¡°Lo sencillo no tiene nada que ver con lo f¨¢cil¡±
La compa?¨ªa Titzina, ubicada en Cerdanyola del Vall¨¨s, hace temporada en la Villarroel con ¡®Distancia siete minutos¡¯
¡°Titzina!¡± (o algo parecido), les gritaba a Pako Merino y a Diego Lorca la casera del primero, una mujerona serbia, en el Par¨ªs de los primer¨ªsimos a?os del siglo. Y ellos, obedientes, callaban. Diez a?os m¨¢s tarde, aquellos estudiantes de la escuela de teatro de Jacques Lecoq bautizar¨ªan con esa palabra, ¡°silencio¡±", su compa?¨ªa de teatro. Un homenaje a aquella se?ora y a todo lo que esconde el silencio, el misterio, el secreto...
Han aterrizado en La Villarroel de Barcelona con su cuarta creaci¨®n, Distancia siete minutos, una obra sobre la felicidad, la incomunicaci¨®n intergeneracional, el suicidio, las termitas, la judicatura, las ilusiones, el trabajo... ¡°Dimos con la felicidad como tema motor¡±", explica Merino, ¡°porque nos brinda las emociones que buscamos en el teatro: es universal, puede ser c¨®mica y tr¨¢gica y es cercana¡±. El desarrollo de esa primera idea motivadora puede llevar a estos dos artistas (autores, directores, actores... y lo que haga falta) a cualquier rinc¨®n del planeta (?a los hogares de las termitas!) o del universo (?a Marte, siguiendo el periplo de la misi¨®n Curiosity!).
¡°En este intenso trabajo creativo lo absorbemos todo¡±, explica Diego Lorca. Meses de trabajo de campo puro y duro. Convivieron con enfermos mentales en la primera obra, Folie a deux/Sue?os de psiqui¨¢trico; se documentaron sobre la guerra en Serbia y escuchando mil batallitas de la Guerra Civil de sus mayores para Entra?as; visitaron salas de tanatopraxia y servicios funerarios en la creaci¨®n de Exitus y ahora¡ han vivido la vida de los jueces, lo saben todo sobre las termitas y podr¨ªan dirigir una nave a Marte. "Y hemos hecho talleres en la c¨¢rcel Modelo de Barcelona, donde representamos la obra para los presos", especifica Lorca.
Titzina ha bebido del esp¨ªritu de la escuela parisina donde se formaron en 2000 y 2001. ¡°En Par¨ªs o te haces grande o mueres¡±, proclama Pako. Lo mismo dir¨¢n, seguro, los londinenses Complicit¨¦, o Yasmina Reza, o Jorge Pic¨® y Sergi L¨®pez¡, tambi¨¦n alumnos de la escuela. ¡°Nos ense?aron a explicar nuestro universo a trav¨¦s de una lucha intens¨ªsima por crear, cada semana, una creaci¨®n¡ Se nos quit¨® el miedo a la hoja en blanco en cuesti¨®n de d¨ªas¡±. Y a esas creaciones hab¨ªa que encontrarles ¡°el punto justo¡±: ¡°El momento en que descubrimos si funcionan o no funcionan¡±.
Y resulta que ese preciso punto de cocci¨®n demuestra que lo que funciona es lo sencillo, que ¡°no tiene nada que ver con lo f¨¢cil¡±. Nadie duda del trabajo ingente que hay detr¨¢s de cada obra de Titzina. Todo aporta, hasta el m¨¢s m¨ªnimo detalle de la escenograf¨ªa.
Llevan 16 a?os de carretera y manta recorriendo, como los feriantes, todos los pueblos. ¡°Hay que llegar a todas partes¡±, dicen.Se han curtido en mil giras y no paran. No es f¨¢cil. Ni sencillo.
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