era un lugar inc¨®modo: ¡°El gran tama?o y peso de los nidos de cig¨¹e?as, en ocasiones, constituye una amenaza para los edificios o las estructuras sobre los que est¨¢n construidos. Es el caso de las torres de tendidos el¨¦ctricos, tejados e incluso edificios¡±, explica la Comunidad de Madrid en sus manuales de gesti¨®n forestal.
Las aves inquilinas marcharon de migraci¨®n o de paseo; aunque las cig¨¹e?as (Ciconia ciconia) son aves migratorias y recorren miles de kil¨®metros para invernar, principalmente en el ?frica subsahariana, algunos individuos pasan el fr¨ªo en Espa?a, que tambi¨¦n acoge a muchas aves de esta especie provenientes de otros pa¨ªses centroeuropeos.
Durante su viaje y ante los riesgos que implicaba el nido, los t¨¦cnicos forestales de la Comunidad lo retiraron e instalaron un sustituto artificial. Para desmantelar este tipo de construcciones, hay que pedir una autorizaci¨®n a la Comunidad de Madrid; al tratarse de una especie silvestre es la CAM la responsable de su gesti¨®n. Colocaron incluso una cig¨¹e?a de mentira; una colona. La idea era que a su vuelta y al ver su torreta favorita ocupada, las antiguas moradoras decidieran buscarse otro lugar en el que pasar la primavera en Madrid. Cuando regresaron, una de ellas se acerc¨® a visitar su torreta. No le intimid¨® la presencia de su nuevo vecino artificial y, palito a palito, construy¨® de nuevo su hogar. La cig¨¹e?a no se dej¨® enga?ar.
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